Un policía, un ladrón de 18 años y su cómplice de 16 con antecedentes están detenidos por el asesinato del chico de 10 años
Vecinos de Wilde se movilizaron esta noche en reclamo de justicia tras el homicidio de Bastián Escalante Montoya
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Bastián Escalante Montoya, de 10 años, se convirtió en el tercer niño asesinado en lo que va del año durante un robo en el Gran Buenos Aires. Lo mataron de dos balazos al quedar en medio de un tiroteo entre un policía y los cuatro asaltantes que le quisieron arrebatar la moto, en Wilde, partido de Avellaneda.
Debido a que no se trató de un hecho aislado, los vecinos del Barrio de la Carne, donde ocurrió en el asesinato, se concentraron anoche, frente al club en el que el niño jugaba al fútbol y reclamaron “Justicia por Bastián”. También se movilizaron hasta la comisaría de la zona.
Fue masivo el reclamo de justicia que se desarrolló anoche en Wilde.
El pequeño estaba acompañado por Johana, su madre, cuando lo mataron. El policía, de 30 años, que disparó contra los asaltantes y dos de los ladrones quedaron detenidos. Los malvivientes tienen 18 y 16 años. El sospechoso que es mayor de edad tiene siete causas penales; tres por robos a mano armada cometidos en Quilmes. Mientras que el adolescente, de 16 años, cometió tres robos en dos meses.
Mayra, madre de dos niños que presenciaron la secuencia de los balazos porque salían del club en el momento del tiroteo: “estamos indignados, acá funcionan dos colegios y una sociedad de fomento y no tenemos seguridad. Nadie nos cuida. Tampoco conocemos el nombre del comisario, nunca se presentó con los vecinos”.
Este año, antes que Bastián fueron asesinadas durante asaltos Umma Aguilera y Jennifer Campos Calle, de 9 y 13 años, en las localidades de Villa Centenario y Virrey del Pino, respectivamente.
La marcha en reclamo de seguridad para los vecinos del barrio y de Justicia por Bastián convocó a una multitud de habitantes de Wilde. “Nos comentaron en la escuela que cada día regresa un alumno al colegio para pedir ayuda porque le robaron el celular y la mochila”, agregó Romina, madre de uno de los pequeños que concurren al colegio primario que funciona en la esquina de Caxaraville y Friuli.
“Hace una semana me pegaron para robarme un anillo. Fue en la misma esquina en la que mataron a Bastián. Me pegaron hasta más no poder. Eran dos drogadictos que me interceptaron cuando volvía de hacer las compras con mi hija. Uno de los asaltantes me dijo que si no le daba el anillo me lo cortaba de un balazo. Me dijo que le diera la mano porque si no salía el anillo me volaba el dedo. De tanta fuerza que hice el anillo salió y se cayó en el pasto. Entonces, el ladrón volvió a amenazarme y me advirtió que si no encontraba el anillo me disparaba a la cabeza. Después de diez minutos, los asaltantes encontraron el anillo y huyeron”, ningún policía los detuvo, expresó, angustiada, Nélida.
En el barrio no hay móviles policiales. No estaban el miércoles a las 20.37, cuando mataron a Bastián y tampoco estuvieron durante la protesta de los vecinos. Los habitantes del barrio tuvieron que pagar la instalación de cámaras de seguridad en Caxaraville, Paysandú y Friuli.
Una trampa mortal
Según la reconstrucción realizada por los investigadores policiales, el pequeño quedó en medio de un tiroteo entre un efectivo de la policía bonaerense y dos asaltantes que le quisieron robar la moto cuando esperaba que el hijo de su pareja saliera de la Escuela Técnica N° 3, situada en la esquina de Friuli y Caxaraville, en Wilde, partido de Avellaneda.
El policía, que no llevaba su uniforme, fue interceptado por cuatro delincuentes que circulaban en dos motos. Uno de los asaltantes apuntó con el arma contra el dueño de la moto Rouser y le exigió que entregara el vehículo.
Pero el propietario de la moto se identificó como integrante de la fuerza de seguridad provincial y dio la voz de alto. Así comenzó un tiroteo entre el policía y los asaltantes que se extendió durante casi dos cuadras. Según los vecinos hubo más de once disparos.
Dos de los balazos mataron a Bastián que, instantes antes, había salido de jugar al fútbol en la Sociedad de Fomento Barrio de la Carne. El pequeño iba en bicicleta junto con su madre cuando escucharon los estruendos de los disparos. Estaban a mitad de cuadra y no tenían dónde refugiarse.
Dos de los asaltantes pasaron al lado de la madre con su hijo cuando huían del policía que los perseguía. Ambos ladrones disparaban contra el efectivo de la fuerza de seguridad provincial que, a su vez, se defendía a balazos.
Una de las cámaras de seguridad instalada por los vecinos registró el momento en que uno de los asaltantes disparaba contra el policía. El fogonazo de la detonación cuando pasaban junto al niño y su madre quedó registrado en las imágenes.
Bastián y su madre no tuvieron forma de escapar de los balazos. Quedaron en medio de los disparos. Desesperada, la mujer intentó sacar a Bastián de la línea de fuego. Fue imposible. En la calle quedaron las manchas de sangre del pequeño, herido en el cuello y en la espalda.
Al llegar a Caxaraville y Friuli, la mujer no pudo contener más a Bastián, quien se cayó de la bicicleta y quedó en el asfalto. Debido a que la ambulancia demoraba, los vecinos ayudaron a la mujer y a su hijo, cargaron a Bastián en un automóvil y lo llevaron al hospital Finochietto. Allí estuvo internado hasta que falleció luego de doce horas de agonía.
Los delincuentes lograron huir sin concretar el robo y, luego de chocar contra un automóvil blanco, dos de los asaltantes abandonaron la moto y escaparon.
Ante el llamado al número de emergencias 911, dos móviles de la comisaría de Wilde, que recorrían la zona, interceptaron a dos sospechosos que intentaban llegar a la Villa Corina para refugiarse en los laberínticos pasillos de Villa Corina, el asentamiento de monoblocks y viviendas precarias situado detrás del cementerio de Avellaneda.
Hasta anoche, los policías de la comisaría de Wilde no lograron apresar a los dos ocupantes de la segunda moto que habían logrado huir. Con respecto a los dos sospechosos detenidos, fuentes de la investigación indicaron que tienen 18 y 16 años, respectivamente. Uno de ellos había salido de la cárcel un mes antes.
Con respecto al policía, que habría sido identificado como Juan Alberto García Tonzo, de 30 años, la Justicia decidió que quede detenido, acusado del homicidio del niño cometido con exceso de legítima defensa.
El futuro del policía en el proceso dependerá del resultado de los peritajes balísticos que comenzaron a realizar los técnicos de la Prefectura.
El policía se desempeña en el Comando de Patrullas de Avellaneda, su Bersa Thunder fue la única arma secuestrada. Al revisar el cargador, los investigadores determinaron que no alcanzó a vaciarlo. Todavía tenía seis proyectiles. A ninguno de los asaltantes detenidos le secuestraron armas.
La autopsia del cuerpo del chico expondrá en principio el calibre de los proyectiles que provocaron el deceso. También se determinará la trayectoria de ingreso de las balas, situación sumada al análisis de las grabaciones obtenidas de las cámaras de seguridad podrían aportar claridad a la investigación.
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