Una paloma mensajera no podía remontar vuelo porque tenía como misión entrar un celular a la cárcel
El ave tenía atada en sus patas un teléfono, un chip y una resistencia. El objetivo era llevar la carga al penal de Coronda, en Santa Fe
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ROSARIO.- La paloma no podía volar. Tenía atada en sus patas un celular, pero ninguno de los vecinos de Coronda, localidad donde se encuentra la segunda cárcel más grande de Santa Fe, podía ver qué era lo que impedía al ave remontar vuelo. La paloma se caía cada vez que movía sus alas, y quedó atrapada en un techo. La razón era que el mensaje que debía llevar al penal era pesado: un teléfono. En la policía sospechan que un preso contrató a un colombófilo para que con palomas mensajeras ingrese cosas prohibidas a la Unidad Penitenciaria N°1, como drogas y teléfonos móviles.
Estas nuevas estrategias de los presos de usar métodos antiguos, como palomas mensajeras, para ingresar teléfonos o estupefacientes en la cárcel es producto de los mayores controles que se establecieron en las penitenciarías santafesinas, donde los reclusos de alto perfil no pueden recibir alimentos de las visitas, algo que se conoce en la jerga carcelaria como “bagayos”. Según fuentes del Servicio Penitenciario de Santa Fe, los celulares y la droga se ingresaba en la mayoría de los casos bajo esta metodología.
El uso de palomas mensajeras fue advertido por las autoridades del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, cuando arrancaron la gestión en diciembre pasado. Según informaron fuentes de esa cartera a LA NACION, llamó la atención la enorme comunidad de este tipo de aves que hay en la cárcel de Coronda. “Hay criaderos de palomas mensajeras dentro del penal y es muy difícil combatirlas. Hace poco más de un mes se hizo una requisa específica para detectar palomas mensajeras. Se secuestraron centenares de palomas que fueron liberadas a varios kilómetros de la cárcel para evitar que vuelvan”, afirmaron del Ministerio de Seguridad.
“Lo que ocurrió el lunes es muy común. Las palomas a las que les ponen mucho peso muchas veces no pueden volar y son advertidas por los guardias o los vecinos de la cárcel. Pero hay decenas que todos los días vuelan con celulares y droga a la cárcel. Esas palomas fueron criadas dentro de la penitenciaría”, agregaron.
Ante las complicaciones para entrar celulares y sustancias prohibidas, los presos empezaron a usar métodos alternativos, entre ellos, las palomas mensajeras, aunque parezca increíble. Eso es lo que se detectó el lunes pasado en la localidad de Coronda, cuando un grupo de vecinos divisó que una paloma tenía dificultades para levantar vuelo, porque tenía algo amarrado a sus patas.
Alrededor de las 17 horas, los vecinos llamaron al 911 y llegaron patrullas del Comando Radioeléctrico y de la policía Motorizada, a quienes los explicaron lo que sucedía en un techo, con la paloma. Los agentes subieron y se encontraron con el animal cansado y temeroso. No podía volar porque en sus patas tenía atado con cinta un teléfono móvil.
Cuando los agentes inspeccionaron la paloma se toparon que tenía un celular sin batería –intentaron hacer más liviana la carga- y un chip, junto con una especie de resistencia. Tras liberar al ave de la tortura de acarrear un teléfono hasta la cárcel, que está ubicada a dos cuadras, los policías secuestraron el teléfono celular que ahora será analizado. No se sabe a qué lugar ni a qué recluso la paloma debía llevar ese pesado recado.
A fines de abril pasado, ocurrió un hecho similar en esa localidad, cuando un ave fue encontrada por los guardiacárceles en las inmediaciones de la entrada a la penitenciaría, con un pequeño paquete atados a sus patas. En ese caso no era un teléfono, sino una bolsa con marihuana.
En ese momento, las fuentes policiales señalaron que la paloma fue descubierta por personal del Instituto Correccional Modelo U1 “Dr. César Tabares”, que encontró en uno de los portones de acceso, sobre la calle Belgrano, un ave mensajera que, aunque lo intentaba, no podía remontar vuelo. La paloma no podía remontar vuelo porque la carga también era muy pesada: se trató de 61,8 gramos de cannabis prensado.
El fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA) Raúl Nessier dispuso el secuestro del material estupefaciente y el resguardo de la filmación de las cámaras de seguridad, además de las fotográficas tomadas en la ocasión.
El funcionario judicial también solicitó las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona para determinar si alguna persona se acercó al lugar con la paloma mensajera para tratar de ingresar la droga a la cárcel; se presume que el objetivo era que el material ilegal llegara a manos de alguno de los presos alojados en Coronda.
El mito de las palomas mensajeras narco comenzó a instalarse en Rosario a partir de 2017, cuando la banda de Los Monos comenzó a quedar contra las cuerdas, después de dominar dos décadas la zona sur de la ciudad.
En un operativo que se realizó hace siete años en el barrio La Granada los oscuros agentes de la Brigada de la División Judiciales, varios de ellos presos luego, hallaron un túnel y palomas mensajeras, que el fundador de la banda usaba en el barrio.
En ese momento, el entonces fiscal Guillermo Camporini dijo que habían encontrado una jaula con palomas mensajeras, que algunos integrantes de la banda que estaban prófugos en esa época utilizarían para comunicarse. Esa versión nunca se pudo confirmar, pero quedó instalado el mito de que Los Monos usaban palomas. Lo cierto es que años después, en un allanamiento que se realizó en Vía Honda a una chacra de Máximo Cantero, conocido como El Viejo, se volvieron a secuestrar palomas mensajeras.
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