Una fiesta de egresados, quejas por el servicio gastronómico y una batahola: 20 heridos y un preinfartado
Ocurrió en un salón donde se realizaba la celebración de los alumnos de 5° año de un colegio de Esperanza, en Santa Fe; debió intervenir la policía y el encargado del catering debió salir del lugar en un patrullero
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SANTA FE. Unos 20 heridos y hasta un preinfartado, además de cuantiosos daños materiales, provocó una supuesta estafa del servicio gastronómico en una fiesta de egresados de un colegio secundario de Esperanza, departamento Las Colonias, 45 km al oeste de esta capital.
Ocurrió al inicio de la madrugada del último domingo, cuando se desarrollaba la velada de graduación en el salón del Centro de Industria, Comercio y Afincados de Esperanza (Cicae), un acontecimiento especial y esperado por los alumnos de 5° año de la Escuela Normal Nº 30 “Domingo F. Sarmiento”, al que la policía le puso un abrupto punto final ante el descontrol de los asistentes y la falta de respuesta de los encargados del servicio de atención gastronómica.
El resultado, inesperado en esa ciudad de 45 mil habitantes, conocida como la Primera Colonia Agrícola del país, fue de 20 heridos, la mayoría con cortes, escoriaciones y traumatismos varios, producto de los enfrentamientos con los responsables del catering, y un preinfartado que aún permanece en observación.
Quince lesionados recibieron atención médica en el mismo salón de fiesta por parte del Servicio de Emergencias Médicas, pero los heridos restantes fueron trasladados al Sanatorio Esperanza, uno descompensado, quien sufrió un preinfarto, y los otros con lesiones varias.
La policía, que intervino para controlar los incidentes, puso fin a la fiesta alrededor de las 2 del domingo. Pero minutos antes el descontrol se apoderó de la fiesta, a tal punto que los mozos contratados para atender a los alumnos, familiares e invitados, comenzaron a abandonar el salón donde se realizaba la celebración.
Incluso, el supuesto encargado del servicio gastronómico fue retirado por la policía en un patrullero para preservar su integridad física, dado el ímpetu en el reclamo de los asistentes que habían contratado lo que se suponía sería un servicio Premium, con una tarjeta cuyo costo promedio era de 7000 pesos.
Como ocurre en el interior, generalmente estas fiestas son organizados por padres y familiares de los alumnos que se gradúan, cumpliendo con todas las exigencias que impone el municipio, no solo de un salón de fiestas habilitado, sino también en la contratación de un servicio de emergencias médicas, adicionales de personal de seguridad, sonido, barra de tragos y servicio gastronómico.
En las redes sociales, los comentarios no tardaron en viralizarse. “Pagamos 7 mil pesos y nos morimos de hambre, teníamos que rogarles para que nos traigan algo”, dijo uno de los invitados.
“La recepción estipulaba de todo un poco y apenas trajeron unas bandejitas con fiambres malísimos, hasta un salchichón que ni los perros podían comer”, dijo un familiar de un alumno, en tanto otro aseguró que “recién cerca de la una de la madrugada, después que los padres reclamamos, apareció el plato principal que nada tuvo que ver con lo que decía el contrato, tampoco el postre y ni hablar la bebida”.
Tensión en aumento
La fiesta comenzó con la recepción de los graduados y cerca de la medianoche se inició la atención gastronómica. Pero con el correr de los minutos la situación comenzó a tensarse cuando los asistentes advirtieron que el servicio gastronómico no cumpliría con lo contratado, ya que en solo en algunas mesas habían entregado una bandeja de fiambres y algunas bebidas. Ello derivó en reproches de familiares de los alumnos al responsable del servicio contratado y los mozos, que derivaron en discusiones primero y en agresiones después.
Testigos de la reunión social explicaron que algunos eligieron hacer justicia por mano propia y tomaron bebidas del área de servicios, lo que derivó en un descontrol total, por lo que el personal policial contratado como adicional convocó refuerzos, arribando al lugar varios patrulleros del Comando Radioeléctrico.
Ayer y hoy continuaron las actuaciones policiales, ya que varios padres comenzaron a efectuar las denuncias contra el servicio gastronómico contratado.
Sin embargo, habría algunas cuestiones puntuales no resultas aún, como, por ejemplo, las dificultades para encontrar a los responsables del servicio contratado. No figura ninguna empresa, sino dos supuestos encargados, que en el contrato suscripto en el mes de junio figuraron como Hugo Belisario Baigorria y Luis María Marconetti, con domicilios en Santa Fe capital. Según trascendió, los responsables contrataron en Esperanza casi todos los servicios para esa fiesta, tanto vajilla como cocineros y mozos.
Pero todo indica que los responsable del servicio utilizaron datos que no eran propios para la firma del contrato. De hecho, Luis María Marconetti Riestra informó a LA NACION. “Quiero aclarar que nada tengo que ver con ese evento; copiaron los datos de una empresa gastronómica de mi propiedad, que está inactiva desde 2010. De más está decir, que nada tengo que ver con las personas que realizaron este evento, y que ya está radicada la denuncia en la fiscalía correspondiente”.
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