“Una gira de pesadilla”. En Francia quedaron estupefactos tras conocerse la imputación formal de los dos rugbiers por violación
Pese a que Hugo Auradou y Oscar Jegou llevaban varios días detenidos, la noticia impactó más luego de la acusación de la fiscalía mendocina
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![Hugo Auradou y Oscar Jegou](https://www.lanacion.com.ar/resizer/v2/hugo-auradou-y-oscar-TDHSAT67AVD6JJZTPJP74AZ4QQ.jpg?auth=081cf66defd80faf6dffb2952fe661a70a4b5ccca9f224f1e170aa8cacc05eb0&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
PARIS – La estupefacción estalló a la luz del día el viernes, cuando llegó a Francia la noticia de que la Justicia argentina había imputado a los dos jóvenes rugbiers franceses, Hugo Auradou y Oscar Jegou, por abuso sexual agravado. Hasta ese momento, nada había desviado realmente la atención de los franceses de la complicada situación política que vive el país después de unas elecciones legislativas que los dejó más dividido que antes.
“La gira pesadilla”, tituló este sábado en portada el diario Midi Olympique, el cotidiano del rugby en Francia, dedicando seis de sus 23 páginas a una “tournée” (gira), absolutamente dramática, que había comenzado con la suspensión inmediata de Melvyn Jaminet, fullback del seleccionado y jugador del Rugby Club Toulonnais, por inadmisibles propósitos racistas en su cuenta Instagram.
El viernes, en efecto, todo cambió. La noticia hizo las portadas de toda la prensa del sábado, abrió los noticieros de televisión, mientras los grandes medios —aquellos que no tienen corresponsales en Buenos Aires— despacharon rápidamente a sus enviados especiales.
Porque el caso no afecta únicamente el mundo del rugby francés. Es todo el país que ama ese deporte, muchísimo más popular, profundamente menos elitista que el rugby inglés, y donde —hasta hoy— no existe en la sociedad prejuicio alguno contra los rugbiers.
Por esa misma razón, hasta el viernes, tanto los clubes concernidos como la Federación Francesa de Rugby (FFR), habían mantenido una extrema discreción: nada de entrevistas, ni declaraciones. La consigna era “esperar” las conclusiones de la investigación.
Eso fue exactamente lo que dijo la Section Paloise, club donde juega el segunda línea Hugo Auradou, en un escueto comunicado, agregando que se hallaba a la espera de informaciones “precisas” de la Federación de Rugby.
El Stade Rochelais, donde juega Oscar Jegou, fue igual de prudente:
“En ausencia total de información directa sobre el proceso en curso, el club se abstendrá por el momento de todo comentario”, afirmó a la prensa.
La discreción se mantuvo incluso cuando llegó Jaminet a París, descartado en forma inmediata de la selección por el entrenador, Fabien Galthié, quien, después de excluirlo del equipo, lo hizo escoltar hasta la capital francesa por Bernard Viviès, jefe de delegación del XV de Francia, conocido por todos como “el pilar-sabiduría de los Bleus”. Nadie supo, por ejemplo, que a su llegada a las 23:50 en un vuelo de Air France, una escuadra del RAID, la unidad especial de intervención de la policía nacional, lo esperaba en el aeropuerto para garantizar su seguridad.
Una semana después, apenas extraídos de la sorpresa y mientras la principal preocupación de los hinchas de rugby era qué haría el club de Toulon con Jaminet, se produjo la segunda catástrofe.
“Fue precisamente en ese momento, a las 16:45 hora argentina, cuando la policía argentina, con representantes de Interpol llegaron al hotel Emperador, que la gira de los Bleus adquirió un carácter realmente dramático”, afirman Arnaud Beurdeley y Nicolas Zanardi, enviados especiales del Midi Olympique a Buenos Aires.
Poco después, Francia escucharía con estupor las acusaciones de violación y terribles agresiones supuestamente padecidas por una mujer en una habitación de hotel en Mendoza por parte de Hugo Auradou y Oscar Jegou. Y sobre todo, la imputación, que podría costarles entre ocho y 20 años de prisión.
Sideración, prudencia y, sobre todo, incredulidad son los sentimientos que expresa la mayoría de los interrogados para esta nota.
Alexandre Dumoulin, exinternacional francés, no cree “un solo segundo que haya sido como dice la acusación”.
