Vecinos reclaman más seguridad tras el mortal tiroteo en una casa de comidas
José Francisco López Aguilera se había retirado hacía algunos años de la Policía Federal. Con sus ahorros había instalado un local de comidas en San Francisco Solano, donde se dedicaba a preparar sushi, un oficio y una pasión que había descubierto cuando dejó el uniforme usado durante treinta años. Alrededor de la medianoche del sábado pasado dos ladrones ingresaron al lugar. López Aguilera reaccionó con los reflejos acondicionados por su antigua profesión. Se enfrentó a los delincuentes en un tiroteo. Abatió a esos dos hombres, pero a la vez perdió su vida. El barrio quedó conmocionado por ese episodio de violencia urbana registrado en la calle El Cóndor al 3500. Y los vecinos cuentan que son frecuentes los robos en la zona.
"Mi marido se murió defendiendo a su familia. Supuestamente había un delincuente más en un auto que los estaba esperando, eso lo están investigando", dijo Flavia, la esposa del fallecido policía retirado.
Y agregó: "Era un policía de 30 años de carrera con un legajo impecable, honesto y muy querido por todos, que jamás chapeó ni para subirse al colectivo. Hay hechos de inseguridad y robos, pero siempre son del lado de la 844, que es la calle principal. Acá es un barrio y es mucho más tranquilo que en la zona comercial. Habíamos puesto las mesas y había un matrimonio conocido comiendo, mi marido estaba adentro haciendo sushi".
Por la calle El Cóndor a la altura de donde se produjo el tiroteo circulan varias líneas de colectivos, la 514, 278, 384, 148. La misma arteria es, justamente, el límite entre dos partidos: de un lado tiene la jurisdicción Almirante Brown (donde se ubica la escena del mortal tiroteo), mientras que del otro pertenece a Quilmes. Según cuentan los vecinos, esa zona fronteriza entre municipios es a veces motivo de cortocircuitos a la hora de recibir pronta ayuda policial ante un ilícito, pero aseguran que en este episodio la fuerza de seguridad provincial no tardó en aparecer tras los disparos.
"La policía actuó muy bien, excelente, a mi esposo pudieron revivirlo y hacer que respire de vuelta, lo llevaron en ambulancia y lo atendieron en el hospital. Pero a los cinco minutos salieron los médicos y me dijeron que había fallecido", contó Flavia.
Otro robo pocas horas antes
Gastón, vecino de López Aguilera y dueño de una pollería en la misma cuadra, cuenta que el mismo día del hecho también fue asaltado cuando estaba en la puerta de su propio negocio, a plena luz del día y con pocas horas de diferencia.
"Acá está lleno de motochorros. Eran las 17.30 y faltaba poco para cerrar, una chica venía caminando por la vereda, tenía unos 20 años. Me metió la mano en el bolsillo de la camisa y me sacó el celular", se lamentó el hombre, quien creció en ese barrio y no dudó en afirmar que hoy "hay más chorros que policía".
"En la zona sur la policía no alcanza, andan patrullando, pero no dan abasto y Almirante Brown encima es muy grande. Después de las 21 hay que andar con cuidado, pero es algo como que uno ya lo tiene naturalizado: de día hay robo de celulares, a las 10 empiezan los arrebatos en la parada del colectivo", precisó Juan, otro vecino que atiende en una panadería cercana al negocio de comidas donde fue asesinado el policía federal retirado.
De todos modos, el comerciante aseveró que la inseguridad que impera en San Francisco Solano "es la que se vive en todos lados", aunque precisó que, a partir de lo sucedido en el local gastronómico el sábado pasado, va a adoptar medidas de seguridad más fuertes.
"La realidad es que es una zona insegura. Acá no te pasa el patrullero, quizás alguno y un ‘autito’ de seguridad del barrio, pero nada más. Hay robos como en cualquier lado, le entran a alguien en la casa, pero no es que se trate de una zona liberada, si no esto sería un asesinato diario", comentó la esposa del asesinado policía retirado. Y contó que la noche del robo la apuntaron "con un revólver calibre 22 en el estómago".
Relacionado con el momento preciso del suceso, la esposa del expolicía baleado por los delincuentes aseguró que, tras ser apuntada con el arma, se "tiró de cabeza" en la entrada de la casa del vecino, por lo que tuvo heridas en los brazos. "Yo le decía que se llevara todo, que no había problema. Escuché los tiros y vi que me apuntaba uno al pasar corriendo al lado mío, pensé que me quemaba", dijo.
En este sentido, una joven que atiende el supermercado ubicado a pocos metros de la casa de comidas asaltada afirmó que uno de los disparos llegó a impactar contra un tubo de luz fluorescente instalado en el techo de chapa del comercio en el que trabaja. Por el horario en el que se desarrolló el tiroteo, no quedaba personal en ese supermercado.
Buscan a cómplices
Fuentes allegadas a la investigación –a cargo de la fiscal María Laura Alfaro de la UFI N° 11 de Lomas de Zamora– revelaron a LA NACION que los dos asaltantes tenían 26 y 27 años, y fueron identificados como Lucas Hernán Malmoria y Juan José Pereira.
Además, confirmaron que el suceso ocurrió poco antes de la medianoche del sábado, y que al momento del tiroteo había una pareja comiendo, además de López Aguilera y su esposa.
Por otro lado, en el expediente caratulado "homicidio criminis causa en concurso real con robo calificado con arma de fuego", al momento no consta la presencia de "un auto" en el lugar del hecho, al tiempo que se pidieron las cámaras de seguridad para constatar la posibilidad de que haya habido cómplices.
A este respecto, otros vecinos de la zona precisaron a LA NACION que una tercera persona involucrada en el asalto como posible cómplice habría sido divisada en la zona de la Escuela San Agustín, a unos 300 metros de la casa de comidas.
"A mi marido lo querían todos en la fuerza, me están llamando de todos lados para ir a hacerle la despedida como corresponde. Se me murió en los brazos", expresó la esposa del asesinado López Aguilera, con absoluto desconsuelo.
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