Un auto, otra pista en el caso Benedit
Cámaras de seguridad registraron que la noche de la muerte del financista, un vehículo mediano estuvo siete minutos estacionado a metros de donde apareció el cuerpo; la policía lo está buscando; siguen los interrogantes
Las dudas rondan la muerte del financista Mariano Benedit. La mecánica del disparo señala el posible suicidio del joven de 31 años. Pero sus movimientos de dinero en las horas previas -ratificados por la fiscalía- sostienen interrogantes sobre lo que sucedió la noche del martes pasado en la Costanera Sur. Se buscaron, sin éxito, pistas en el cercano casino. Y se analiza ahora la sospechosa presencia de un automóvil estacionado durante siete minutos a metros del lugar en el que apareció el cuerpo.
A la medianoche del martes, dieciséis horas antes del hallazgo del cadáver, las luces de un vehículo de tamaño mediano fueron registradas por una cercana cámara de seguridad. Se estacionó en el lugar donde hacen paradas de descanso los colectiveros de las líneas 2 y 4. Esa improvisada playa de estacionamiento de ómnibus estaba vacía hasta la aparición del misterioso vehículo. Siete minutos después, el automóvil partió. Ningún elemento adicional relaciona a ese vehículo con la muerte de Benedit. Sólo su presencia en el lugar en un horario que coincide con la estimación de la muerte considerada en la autopsia del financista.
Benedit fue encontrado momentos antes de las 16 por el colectivero del interno 50 de la línea 4. El hombre estaba en espera de iniciar un nuevo trayecto. Allí suben muchos pasajeros. Operarios del astillero Tandanor, empleados del Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar), que abarca el centro de construcción de submarinos que se conocía antes como Domecq García, nuevas oficinas del Ministerio de Justicia de la Nación, donde la coincidencia hizo que se encontrase el jueves pasado un bolso de una militante de La Cámpora que deambulaba perdida en busca de una hermana que allí trabaja; tanta gente circula en las mañanas y tardes por ese lugar que el colectivero decidió alejarse unos metros hacía los árboles en busca de un baño natural. Y se topó con el cuerpo. Cruzó la avenida España al 3900 y desde la garita de seguridad de Tandanor se dio aviso a la policía.
A Benedit se lo buscaba desde el martes a la tarde. Al mediodía salió de su casa en la calle Arenales al 1600. No concurrió a una reunión prevista con su hermana Dolores y pasadas las 16 los familiares efectuaron una denuncia por averiguación de paradero. En forma oficial, la fiscalía aseguró que Benedit "estaba en una situación financiera comprometida", sin dar mayores detalles sobre esa revelación de por sí importante.
Trascendidos de fuentes judiciales y policiales señalaron que el financista habría retirado el martes unos 250.000 dólares de una caja de seguridad. Otros hacen referencia a una suma inferior a los 200.000 dólares. Sí quedó establecido que una de las últimas acciones del financista fue tomar una fuerte cantidad de efectivo. El destino de ese dinero es otra de las preguntas que deja el caso.
El potencial despilfarro en el casino como detonante de la decisión más drástica tiene algunos puntos flojos como hipótesis. ¿Es normal que en el casino de la ciudad de Buenos Aires aparezca alguien con 200.000 dólares y los cambie en fichas? Si es algo habitual, el problema es más grave y trasciende un caso policial; si eso no es lo común en esa sala de juego debería ser fácilmente recordada su presencia por todo empleado, croupier, seguridad, mozo o, incluso, chica sentada en el bar en busca de detectar una billetera abundante. Si pasó por ahí, no habrá sido para jugar tanto dinero a un pleno. Ese dinero difícilmente haya terminado en una apuesta final para salvar deudas.
La teoría del jugador desesperado nace por el dinero retirado por Benedit, la relativa cercanía del casino con el lugar del hallazgo del cuerpo y la certeza de que el financista debía una fuerte cantidad a personas aún desconocidas para la Justicia. Los investigadores se refieren a una deuda de 750.000 dólares.
Benedit circuló en sus últimas horas en su motocicleta Honda Tornado 250 blanca, con dominio 876 IEF. Cerca del cuerpo se encontraron varias pertenencias, su tablet, su celular, algo de dinero. El destino de la motocicleta es un misterio más. ¿Fue robada en la madrugada del miércoles después del disparo? ¿Aparece en las cámaras de seguridad de la zona? ¿O sólo pueden distinguirse las luces de un automóvil estacionado unos pocos minutos en ese lugar en el horario de los hechos? La Justicia continúa con el análisis de las imágenes de vigilancia, aunque la mecánica del disparo señala un potencial suicidio.
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