Tras las sospechas de corrupción hubo rotaciones en la cúpula de la Policía Federal
La explicación oficial es que se trató de una serie de cambios para concretar un reordenamiento después de que se terminara el primer semestre del año. Pero, lo cierto, es que los cambios en la cúpula de la Policía Federal Argentina (PFA) fueron consecuencia de dos causas judiciales en las que se investigan supuestos hechos de corrupción por parte de oficiales de la fuerza.
Según informaron a LA NACION calificadas fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación, esta mañana, a partir de las 8, con la publicación de la Orden del Día Interna de la PFA, se concretaron cambios en cuatro superintendencias.
"Había que tomar una decisión y dar un mensaje. Fue una medida del jefe de PFA, comisario general Juan Carlos Hernández. De esta manera se descartaron los rumores malintencionados de que Hernández dejaba la conducción de la fuerza", afirmaron desde el Ministerio de Seguridad ante la consulta de LA NACION.
Según la Orden del Día Interna de la PFA, el comisario general Sergio Usai pasó a ser el jefe de la Superintendencia de Agencias y Delegaciones Federales y su lugar en la Superintendencia de Investigaciones Federales fue ocupado por Gustavo Acero.
Las otras rotaciones se produjeron en la Superintendencia de Aviación Federal, donde asumió el comisario Ronaldo Abraham Jonte, y en la Superintendencia de Seguridad y Custodia, que quedó a cargo del comisario general Alejandro Cecati.
"Las rotaciones no son normales cada vez que se termina un semestre. Suceden cuando hay dudas en las líneas. Se movieron a los jefes de las dos Superintendencias donde surgieron sospechas de corrupción", dijo a
Este comisario -retirado hace algunos años- hacía referencia a dos investigaciones judiciales que se hicieron públicas los útimos días. En una de las causas, el lunes de la semana pasada, quedó detenido, acusado de extorsión, el por entonces jefe de la División Sustracción Automotores,comisario Damián Merchan. Ese expediente está a cargo del fiscal de Avellaneda Guillermo Castro.
Dos días después, la imagen pública de la PFA volvió a ser golpeada por allanamientos ordenados por el juez en lo penal económico Pablo Yadarola en las oficinas del Departamento Delitos Federales y en los domicilios de los comisarios Lionel Selva y Diego De la Fuente -en Castelar e Ituzaingó- ante la sospecha de hechos de corrupción en causas donde investigaban casos de contrabando.
Selva, que era el jefe del Departamento Delitos Federales, y de la Fuente fueron pasados a disponibilidad y se les abrió un sumario administrativo en la Superintendencia de Asuntos Internos de la PFA.
Tanto el Departamento Delitos Federales como la División Sustracción de Automotores dependen de la Superintendencia de Investigaciones Federales.
Tras el paso a disponibilidad de Selva, en Delitos Federales asumió Gustavo Quevedo, que fue definido como un "excelente profesional y muy buena persona".
Otro de los cambios fue el del comisario inspector Luis Humberto Hernández, hermano del jefe de la PFA. Pasó de estar a cargo del Área IX Morón a conducir el Departamento Ingeniería, para "cumplir una tarea más que nada administrativa", dijeron fuentes de la fuerza.
El comisario inspector Hernández, como jefe del Área IX de Morón, se hizo presente en uno de los allanamientos de los domicilios de Selva y de la Fuerte. "Pero no tuvo ninguna injerencia y no quiso entorpecer el procedimiento. Solo se presentó, al estar a cargo de la zona, para saber qué era lo que sucedía", dijo una fuente de la PFA.
En total fueron 24 los cambios y rotaciones. Desde comisario generales hasta subcomisarios, según el orden del día al que tuvo acceso LA NACION.
"Había que oxigenar y dar una muestra de firmeza para enviar mensajes claros desde la conducción", explicó una comisario en actividad.
La noticia de la sospecha sobre el Departamento Delitos Federales hizo que fiscales del fuero económico que le habían asignado tareas de investigación en causas de contrabando tomaran la decisión de apartar de expedientes en trámite a uniformados de esa dependencia.
"Al poco tiempo de que Hernández fuera elegido jefe de la PFA, Selva, que había sido designado como jefe de Delitos Federales, se presentó en distintas fiscalías como hombre de su máxima confianza y solicitó que le dieran intervención en las causas dado que quería trabajar a fondo y 'cambiar la cara' del área a su cargo", habían dicho a LA NACION fuentes del Ministerio Público Fiscal.
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