Una compleja trama de complicidades policiales detrás de una avioneta narco
ROSARIO.- ¿Cómo llega la droga a Santa Fe? La pregunta resuena con más misterios que certezas desde hace tiempo por la ausencia de investigaciones que aporten indicios claros. Aunque el caso de una avioneta que provenía de Paraguay y se estrelló en un campo de San Justo, provincia de Santa Fe, con 200 kilos de cocaína que desaparecieron, empieza a aportar señales de las complicidades policiales con el narcotráfico -tanto federal como provincial- que funcionaban de manera aceitada.
La investigación que realizan el Ministerio de Seguridad de Santa Fe y el fiscal federal Walter Rodríguez apunta a que los 200 kilos de cocaína que venían desde Paraguay en la avioneta Piper Cherokee que se estrelló el 24 de febrero pasado contra un alambrado en un camino rural de aquella localidad iban destinadas a una banda narco que durante mucho tiempo operó con la complicidad de la Policía Federal, presuntamente en manos de Marcelo Lepwalts y Mariano Valdés, jefes de esa fuerza que están procesados en otras causas.
La avioneta chocó contra un alambrado de un camino rural de Naré, en el departamento de San Justo, en el centro-norte de Santa Fe. Unos minutos después de que el piloto paraguayo Juan Fleitas Gonzáles -que tiene domicilio en Lanús, provincia de Buenos Aires- se estrellara, el expolicía provincial Carlos Maldonado fue a rescatarlo y a buscar el cargamento que esperaban en un Fiat Palio azul.
Eso fue lo que reconstruyeron los investigadores y los efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) y la Agencia de Investigación Criminal de Santa Fe cuando llegaron al campo y se encontraron con la avioneta vacía y rastros de sangre en la cabina de la Piper Cherokee.
Esta investigación, que lleva adelante el fiscal Rodríguez en Santa Fe, repercutió en Paraguay, donde tuvo origen esta carga. El fiscal de Asunción Enrique Díaz comenzó a investigar qué organización en ese país podría estar detrás de este cargamento de droga.
En diálogo con LA NACION, el fiscal guaraní advirtió que había pedido medidas a la Secretaría Nacional de Narcotráfico de Paraguay (Senad) para poder profundizar sobre el origen del estupefaciente, que -según sospecha el ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain- provendría de Bolivia.
La sospecha es que esta droga, por tratarse de cocaína, podría pertenecer al Primer Comando Capital (PCC), una de las mayores organizaciones criminales brasileñas, que controla actualmente zonas claves de Paraguay en relación con la logística de producción de estupefacientes, como Pedro Juan Caballero y Capitán Vado.
"Hicimos una prueba de trazas a la avioneta para determinar qué sustancia transportaba y dio positivo de cocaína, no de marihuana. Con lo cual, evidentemente, empieza a consolidarse la idea de una organización importante de narcotráfico" detrás del embarque, afirmó Sain.
Maldonado, que fue detenido e indagado días atrás, no actuó solo. Porque después de ir a buscar los 200 kilos de cocaína -detectados por el análisis de barrido realizado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en la aeronave- se sumaron Claudio Casco y Lorena Melgarejo en el traslado del cargamento a la ciudad de Santa Fe.
Esta pareja carga con un pedido de captura librado por el fiscal Rodríguez y actualmente está prófuga. El traslado de la droga lo hicieron con un Ford Focus rojo, que después apareció y fue secuestrado en una playa de estacionamiento del norte de la capital provincial.
Nombres conocidos
Esta pareja aparece ligada al narcotráfico en distintas causas en el fuero federal desde hace casi dos décadas, con condenas por contrabando de estupefacientes. Y volvió a ser investigada hace un par de años. Pero luego, en las causas contra la cúpula de la PFA en Santa Fe, se detectó que tenía protección de esa fuerza, tal como publicó LA NACION el 8 de diciembre pasado.
El fiscal Rodríguez detectó que Melgarejo aparece vinculada al clan de Luis Paz, preso en la cárcel de Rawson, acusado de liderar una organización narco con contactos internacionales. Este exmanager de boxeadores es el padre de Martín, alias Fantasma, quien fue acribillado el 8 de setiembre de 2012 por la banda Los Monos, un crimen que derivó, casi de inmediato, en el asesinato del líder de ese clan, Claudio Cantero, alias Pájaro, en un raid de sangrientas venganzas cuyas ramificaciones y efectos no perdieron un ápice de actualidad.
Según publicó el periodista Ignacio Mendoza en Aire de Santa Fe, Melgarejo volvió a aparecer en la escena judicial años después, cuando terminó salpicada en la causa por lavado de activos en la que se investigó al hijastro de Luis Paz. Se trata de Emanuel González, actualmente procesado como "organizador del comercio de drogas" en Santa Fe y la región aledaña a la capital, y a la espera de que se lleve adelante el juicio que lo tendrá en el banquillo de los acusados por el tráfico de cocaína y marihuana a grandes escalas desde Bolivia y Paraguay.
Rodríguez unió cabos y confirmó que González, en 2017, puso en venta una propiedad en el barrio Jorge Newbery, de Sauce Viejo. Una de las personas que aparecieron como posibles compradoras fue Melgarejo, que mantenía una relación fluida con los policías federales.
Por estas relaciones, el fiscal llamó a declarar a indagatoria a todo el círculo íntimo de Luis Paz: entre ellos, a su hijastro, Emanuel González; a su hija, Mercedes Paz, y a Beatriz, Belinda y Ana María Ferrari -esposa del narco preso-, que figuran como socias de la empresa Paz SRL, radicada en Savio al 1900, de Rosario.
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