Túnel en San Isidro: tráfico de estupefacientes, robos millonarios y un intento de fuga, el prontuario del cuarto detenido
Se trata de César Leonardo Cazenave Peña, que tiene 47 años y fue detenido en Uruguay; estuvo en la Argentina junto con otros dos uruguayos apresados por su presunta participación en el plan
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Tráfico de estupefacientes, robos millonarios, asociación para delinquir y el intento de fuga de una cárcel en complicidad con un reconocido boquetero son algunos de los antecedentes de César Leonardo Cazenave Peña, un ciudadano uruguayo que se convirtió en el cuarto detenido por su presunta relación con el túnel de, por lo menos, 150 metros, que una banda delictiva hizo en el casco histórico de San Isidro para robar un banco con la intención de apoderarse de un botín millonario.
El sospechoso, de 47 años, fue detenido en el balneario San Luis, en Canelones, por el Departamento de Capturas Internacionales de Interpol Uruguay.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “El sospechoso registra un extenso historial de antecedentes penales por la comisión de hechos constitutivos de los delitos de rapiña agravada y reiterada, tráfico de estupefacientes, asociación para delinquir, lesiones, atentado especialmente grave, entre otros. Además, junto con otros supuestos integrantes de la banda que hizo el túnel, habría protagonizado millonarios robos en Uruguay, donde los ladrones estaban vestidos de policías”, agregaron los voceros consultados.
Además, según las fuentes judiciales consultadas, mientras estaba preso en una cárcel, Cazenave Peña fue descubierto cuando construía un túnel y “preparaba una fuga” junto a Wilson Pedraja Fernández, un conocido boquetero uruguayo, principalmente por haber sido uno de los autores del robo de 164 cajas de seguridad del Banco de Crédito Argentino [de Recoleta], así como el Banco Provincia de Quilmes“.
Se trata del tercer ciudadano uruguayo detenido en el marco de la investigación del túnel. Antes habían sido detenidos Alan Daniel Lorenzo Rodríguez y Nicolás Carpani Romero. Otro, también de nacionalidad uruguaya, Nicolás Cardozo Merladet, fue asesinado a balazos. Un crimen que, para los investigadores, estuvo relacionado con el frustrado golpe.
Cazenave Peña, desde comienzos de 2023, tiene 30 movimientos migratorios entre la Argentina y Uruguay. “En reiteradas oportunidades compartió la estadía en el país con sus compatriotas Rodríguez y Carpani. Muchas de sus visitas fueron por extensos períodos, varios días”, agregaron las fuentes consultadas.
Otro ciudadano uruguayo, Nicolás Cardozo Merladet, fue asesinado a sangre fría. Lo mató a balazos en Canelones, Uruguay, un grupo comando que se hizo pasar por personal policial y simuló un allanamiento a su casa.
También está preso Alejandro Israel Rosendo López, un vecino de las islas de Ibicuy, en Villa Paranacito, Entre Ríos, con antecedentes por narcotráfico, que habría hecho las veces de “lanchero” de los uruguayos que “cruzaban la orilla” mientras preparaban el túnel.
La investigación del intento de robo de a sucursal San Isidro del Banco Macro quedó a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal general adjunto Patricio Ferrari, equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, con la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, conducida por el comisario mayor Javier Specia, y personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA).
“En el día de la fecha y en el marco de la Operación Terra, luego de tareas de colección [sic] de información y de inteligencia operativa, personal del Departamento de Capturas Internacionales con apoyo de la Dirección Nacional Guardia Republicana (GNGR) realizó un operativo en el Balneario San Luis Departamento de Canelones logrando la detención de C. L. C. P. [por Cesar Leonardo Cazenave Peña] de 47 años de edad”, informó el Ministerio del Interior de Uruguay en un comunicado de prensa.
La semana pasada, la causa tuvo otro avance importante cuando la jueza letrada de primera instancia en lo penal Marcela Vargas concedió la extradición de Carpani Romero, medida solicitada por autoridades diplomáticas argentinas tras una solicitud de la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty.
