Tras un tiroteo con la policía. Así cayó Martincito, el múltiple asesino adolescente que siempre tiene un arma en la mano
Tiene 17 años y registra, al menos, tres homicidios; pese a su peligrosidad, solo es alojado en institutos de menores de los que se escapa
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Cuando lo detuvieron dijo que vivía en Laferrère, en jurisdicción de La Matanza. Los policías de la comisaría de Villa Barceló, en el partido de Lanús, decidieron realizar la verificación del domicilio. Cuando llegaron a la dirección señalada por el menor, comprobaron que allí nadie lo conocía.
Les tomó casi todo el sábado tener la certeza de que el adolescente que habían arrestado a las 7.30, después de un tiroteo con la policía, era el adolescente acusado de cuatro homicidios que había huido de un centro de detención de La Plata a principios de enero pasado.
Como comenzó a robar cuando todavía no había cumplido 12 años, Martincito conoce a la perfección las grietas del sistema penal para demorar su identificación con el objetivo de ganar tiempo para escapar o, en todo caso, para evitar que lo vinculen con sus pesados antecedentes, que incluyen los tres homicidios que ya le adjudicó la Justicia bonaerense.
El mes pasado, Martincito, múltiple homicida que cometió su primer asesinato a los 13 años, concretó su tercera fuga de un instituto de menores bonaerense, la segunda en menos de un año.
El 7 de enero levantó el alambrado perimetral del centro de detención Francisco Legarra, de Villa Esperanza, La Plata, y huyó. Ya lo había intentado otras dos veces. Antes, trató de evadirse del instituto de menores conocido como “El Castillito”, de la capital provincial.
Como en ese intento de fuga agredió a un celador, las autoridades decidieron trasladarlo a un centro de detención de mayor seguridad. A Martincito le tomó un día encontrar la forma de escapar del instituto Legarra. Simplemente levantó el alambrado y huyó.
Vuelta a empezar
Una vez en la calle, volvió a su barrio, en Lomas de Zamora. A pesar de que tenía un pedido de captura vigente, Martincito se movía con comodidad. Como es menor y, por disposición legal, su imagen no puede ser divulgada públicamente, es un verdadero desconocido para muchos policías y para los vecinos.
El único recaudo que adoptó fue no robar cerca de su casa, que está a cuatro cuadras de la vivienda donde fue asesinada Uma, la niña de 9 años que una banda de asaltantes mató cuando le quisieron robar el automóvil a su padre, efectivo de la Policía Federal asignado a la custodia del Ministerio de Seguridad de la Nación. Después del homicidio de la niña, que generó honda conmoción, el barrio tuvo mayor presencia policial. Así que Martincito decidió ir a robar a Lanús.
A las 7.10 del sábado, el precoz delincuente, de 17 años, intentó robarle la moto a un vecino que salía de su casa para ir a trabajar en Villa Barceló, cerca del cementerio de Lanús. Alguien lo advirtió y llamó al 911.
Una patrulla interceptó a los ladrones en Achával y Chorroarín. Martincito intentó huir a los tiros. Mientras disparaba contra los policías que lo perseguían irrumpió en viviendas de la zona y trepó por los techos. En ese derrotero descartó la pistola 9 mm con la que les disparó a los uniformados que pugnaban por detenerlo.
Finalmente, los policías lograron apresar al ladrón, que en ese momento aportó una identidad y un domicilio falsos. En ese momento, los efectivos no sabían que estaban frente a un asaltante despiadado que no duda en matar.
Después de ocho horas de investigación y averiguaciones, cuando la policía constató que el domicilio que les había dado era apócrifo, el adolescente admitió que tenía una causa penal en el Departamento Judicial Lomas de Zamora.
Delitos impunes
Debido a que tenía 15 años cuando, el 1º de enero de 2022, asesinó a Lara Fernández, de 17, para robarle el celular en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora, Martincito es considerado por la ley como un menor no punible. Esto significa que nunca será condenado por el asesinato de la adolescente ni por los otros homicidios que le adjudicaron cuando era más chico.
Lara y sus amigos fueron interceptados luego de festejar el Año Nuevo. Martincito y tres cómplices les cortaron el paso en la esquina de Falucho y Olmos, en Lomas de Zamora.
“Que nadie se mueva. Si alguien se mueve le damos ‘masa’”, gritó uno de los cómplices de Martincito. “Entreguen los celulares”, exigió otro de los ladrones. Lara se resistió. Cuando sus amigos giraron sus cabezas, después de escuchar el disparo, Lara estaba en el piso, inconsciente, y sangraba por la nuca y la nariz.
Los cuatro asaltantes huyeron por Falucho en dirección a la calle Estanislao del Campo. Los atacantes quedaron grabados por cámaras de seguridad de la zona. En las imágenes que consiguió la policía, luego de que fueran difundidas por los vecinos, los agresores aparecían con la misma ropa que llevaban en el momento de asesinar a la estudiante de 17 años.
Este fue uno de los cuatro homicidios que le adjudicaron a Martincito y por los que nunca será sometido a un proceso penal debido a que es menor no punible. Esos cargos no le impidieron seguir delinquiendo cada vez que pudo. Ahora estará detenido otra vez en un instituto de menores bonaerense, de donde no se escapan solo aquellos que no quieren hacerlo.
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