“¿Quién puede creer que dos jugadores de 20 años, que vienen de festejar su primera selección con el XV de Francia, puedan hacer semejante cosa, sabiendo el contexto mediático y la exposición a la cual se enfrentan? ¡Apoyo total a Hugo y a Oscar que deben estar viviendo una pesadilla!”, afirma, recordando que, “hasta prueba de lo contrario, los dos jóvenes son presuntamente inocentes”.
Didier Codorniou, candidato a la presidencia de la FFR, ex tres cuartos internacional francés, prefirió señalar las fallas del equipo dirigente del XV de Francia durante la gira.
“Es un tema delicado y sensible, pero real. Acá hay dos cuestiones: la primera es la discriminación racial (el escándalo Jaminet) y la segunda las violencias sexuales. ¿Cómo sensibilizar a los jugadores a estas situaciones? Primero, ser siempre firmes. Yo fui manager de los menores de 20 años y viajamos a Argentina. A veces hay que sentir lo que sucede. Con el director de gira asumíamos la relación con los jugadores y dejábamos la parte deportiva a los entrenadores. ¿Hubo aquí errores? ¿Había un director de gira? Es complicado, pero hay que tratar esta cuestión en forma radical. El presidente debe asumir su responsabilidad”, dice.
Política obliga, Amélie Oudéa-Castera, ministra de Deportes de Francia, afirmó por su parte que si los hechos eran probados, constituirían “una atrocidad sin nombre”. Un mensaje fuerte, que muestra la importancia de la transparencia y el trabajo de la justicia en todos estos casos.
El célebre diario deportivo francés L’Equipe solicitó este sábado a Victoria Álvarez, abogada matriculada tanto en París como en Buenos Aires, que descifre el futuro judicial de los dos rugbiers franceses. A su juicio, después de una investigación de tres meses, con la integralidad de las pruebas a cargo y a descargo, el procurador (o fiscal) dará una nueva calificación o abandonará las acusaciones. Consultada sobre la posibilidad de que ambos jóvenes obtengan un arresto domiciliario, Álvarez afirmó: “Si la calificación de agresión sexual agravada es retenida. Es decir, si los elementos de prueba presentados por el procurador demuestran la plausibilidad del delito y la participación de las dos personas. Y que la defensa, que argumenta la inocencia, no prueba nada de extraordinario, la libertad condicional parece muy comprometida”, analiza.
Volviendo al trauma provocado por este dramático episodio en el mundo del rugby, es una vez más el Midi Olympique quien se hace las verdaderas preguntas en su columna editorial de este sábado, animándose a “lanzar una mirada desilusionada, necesariamente crítica e incluso colérica contra estas historias que se acumulan en el rugby”.
![Rugbiers de Francia detenidos](https://cdn.jwplayer.com/v2/media/zau8uz5K/poster.jpg?width=720)
“¿Acaso los rugbiers serían peores que los otros deportistas? Uno se niega a creerlo, soñando siempre secretamente con ese rugby que forma a los hombres de bien, antes de transformarlos en superhombres-estrella. Soñando con esa idea de que las obligaciones inmensamente colectivas de ese juego y su dimensión estratégica no pueden hacer olvidar un espíritu de solidaridad, de ayuda mutua e incluso de inteligencia”, continúa el diario, reconociendo enseguida que, según demuestra el pasado reciente, ese deseo se ha transformado en una “ambición utópica”.
El periódico lista enseguida varios casos de violencia conyugal, de agresión sexual y ofensas racistas —juzgados y muchos condenados— registrados en el rugby francés desde 2017.
Para el Midi Olympique, en vez de pensar que los hombres del rugby son peores que los otros, sería mejor reflexionar sobre los mecanismos “nauseabundos” que producen los efectos de grupo, “durante los terceros tiempos festivos, a veces excesivos, pero que ya no encuentran límites cuando se trata de respetar a los demás. Donde los delirios de superpotencia transforman de golpe a los hombres del día en depredadores de la noche. ¿Acaso fue siempre así? Tal vez. Pero esto no convierte la cosa en más respetable. Y nunca es tarde para cambiar”, escribe el periódico.
Considerado en Francia como la biblia del rugby, el Mid-Ol, como lo llaman sus fieles, concluye afirmando que “pase lo que pase, esta secuencia argentina dejará una marca indeleble de sospecha en todo el rugby”. Y que es absolutamente urgente “saber por cuál camino este deporte quiere hacer caminar a sus hijos (…) Sobre todo en cuanto a su relación con las mujeres y a los excesos de todo tipo”. Y concluye: “Sin eso, el rugby perderá lo más caro que tiene: su alma”.
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