Un crimen que movilizó a una ciudad
Vecinos marcharon tras los homicidios de dos supermercadistas; tomaron la municipalidad y pidieron a la intendenta que renuncie
CAÑUELAS.– El brutal asesinato de dos hermanos, Leonardo y Marcelo Massa, que atendían un supermercado en el centro de esta ciudad, movilizó ayer a miles de vecinos y comerciantes que, con carteles y cacerolazos, se concentraron frente y dentro de la municipalidad para exigir mayor seguridad, reclamo que le enrostraron especialmente a la intendenta Marisa Fassi, a quien algunos de los manifestantes le pidieron la renuncia.
Ante tamaña reacción vecinal, que se extendió durante todo el día, el gobernador Daniel Scioli envió de inmediato a su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, y al jefe de la policía provincial, Hugo Matzkin, para intentar llevar calma a los cañuelenses y respaldar a la jefa comunal, esposa del ministro de Asuntos Agrarios, Gustavo Arrieta.
Pero lejos de calmar los ánimos de los vecinos de esta ciudad, la presencia del jefe de la policía bonaerense y de un grupo de infantería provincial (ante posibles desmanes) generó momentos de tensión entre los manifestantes que, desde las 8, tomaron el hall central del palacio municipal y exigieron durante toda la tarde dialogar con la jefa comunal.
Entre cánticos e insultos, le decían: "¿Marisa dónde está?", "Marisa tiene miedo" y "Que baje esa h… de p…". Cuando la intendenta bajó por un instante, a las 15 y con custodia policial, para intentar hablar con los vecinos; los manifestantes comenzaron a pedir a los gritos: "¡Que renuncie! ¡Que renuncié ya!".
Finalmente, a las 23, salió y enfrentó a los vecinos. Después de que Casal explicó que, en cuanto al caso, estaban tras un sospechoso firme, y sobre la situación general, sumarían patrulleros y estructura policial, Fassi dijo: "Esto es muy difícil para todos".
Fassi asumió la intendencia cuando su esposo, el jefe comunal electo, dejó el cargo por el ministro de Asuntos Agrarios en el Gabinete de Scioli. Por eso, muchos vecinos y comerciantes repetían ayer que, como no la habían votado, la mujer de Arrieta no los representa.
La toma del palacio comunal, lejos de tener las características violentas de una pueblada, fue pacífica. Los vecinos juntaron firmas para pedir mayor seguridad en la ciudad y prácticamente empapelaron el hall central con carteles que reclamaban justicia por los asesinatos de Marcelo, de 36 años, y Leonardo, de 39. La ocupación de la municipalidad se extendió hasta las 20. A esa hora, los manifestantes marcharon alrededor de la plaza con velas encendidas, y exigieron el esclarecimiento del doble crimen y más seguridad en la ciudad.
"Hace dos años, Cañuelas era un pueblo donde se podía vivir en paz. Era de esos lugares donde uno puede dejar abierta la puerta de calle y el auto con las llaves puestas y no pasa nada. Ahora no. Hay muchos robos. Si bien no tienen el nivel de agresividad de lo que sucede en el conurbano… ahora todos estamos con temor. A mí me robaron ya tres veces, y la policía no puede hacer nada porque son menores los delincuentes", dijo a LA NACION Héctor Gallego, uno de los vecinos que participó de la protesta.
La comerciante Patricia Quiroga agregó: "Yo tengo un negocio y todos los días cuando cierro a la noche, tengo miedo de que me peguen un tiro".
Cristian Maldonado fue uno de los primeros en llegar a la municipalidad. Con una foto familiar en la mano, aseguró que hacía seis años, aquí, un delincuente asesinó a su tío, Germán Nicolás González, en un robo: "Estoy acá porque a mí me habían prometido que esto no iba a pasar más, y acá estamos de nuevo, con otras dos personas muertas".
Ex convicto buscado
El asesinato de los hermanos Massa fue cometido anteayer a las 19.40 en el supermercado Doña Rosa, situado a cinco cuadras de la municipalidad, en Libertad e Irigoyen. Un sujeto ingresó en el local y tras un breve intercambio de palabras con los dos hermanos, los baleó y huyó en una moto que conducía un cómplice. Leonardo recibió un tiro en la cabeza y murió en el acto; Marcelo, con tres tiros en el pecho, falleció en el hospital local.
La pista más firme apunta a una venganza como móvil. Ayer hubo allanamientos para dar con un ex convicto que habría salido recientemente de prisión, después de seis años de cárcel por un robo a uno de los hermanos Massa, que esa vez fue baleado y perdió un riñón. Ese sospechoso había jurado vengarse. Según versiones de vecinos, en los últimos días la víctima recibió mensajes de texto en los que le habrían advertido que cumplirían con esa amenaza.
Con la colaboración de Marina Herrmann
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