Una alarma comunitaria, vecinos atentos y cámaras no pudieron evitar una entradera
El propietario de la empresa que produce los alfajores Capitán del Espacio fue golpeado y atado en su vivienda por cinco delincuentes que también robaron en la fábrica
Al menos cinco delincuentes asaltaron y golpearon al dueño de la empresa de alfajores Capitán del Espacio, en una entradera concretada anteayer en Bernal, en el partido bonaerense de Quilmes. Mario Díaz llegaba poco después de las 18 a su casa, ubicada en la calle Aristóbulo del Valle al 300. Luego de atar a Díaz y a su esposa, Liliana, tres de los criminales se dirigieron a la fábrica de alfajores, situada a cuatro cuadras de la casa familiar. El grupo de delincuentes recorrió y desvalijó rápidamente el edificio de dos pisos ubicado en Gran Canaria al 300. Para Díaz y su esposa fueron dos horas de miedo.
"Me estaban esperando, no fue al voleo. Sabían quién soy. No me querían llevar a la fábrica porque tenían miedo de que me viera algún conocido, por eso se llevaron las llaves y a mí me dejaron atado con mi esposa", dijo Díaz a LA NACION.
El asalto se desarrolló en una zona conocida como Barrio Parque, ubicada cerca de la estación Bernal del ferrocarril General Roca: se trata de un vecindario que se caracteriza principalmente por la vida social alrededor de dos plazas, con una sede de la Universidad Nacional de Quilmes edificada en esa zona, cerca de una importante oficina de la AFIP y de una iglesia. Vecinos comentaron que esa tranquilidad se altera por las noches, momento en que preocupan los asaltos y las entraderas como la sufrida por Díaz.
"Cuando estoy entrando [a su casa] se me aparecen cinco tipos encapuchados, me resistí porque no quería que ingresaran, me pegaron culatazos, me rompieron la cabeza y se metieron", recordó con impotencia el presidente de la sociedad anónima que fabrica los alfajores Capitán del Espacio. "Me resistí, me peleé y me pegaron culetazos. Me partieron la cabeza en dos", sostuvo en diálogo con LA NACION.
Los habitantes de ese barrio desarrollaron un sistema para alertar sobre potenciales merodeadores y se autoconvocan en reuniones por la inseguridad. De esos encuentros surgió la decisión de crear una alarma comunitaria que emite un fuerte sonido en las esquinas cuando algún vecino percibe una situación de peligro. Sin embargo, frente a las limitaciones de este sistema -que articulan con dos grupos de chat en las redes sociales para advertir sobre personas sospechosas o desconocidas- los vecinos también han montado en la zona sus propias cámaras de seguridad para monitorear las principales esquinas del barrio, según confirmaron en diálogo con LA NACION.
"Vivo en la esquina de la fábrica, y puedo decirte que es un barrio relativamente tranquilo, pero de todas formas siento que tengo que estar atento. Tenemos alarmas comunitarias y estamos siempre en contacto por las redes; hace más de diez años que comenzamos a organizarnos por las entraderas", dijo un vecino llamado Pablo.
"Las alarmas comunitarias espantan a delincuentes. Si ves algo raro, podés activarla", agregó un hombre que lo acompañaba en una parada de ómnibus, a pocos metros de la fábrica de los alfajores Capitán del Espacio.
En la misma línea se expresaron dos mujeres que conversaban antes de ingresar en su trabajo, en una empresa ubicada -también- muy cerca de la fábrica que dirige Díaz y de la casa donde vive con su familia. Para describir el lugar, estas mujeres, que prefirieron mantener su nombre bajo reserva, dijeron: "No es un barrio tranquilo, al contrario, es muy complicado. Hace menos de un mes, a un compañero de la empresa lo asaltaron cuando estaba llegando". Y agregaron: "Además de los asaltos, también sabemos que te roban los neumáticos. Esta cuadra -en la que se ubica la fábrica de alfajores- es particularmente complicada. Nosotras, si llegamos temprano al trabajo, nos quedamos dentro del auto para no esperar en la puerta. Por aquí roban mucho".
"Últimamente la zona está complicada", agregó Graciela, una comerciante de ese barrio. Comentó que al bajar las ventas no puede trabajar en su local con las puertas cerradas, pero que eso la hace sentir más expuesta. "En algún momento fue una locura porque desconfiábamos de cualquier persona que no conociéramos. Ahora no es así, aunque de todas formas nos mantenemos atentos", comentó. Y agregó: "Hemos montado un sistema propio de cámaras, se han realizado muchas reuniones y las personas están muy activas por este tema". Esas unidades de videovigilancia privada podrían ser solicitadas en la investigación por la violenta entradera sufrida por Díaz y su esposa.
El caso es investigado por el fiscal de Quilmes Ariel Díaz y personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y la Jefatura Departamental local. El fiscal Rivas analizará en las próximas horas las filmaciones de las cámaras de seguridad de la fábrica de alfajores y las imágenes registradas en la vía pública por las cámaras municipales en procura de pistas sobre los movimientos de la banda.
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