Narcotráfico: un certificado de defunción trucho, un viaje a Uruguay y otros secretos de la captura en Perú de Dumbo
Raúl Martín Maylli Rivera tenía orden de captura internacional desde mayo del año pasado; había integrado la temible organización criminal que operaba en la villa 1-11-14
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Estuvo prófugo un año y cinco meses. El gobierno nacional ofrecía una recompensa de hasta 5.000.000 de pesos para quien aportara datos que permitieran la detención de Raúl Martín Maylli Rivera, más conocido como Dumbo. Se sospechaba que estaba en Perú y en las últimas horas la hipótesis investigativa se confirmó. El sindicado capo narco, que se había hecho conocido por sembrar el terror en el barrio Padre Mugica, en Villa Lugano, fue detenido en Lima. La idea de que había escapado a su país natal comenzó a tener fuerza en el verano pasado, cuando un abogado se presentó en los tribunales de Comodoro Py, en Retiro, y entregó un certificado de defunción que sostenía que el sospechoso había muerto en Perú. Pero la documentación era falsa.
Así lo explicaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. La detención de Dumbo fue informada por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Dos detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) viajaron a Perú para participar del operativo de detención. El lunes próximo se presentará el pedido de extradición.
Dumbo, de 41 años, está acusado de liderar una banda naco que operara en el barrio Padre Mugica, en Villa Lugano. Antes había integrado la temible organización narco asentada en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
La organización de Dumbo se hizo conocida para la opinión pública cuando, a mediados de mayo pasado, vecinos del barrio Mugica decidieron cortar la avenida General Paz para exigir a presencia del Estado tras un intenso tiroteo. Se habían cansado de vivir atemorizados y de que el “dueño” de la zona fuera Maylli Rivera.
Todavía es un misterio cómo hizo Dumbo para salir de la Argentina a pesar de tener una captura nacional e internacional.
“La pista de que Dumbo estaba en su país natal comenzó a ser analizada después de que se determinó, con la colaboración de autoridades de Perú, que el certificado de defunción era falso”, sostuvo a LA NACION una fuente de la investigación.
La orden de captura de Dumbo había sido firmada por el juez federal Julián Ercolini, magistrado a cargo de la causa. En la investigación participan los fiscales Alejandra Mangano y Diego Iglesias, funcionario a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
Con Dumbo prófugo, la investigación continuó sobre otros integrantes de la organización narco. El juez Ercolini ordenó una serie de escuchas telefónicas. En las comunicaciones surgió con más claridad la sospecha de que Maylli Rivera estaba en Perú.
“En las comunicaciones que logramos interceptar, los secuaces de Dumbo sugerían que su jefe estaba en Perú y que les pedía que se vayan para allá con él”, dijo a LA NACION una fuente judicial.
Dumbo, según fuentes de la PFA, seguía con el manejo del negocio narco desde la clandestinidad. El último fin de semana se hicieron unas detenciones de sus lugartenientes que fueron el puntapié inicial que derivó en la detención del capo narco.
Entre los detenidos por detectives de la División Operaciones Área Metropolitana Oeste de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA estaban la sobrina de Dumbo, Mayra Flores Villantoy, y su pareja, Nicolás Silva Ames, apodado Tío Ricky, y Edwin, Ynza Hinostroza, alias Manchay, lugarteniente del por entonces capo narco prófugo.
“Tras la detención de Manchay, por escuchas telefónicas, surgió la información que su mujer, Edith Pacheco, el hijo de ambos y otro importante integrante de la organización criminal, Jonatan Camelino, apodado Oso, iban a viajar a Perú para encontrarse con Dumbo”, explicaron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Primero viajaron a Uruguay. El Oso lo hizo anteayer a las 7.40. Salió del puerto de Buenos Aires hacia Colonia. Pacheco y su hijo viajaron ese mismo día, pero a las 14.40.
“Pasaron una noche en Montevideo y después compraron pasajes en avión para viajar a Perú. La escala aérea fue en el aeroparque metropolitano. El Oso continuó hacia Lima, pero Pacheco y su hijo tuvieron que embarcar en otro avión que despegó desde Ezeiza”, dijeron las fuentes consultadas.
Un detective de la PFA viajó en el mismo avión donde se embarcó el Oso, para seguirle los pasos.
En Lima, se sumó al seguimiento personal de la Policía Nacional de Perú. “En el aeropuerto Jorge Chavez al Oso lo esperaba una mujer que fue reconocida por el detective de la PFA como mano derecha de Dumbo”, sostuvo una fuente judicial.
Tras una vigilancia discreta, el personal de la PFA y sus colegas de la Policía Nacional de Perú pudieron dar con Dumbo.
“Al ser sorprendido por el personal policial, Dumbo afirmó no ser la persona que buscaban. Presentó una cédula de identidad que lo identificaba como un ciudadano boliviano. Pero el documento, al igual que el certificado de defunción, era trucho”, afirmó una fuente judicial.
Según el expediente judicial, la banda de Dumbo llegó a facturar 316.000 pesos por día con la venta de dosis de cocaína y marihuana.
La “contabilidad” de la banda narco donde se dejaba constancia de la recaudación del negocio del narcomenudeo fue descubierta en anotaciones manuscritas, secuestradas en un operativo la Policía de la Ciudad. El registro correspondería a actividades desarrolladas entre marzo y septiembre de 2020.
En las páginas se anotaban diferentes gastos para dejar asentadas las ganancias y los nombres y ventas que hacía cada dealer. La letra A se utilizaba para hacer referencia a la recaudación de la cocaína y, la F, para la marihuana. Hubo jornadas donde el saldo a favor llegó a los 316.000 pesos.
En los cuadernos secuestrados por el personal policial no solo se dejaba constancia de los movimientos de dinero y de las ventas que hacía cada dealer, sino también se describía la función que tenía cada integrante de la organización criminal.
“Se logró determinar, también a través de anotaciones manuscritas, el rol que desempeñaba cada uno de los imputados dentro de esta organización, todo ello respaldado a través del secuestro de armas de fuego, municiones, drogas y otros elementos vinculados a la actividad propia de esta banda, realizados en los diversos allanamientos de las viviendas por ellos utilizadas”, explicó el juez Ercolini cuando procesó a parte de la banda.
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