“Todavía faltan identificar a otros integrantes de la banda. Se sospecha que, en total, participaron diez delincuentes. Sabemos que hay más ladrones uruguayos involucrados y también hampones de Paraguay”, afirmó una calificada fuente que participa de la investigación.
La cantidad de delincuentes de la banda que participó en el plan criminal quedó plasmada en un video que está en poder de los detectives policiales y judiciales y que fue publicado por LA NACION.
Se trata de una filmación del 5 de agosto pasado, cuando todavía faltaban dos días para que se descubriera el túnel. En la grabación, incorporada al expediente, se observa cómo, en horas del mediodía, ocho hombres con bolsos se suben a una camioneta Renault Kangoo blanca que los esperaba en cercanías del Puerto de Frutos de Tigre para ir San Isidro. Cuando todos estaban arriba del vehículo utilitario, el conductor arrancó.
“Esa camioneta fue vista en la zona del depósito situado en Chacabuco 535/547, donde los ladrones comenzaron a hacer el túnel que los iba a conectar con la sucursal bancaria. El vehículo desapareció el día que el plan criminal se frustró. Se esfumó. No sabemos si para eliminar las pruebas, los delincuentes la prendieron fuego o si está escondida en algún lugar que todavía no se pudo determinar”, dijo a LA NACION una fuente del caso.
La investigación que derivó en el descubrimiento del túnel comenzó de forma fortuita cuando el martes 6 de agosto pasado, cerca de las 8.45, Damián Otero, un empleado de Berni, un local gastronómico situado en Chacabuco al 400, a pocos metros del banco que los ladrones pretendían robar, sintió un ruido extraño debajo de su camioneta.
Algo que no lograba identificar le daba golpes al chasis. El extraño sonido no se detenía. Entonces corrió el vehículo unos pocos metros y, después de descender, descubrió algo que le llamó la atención: una varilla de hierro sobresalía de entre los adoquines. Pronto se acercaron el personal de la confitería y otros comerciantes. Nadie entendía qué era lo que veían.
Tras el hallazgo y como no pudieron sacar la varilla de entre los adoquines, los comerciantes de la zona decidieron doblarla para que ningún conductor se la llevara por delante. Después le pidieron al personal de seguridad del banco que colocara un cono naranja fluorescente para que quedara señalizado el lugar.
Un analista técnico revisó todas las alarmas y los sensores del banco y no encontró ninguna anomalía. Sin embargo, se comunicaron con personal de la comisaría 1a. de San Isidro para “dar aviso de lo sucedido”. A las 20, un patrullero de la policía bonaerense se estacionó en Chacabuco al 400 para vigilar en forma preventiva las proximidades del banco.
El miércoles a las 8, hubo una comunicación con la Subsecretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro y poco después se decidió romper la calle y ver hasta dónde llegaba la varilla que había quedado clavada en los adoquines. Al comenzar a sacar la varilla se estableció que estaba conectada por tramos, con un largo de aproximadamente tres metros. Entonces, se decidió excavar para ver hasta dónde llegaba el túnel”, sostuvo una fuente de la investigación .
La primera sospecha fue que el túnel podía conectar con una propiedad situada en la vereda de enfrente del banco, pero pronto esa hipótesis se descartó.
Después de más de 12 horas de trabajo, se descubrió que el túnel comenzaba en un galpón situado en Chacabuco 535/547.
En el viejo taller, detectives de la policía bonaerense y personal de la Municipalidad de San Isidro hallaron colchones, que indicarían que la banda dormía en el lugar, y bolsas plásticas y de arpillera similares a las utilizadas por los corralones para vender arena para obras en construcción, donde cargaban la tierra que sacaban a medida que hacían el pozo.
En una última inspección en el depósito, los investigadores encontraron una camiseta de River Plate, que en la parte de atrás llevaba impreso el número 9. No se sabe si era el mensaje que pensaban dejar si entraban a la bóveda de la sucursal, ya que el presidente de la entidad también es la máxima autoridad de los millonarios.
Otero hoy trabaja para Banco Macro: fue contratado la semana pasada.
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