Horror en Dock Sud: Un testigo clave en un tiroteo entre policías mató a su exmujer delante de sus hijos y se suicidó
M.C. tenía custodia en la puerta de su casa por haber aportado información relevante a la causa por el enfrentamiento entre agentes federales y bonaerenses que terminó con un comisario abatido; tras una discusión le disparó en la nuca a la madre de su hijo y luego se quitó la vida
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Detrás de la puerta de la casa custodiada por un gendarme se desencadenó una tragedia familiar: un hombre, testigo clave en una causa de un enfrentamiento armado entre policías federales y bonaerenses, mató de un tiro en la nuca a su expareja y se suicidó con la misma pistola, delante de dos niños, uno de ellos, hijo de ambos.
El hecho, que se conoció en las últimas horas, ocurrió este lunes, a las 11.50, en una vivienda situada en French al 700, en la localidad de Dock Sud, partido de Avellaneda. Precisamente en una estación de servicio de ese distrito, pero en 2019, ocurrió el episodio que convirtió a M.C. en testigo protegido: en el playón de la Shell de la salida del Acceso Sudeste, agentes de la Federal, encomendados por la fiscal provincial María Soledad Garibaldi, esperaban, encubiertos, la llegada de un grupo de oficiales bonaerenses que había pactado un encuentro con una mujer dominicana que, previamente, había denunciado que esos policías le habían pedido una fuerte suma a cambio de no armarle una causa por narcotráfico al marido. Ya le habían cobrado 30 mil, y esperaban recibir los 170 mil restantes exigidos en la extorsión.
El 29 de marzo de ese año, a la noche, los bonaerenses llegaron, los federales les salieron al paso, y el encuentro terminó muy mal: los agentes provinciales se resistieron y atronaron las armas. El comisario Hernán David Martín, jefe del Gabinete de Drogas de Avellaneda, recibió cuatro impactos y murió tras haber disparado al menos siete tiros con su 9 milímetros; dos de sus balas alcanzaron al sargento Sergio Arán en las piernas y el resto, al cabo primero Claudio De Carlo en el cuello, el abdomen y los brazos.
Esa investigación siguió su curso y motivó varios arrestos en la DDI de Avellaneda, entre ellos, el subjefe de la dependencia. En ese expediente aportó información M.C., lo que le valió quedar como testigo protegido, dado el riesgo que suponía haber declarado contra policías antidrogas bonaerenses.
M.C. siguió en la zona de influencia de los acontecimientos, allí donde, justamente, actuaron aquellos contra quienes había hablado. Por su carácter de testigo en peligro, tenía una consigna en la puerta de su casa. Es materia de investigación, ahora, lo que ocurría puertas adentro de esa vivienda, cuáles eran las actividades de M.C. y, sobre todo, cuál era su relación con J.N., su expareja, y si había indicios de que en ese hogar teóricamente protegido de cualquier ataque, había riesgos de que se desencadenaría un drama mortal.
Según explicaron voceros judiciales y policiales a la agencia de noticias Télam, el lunes, poco antes del mediodía, J.N. llegó a la casa de French al 700 con su dos hijos, uno de ellos, hijo de M.C. Se presume que la mujer había ido a reclamarle a su ex que cumpliera con sus obligaciones legales como padre.
En ese contexto se produjo una discusión. En actos prácticamente concatenados, en una rápida sucesión, él primero la golpeó varias veces hasta que apareció en una de sus manos una pistola Taurus 9 milímetros y gatilló cuando la mujer se había agachado para protegerse de las trompadas. El tiro entró en la nuca de J.N., ante la aterrorizada mirada de los dos niños.
Los voceros consultados por Télam dijeron que uno de los chicos salió a la calle y le pidió ayuda al gendarme apostado en la puerta. Cuando el suboficial estaba por entrar, otra detonación sacudió el ambiente. M.C. yacía en el piso sobre un charco de sangre que se hacía cada vez más grande, con un tiro en la cabeza.
La magnitud del drama motivó que la fiscal Laura Carballal, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°2 de Avellaneda-Lanús, fuera a la escena del crimen, donde trabajaron peritos de la Policía Científica y personal de la comisaría 1ª. Allí encontraron la Taurus con la que se consumó el femicidio seguido de suicidio, un arma cuyo origen, ahora, la Justicia intenta precisar.
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