Una denuncia por abuso sexual y una misteriosa nota, la historia detrás del suicidio de un funcionario porteño
La presentación fue hecha 48 horas antes de que fuera hallado el cuerpo de Carlos Pedrini, titular del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) porteño
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La nota estaba pegada en una puerta de vidrio que conecta la casa con el garaje. El texto decía: “Estoy en la bañera muerto. Antes de entrar saca toda la plata y después recién llama a la poli [sic]. Perdón por lo que te toca en esto, te quiero y gracias por todo”. Cuarenta y ocho horas antes de que fuera hallado el cuerpo de Carlos Pedrini, de 48 años y titular del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC), una sobrina del funcionario porteño lo había denunciado por abuso sexual.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. Las investigaciones por la muerte de Pedrini, que se presume se trató de un suicidio, y la denuncia por abuso están a cargo del fiscal en lo criminal y correccional porteño Leonel Gómez Barbella.
Fuentes del gobierno porteño afirmaron a LA NACION que desconocían la denuncia presentada contra el funcionario y se mostraron consternadas ante la noticia que trascendió en los medios de comunicación.
El cuerpo de Pedrini fue encontrado en el baño de su casa de Parque Chacabuco. La Policía de la Ciudad llegó al inmueble después de una llamada al número de emergencias 911. La autopsia determinó que la causa de muerte fue “asfixia mecánica por compresión de cuello”.
Un día antes, Pedrini había sido notificado de la prohibición de acercamiento a su sobrina, informaron fuentes judiciales. Según su entorno, el funcionario padecía un cáncer de tiroides y en los últimos días había recibido un diagnóstico de que su cuadro era irreversible.
Personal de la Policía de la Ciudad halló la nota que habría dejado Pedrini. No estaba dirigida a nadie en particular, pero los investigadores suponen que eran para su chofer, que sería una persona de su máxima confianza.
Por orden del fiscal Gómez Barbella, el personal de la Policía de la Ciudad secuestró 30.000 dólares y 68.000 pesos.
Según pudo saber LA NACION de fuentes de la investigación, la denuncia por abuso sexual fue presentada a las 20.17 del domingo pasado, en una comisaría de la Policía de la Ciudad. La denunciante fue una sobrina de Pedrini, de 19 años.
La víctima relató que su tío la invitó a ella y a una amiga de 18 años a un cumpleaños en un boliche del barrio de Monserrat.
“Mi tío nos pasó a buscar con su auto el viernes pasado a la 1 por la casa de mi amiga, en Palermo. Fuimos al boliche”, recordó la joven. Contó que después del primer trago, whisky con energizante, se empezó a sentir mal. Sostuvo que, para ella, Pedrini le puso alguna sustancia en la bebida. También afirmó que el funcionario les ofreció pastillas de droga sintética y que se las dio contra su voluntad.
A las 5 fueron los tres, según la denuncia, a la casa de Pedrini, en Parque Chacabuco, donde su tío le pidió que lo abrazara y les propuso jugar a “verdad o reto”. La joven, según sus palabras, comenzó a sentirse incómoda, porque todo lo que debía responder eran cuestiones de índole sexual.
Luego de unos minutos, Pedrini le pidió a su sobrina que lo abrazara y le exigió que lo hiciera fuerte. Después, con el cierre de su pantalón bajo, intentó abusar de ella, según la denuncia.
La joven, en ese momento, según declaró, se sintió angustiada y le dijo a su tío que se quería ir. Cuando terminó de hacer su relato de los hechos, respondió que quería instar la acción penal y que quería solicitar una medida restrictiva.
Según pudo saber LA NACION de fuentes judiciales, la amiga de la sobrina de Pedrini se presentó en la fiscalía de Gómez Barbella. La joven, que estudia Medicina, afirmó que en el boliche, cuando bailaban, el funcionario le tocó las piernas. “Me bajaba el vestido”, sostuvo. Ratificó que le dio pastillas de éxtasis.
“Comenzó a drogarnos en la boca, nos metía cosas todo el tiempo. Pedía tragos en la barra y después nos ponía cosas, yo creo que pastillas de éxtasis, pero la verdad que no lo sé. Yo quería pedir ayuda pero no me salían las palabras, no me acuerdo del todo, pero si sé que en todo momento me ponía cosas en la boca y yo le decía que no”, dijo la joven.
Sobre lo que pasó en la casa de Pedrini, afirmó que el funcionario le gritaba “cagona, cagona” porque no quería jugar a “verdad o reto”.
En el caso interviene el Juzgado en lo Criminal y Correccional porteño N° 30. Fuentes judiciales explicaron que la causa por abuso sexual se cerrará “por extinción de la acción penal por prescripción por muerte del imputado”.
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