Va a juicio la banda del mecánico y los policías, especialistas en grandes golpes
Sus trabajos legales eran oficios comunes: mecánicos de autos, choferes de colectivos, comerciantes y empleados. Pero sus mayores ingresos económicos provenían del mundo del hampa: se dedicaban a robar casas y se apoderaban de botines millonarios. Por caso, en un solo hecho se llevaron $12.000.000 en billetes de moneda nacional y dólares.
Así se desprende de una causa judicial que acaba de ser elevada a juicio oral y público. En el debate serán juzgados 13 sospechosos, entre ellos, un subcomisario y tres oficiales de la policía bonaerense, por delitos como asociación ilícita, robo agravado, acopio de armas, extorsión, encubrimiento y falsedad ideológica de instrumento público.
El juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola clausuró el expediente y elevó la causa a la instancia de juicio oral y público.
"En este orden de ideas, no parece razonable discutir otra vez más en esta instancia la valoración de los hechos y la prueba, cuando todo aquello, junto a la subsunción legal, en su caso, deberá ser definido obligadamente durante el debate. Es que recordemos que alcanza en esta instancia con un juicio de probabilidad sobre la existencia del hecho delictuoso y de la responsabilidad que le corresponde a cada imputado, pues de lo que se trata es de habilitar el avance del proceso hacia el juicio, etapa en la que se desenvolverán los debates y la confrontación con real amplitud", sostuvo el juez Yadarola en la resolución donde rechazó las oposiciones planteadas por las defensas.
Los ladrones no lo sabían, pero aquel millonario robo donde se alzaron con un botín de 12.000.000 de pesos fue el principio de su caída. Ese golpe ocurrió el 27 de julio pasado, cerca de las 10.40, en una propiedad de Boulogne Sur Mer al 600, Balvanera.
Una vez hecha la denuncia, el equipo de colaboradores del juez Yadarola, detectives de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comuna 3 de la Policía de la Ciudad y el fiscal Lucio Herrera comenzaron a investigar el caso y a tratar de dar con los sospechosos.
"Partiendo del episodio delictivo se procuró profundizar la información a través de todas las posibles imágenes que pudieran haber captado las cámaras emplazadas en inmediaciones del inmueble donde se produjera la sustracción, de manera de reconstruir los movimientos previos y posteriores al desapoderamiento investigado", explicó el juez Yadarola en la resolución donde procesó a los sospechosos.
Las filmaciones de las cámaras de seguridad fueron la clave para poder comenzar a identificar a los integrantes de la banda.
A partir de las imágenes, los investigadores del caso pudieron identificar la chapa patente de una camioneta Jeep Renegade en la que habían llegado los delincuentes a Balvanera. Poco después detectaron otro vehículo usado por la banda, un Renault Fluence, y a sus propietarios.
Los detectives policiales y judiciales determinaron que la chapa patente de la camioneta era original y no tenía pedido de secuestro: los ladrones no se movilizaban en un vehículo robado. El titular del dominio tenía como domicilio un inmueble de Temperley, Lomas de Zamora.
Con esa información y con las imágenes aportadas por la Municipalidad de Lomas de Zamora y las de los domos instalados por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, se pudo reconstruir todo el trayecto hecho por los integrantes de la banda el 27 de julio pasado desde que salieron de Temperley hasta que llegaron a Balvanera, donde concretaron el millonario golpe.
"La investigación puso en evidencia la presunta existencia de un verdadero consorcio delictivo compuesto por un número indeterminado, pero abundante, de personas dedicadas a la concreción de conductas ilícitas con habitualidad y permanencia en el tiempo", afirmó el magistrado en el fallo.
Un segundo paso de la investigación fueron las intervenciones de las líneas telefónicas y las redes sociales de los sospechosos identificados a partir de las chapas patentes de la Jeep y el Fluence.
"Se comprobó, entre otras cosas, que los teléfonos celulares [de los sospechosos] replicaron la antena en la zona del episodio [la entradera de Balvanera] con distintas comunicaciones entrecruzadas entre sí, en tiempo anterior, concomitante y posterior al robo", sostuvo Yadarola en una resolución de septiembre pasado.
A partir del análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad, las intervenciones telefónicas y tareas de campo hechas por los detectives policiales se pudo identificar a cinco de los sospechosos que protagonizaron el millonario robo en Balvanera. Se sospecha que el golpe de los $12.000.000 tuvo la colaboración de un entregador.
En una de las comunicaciones interceptadas, uno de los sospechosos, le dijo a su interlocutor (una persona detenida en una cárcel): "La semana pasada hicimos 15 palos". El ladrón recibió como respuesta: "Qué lindo. Y yo encerrado. La conch... de la policía". Le estaba relatando el golpe en Balvanera a un conocido detenido en un complejo penitenciario.
Uniformados implicados
Pero, además, a partir de las intervenciones telefónicas también se pudo descubrir otros delitos de la banda, hechos que tuvieron la participación de uniformados de la policía bonaerense. Un subcomisario y tres oficiales ayudantes fueron procesados por el juez Yadarola por los delitos de extorsión, supresión de una numeración registral conforme a la ley y falsedad ideológica de instrumento.
"En una oportunidad Gonzalo Catán [uno de los supuestos ladrones] rompió intencionalmente la numeración original del motor de un rodado que tenía en su taller mecánico [en Llavallol] para reparación -en principio se trataría de un Mercedes Benz Compressor- para luego exigirle a su propietario dinero con la falsa excusa de que había sido detenido por esa circunstancia. En ese contexto, Catán se contactó con un miembro de la policía bonaerense, quien junto a otro integrante de la misma fuerza habría colaborado con aquel incautando el rodado, formalizándose actuaciones judiciales por ese motivo", explicó Yadarola.
Según la resolución firmada por el juez Yadarola, Catán tenía en su taller el Mercedes Benz Compressor para comprarlo. "Pero decidió que el vehículo ya no le interesaba. Sin embargo, en vez de restituirlo a su dueño planeó una maniobra delictiva para beneficiarse económicamente. De esa forma, determinó que rompería la numeración original del motor del aludido rodado, fingiendo un procedimiento policial a través del que se secuestrara el vehículo, con el objetivo de reclamarle [al propietario] dinero, argumentando haber tenido que conceder a favor de la autoridad policial una importante suma [que podrían haber sido $300.000] para evitar quedar involucrado en un hecho delictivo y recuperar de manera irregular el Mercedes Benz".
Fue así que, después de una llamada de Catán a la comisaría 3a. de Almirante Brown, comenzaron a participar los uniformados. "En la comunicación, el mecánico explicó el objetivo ilícito y acordando [con los policías] que debían retener el vehículo en la dependencia policial, simulando un procedimiento real, a fines de despojar todos ellos de dinero al propietario del rodado", según el expediente judicial.
El hecho se llevó a cabo como se había planeado. Después de que los uniformados se llevaran el vehículo, Catán llamó al dueño del Mercedes Benz Compressor y le dijo que para recuperarlo había que pagar 300.000 pesos.
Después de analizar la prueba, en agosto pasado, Yadarola decidió procesar con prisión preventiva al subcomisario Matías Smiegel, al oficial subayudante Álvaro Cristaldo, al oficial ayudante Miguel Ángel Gramajo y al oficial José Flores Torres, y les trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 1.000.000 de pesos.
Catán, el subcomisario, los tres oficiales y otros ocho sospechosos ahora deberán sentarse en el banquillo de los acusados.
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