Un rifle de francotirador valuado en US$14.000, la "joya" en Bahía Blanca
Se trata de una poderosa arma calibre 50 de tenencia prohibida en la Argentina y utilizada por fuerzas especiales de los Estados Unidos
Entre las cuarenta armas largas decomisadas en Bahía Blanca, un rifle llamó la atención de los hombres que irrumpieron en la casa de un odontólogo local que, supuestamente, era un simple aficionado a la caza. El Bushmaster B50 es uno de los equipos utilizados por francotiradores de las fuerzas especiales norteamericanas. Es una pieza valuada en algo más de US$6000. Claro que un rifle para snipers militares es solo parte del sistema de arma y necesita una mira telescópica adecuada para maximizar su capacidad. En este caso el alcance máximo dependería solo de la pericia del tirador, porque la mira colocada sobre el armazón de ese fusil tenía las características necesarias para llevar la precisión a los 1600 metros establecidos por el fabricante, que produce esa serie desde 2009. El costo solo de esa mira supera los US$8000.
"Había un búnker donde se recolectaron más de 45 armas, mecanismos para la formación de equipamientos de esas armas, rearmado de balas, municiones y cuchillos. Toda una serie de armamentos hasta ahora sin ninguna radicación legal, incluso algunas de estas armas son calibre 50, que están prohibidas en la Argentina", afirmó el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, que ayer visitó el lugar allanado por la Gendarmería en Bahía Blanca.
Armas de similares características fueron encontradas en los últimos años en las favelas de Río de Janeiro, donde los traficantes utilizan esos rifles de alto poder de fuego para intimidar los sobrevuelos de helicópteros policiales.
"Hay armas que son de uso exclusivamente militar, que están prohibidas, e incluso hay armas calibre 50. Ninguna tiene la documentación correspondiente. Se encontró documentación apócrifa de Anmac (Agencia Nacional de Materiales Controlados, ex Renar) y no era un lugar ni registrado ni oficial", explicó Burzaco tras observar el material incautado.
Ese armamento forma parte de las 1316 armas cortas y 1262 armas largas que fueron secuestradas durante allanamientos en varias provincias. La causa fue una derivación del expediente iniciado en octubre pasado, cuando pocos días antes de la reunión de presidentes durante el G-20 se descubrió a una red que acopiaba armas para transferirlas a grupos narco brasileños. En esa ocasión, la pista inicial fue informada por los Estados Unidos a autoridades de AFIP-Aduana. En esta oportunidad se secuestró material bélico que podría haber sido utilizado para dotar de poder de fuego a un batallón.
Se conoció en el primer conteo de armas que esa red contaba con un cañón Oerlikon y más de 100.000 municiones de 20 mm. Se trata de una pieza liviana de artillería antiaérea que había estado comprometida en una negociación con el Comando Vermelho, el poderoso grupo narco que desde las favelas cariocas extiende su influencia a Paraguay y que intenta hace algún tiempo establecer vínculos con narcos locales. De todas maneras, esa poderosa arma militar no fue la única encontrada en el arsenal decomisado anteayer.
Al menos un mortero calibre 60 -con su correspondiente munición- estaba en manos de los 22 sospechosos detenidos durante más de 50 allanamientos, que estuvieron a cargo de la Gendarmería y de AFIP-Aduana. Ese armamento habría sido encontrado en la casa allanada en la localidad de Martínez.
Junto con el cañón Oerlikon de 20 mm también se hallaron al menos tres lanzacohetes argentinos Instalaza, de 90 mm, capaces de perforar un metro de hormigón con un rango de tiro de unos trescientos metros. Es un arma de apoyo de fuego de la Infantería.
El momento de su hurto de algún arsenal militar no está claro para los investigadores. Sin embargo, podría tratarse de material que lleva algunas décadas fuera de los cuarteles. En el comienzo de la investigación, durante los allanamientos concretados en octubre pasado, los detectives se habrían encontrado con una ametralladora pesada que posiblemente hubiese estado en servicio en el inicio de la guerra en las islas Malvinas. No un ama parecida, sino esa ametralladora. Casualidad o no, en una de las zonas en las que se exhibían los fusiles en las paredes hay una imagen emblemática: la toma de Puerto Argentino el 2 de abril de 1982.