Travesticidio. Las claves para identificar a los sospechosos de un brutal crimen
El homicidio se descubrió después de que vecinos de la víctima, Alejandra Villa Salazar, alertaran sobre un olor putrefacto que salía de su departamento. Cuando el personal policial irrumpió en el inmueble descubrió el cuerpo de la mujer, desnudo, en estado descomposición y con una bolsa de nylon en la cabeza. A Alejandra, una mujer trans de 54 años, la habían matado una semana antes. Su asesino la había ahorcado y escapó del edificio de Balvanera después de robarle algunas pertenencias.
Sin testigos del brutal homicidio y después de casi 20 días de investigación, el fiscal en lo criminal y correccional porteño Ignacio Mahiques y detectives de la Policía de la Ciudad, identificaron al presunto homicida y a un supuesto cómplice. Para dar con los sospechosos fueron claves las imágenes de las cámaras de seguridad con las que se logró reconstruir los momentos previos y posteriores al crimen.
En las últimas horas, el presunto homicida, identificado por fuentes judiciales como Rodrigo Keilis, prestó declaración indagatoria. Se ubicó en la escena del crimen, pero solo admitió haberle pegado una trompada en el rostro a la víctima; dijo que después de tener relaciones sexuales, ella no lo dejaba salir del departamento y entonces, por "bronca", le robó algunas pertenencias. Pero esa versión del acusado, según fuentes del caso, habría quedado desacreditada por el resultado de la autopsia, que determinó que Villa Salazar no tenía signos compatibles con un golpe.
El homicidio, según las fuentes consultadas, ocurrió el 6 de este mes entre las 18.47 y las 20.22 en el departamento de la víctima, situado en un edificio de Corrientes al 2200, Balvanera. Villa Salazar, Keilis y su tío -y presunto cómplice- se cruzaron a las 18.30, cuando la mujer salía de hacer compras de un supermercado situado en Bartolomé Mitre al 1500.
Según pudieron reconstruir los investigadores, el presunto asesino ayudó a la mujer a cargar las bolsas de las compras y subió a su departamento. Su tío se quedó en la calle.
Una vez en el departamento, según informaron fuentes judiciales, el homicida le puso una bolsa de nylon del supermercado en la cabeza y la ahorcó con las manos.
Keilis tomó la llave electrónica para poder salir del edificio, se apoderó de algunas pertenencias de las víctimas, entre un TV de LCD y, posiblemente, su teléfono celular y se fue por la avenida Corrientes hasta la calle Uriburu, donde tomó un taxi hasta Constitución, donde se encontró con su tío.
Todo pudo ser reconstruido por los investigadores a partir del análisis, cuadro por cuadro, de las imágenes de las cámaras de seguridad que captaron los movimientos del sospechoso.
"A partir de las filmaciones se pudo llegar hasta el taxista que llevó al sospechoso. El chofer del taxi recordó detalles, como la remera roja que vestía y que el sujeto cargaba un monitor, y dio detalles del lugar donde terminó el viaje", dijeron fuentes judiciales.
Fue así que después de recorrer la zona donde terminó el viaje, anteayer, detectives de la División Homicidios y de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 3 de la Policía de la Ciudad detuvieron al presunto homicida y a su tío.
Según pudo saber LA NACION de fuentes judiciales, el fiscal Mahiques le solicitó al juez Fernando Caunedo que se tomen muestras biológicas (sangre y saliva) de Keilis para poder hacer una comparación con las muestras genéticas halladas en la escena del crimen.
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