Tras la acusación de Máximo Thomsen a uno de sus amigos, en la cárcel “están atentos” ante un posible conflicto
Los ocho condenados por el homicidio ocurrido en Villa Gesell el 18 de enero de 2020 están alojados en la Alcaidía Departamental La Plata 3 situada en Melchor Romero
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Tras la presentación de la nueva defensa de Máximo Thomsen, uno de los cinco jóvenes condenados a prisión perpetua por el homicidio de Fernando Báez Sosa, para recurrir el fallo del Tribunal de Casación Penal bonaerense que confirmó la sentencia de primera instancia y donde culpó a Enzo Comelli, otro de los acusados que recibió la máxima pena, de ser el agresor que golpeó a traición y dejó “fuera de combate” a la víctima, en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) “están atentos ante la posibilidad de un conflicto” entre los reclusos.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes oficiales. Desde pocas horas después del fallo del Tribunal Oral en lo Crimina (TOC) N°1 de Dolores, dado a conocer el 6 de febrero del año pasado, Thomsen, de 24 años; Comelli, de 24; Matías Benicelli, de 24; Ciro Pertossi, de 23, y Luciano Pertossi, de 22, condenados a prisión perpetua, y Ayrton Viollaz, de 24; Lucas Pertossi, de 24; y Blas Cinalli, de 22, sentenciados a 15 años de cárcel, están alojados en la Alcaidía Departamental La Plata 3 situada en Melchor Romero.
Los ocho comparten el mismo pabellón y están distribuidos dos por celda. Por día tiene permiso para salir cuatro horas al patio, a la mañana o la tarde. Tienen contacto con otros internos. Según detallaron a LA NACION, en su tiempo libre, algunos de los jóvenes hacen ejercicios físicos de calistenia, tareas de mantenimiento y en la cocina de la unidad. También trabajan.
“Desde que se conoció la presentación de Thomsen no hubo ningún cambio. Todo normal hasta el momento. Pero el SPB está atento por si surge algún conflicto entre ellos”, explicaron los voceros consultados.
Como informó LA NACION el viernes pasado, en su presentación, el nuevo abogado defensor de Thomsen, Francisco Oneto, criticó que durante la instrucción de la causa por el homicidio de Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, y durante el juicio, que se celebró en Dolores entre enero y febrero del año pasado, la defensa de los ocho acusados haya estado unificada. A todos los imputados los representó el abogado Hugo Tomei.
“En este caso, y sin perjuicio de la formación y solvencia del doctor Tomei, que este letrado no pone en tela de juicio, las circunstancias hicieron que la asistencia técnica brindada por la defensa, no sea efectiva y sustancial, pues la incompatibilidad de intereses entre los imputados, impidió que cada uno cuente con la posibilidad de expresarse de forma tal de preservarse totalmente a sí mismo, sin miramientos respecto de la situación procesal de su consorte, incluso se impidió que cuenten con un asesoramiento que analice de forma individualizada su posición frente a los hechos, y que aconseje la forma de proceder más adecuada para aminorar las consecuencias penales de los mismos, o directamente desvinculares, sin reparar en las consecuencias de tal proceder en sus consortes de causa”, sostuvo Oneto en su presentación, a la que tuvo acceso LA NACION.
Para el nuevo abogado de Thomsen, “la defensa eficiente necesariamente debe ser egoísta, y no solidaria como en este caso”.
Para Oneto, al tener la misma defensa que los demás imputados, Thomsen se vio impedido de “pedir un peritaje para determinar si algún golpe en concreto produjo el deceso, e interrogar sobre las conclusiones periciales al experto. Si no fue productor del deceso, por ejemplo el golpe que produjo el moretón que tiene el occiso en el mentón, que resultaría compatible con el golpe que asesta al inicio de la pelea Comelli, de una potencia tal que derriba al occiso, no pudiéndose descartar que ese solo golpe haya producido la muerte y, por tanto, resultar atípica una eventual intervención ulterior de Máximo, por subsumirse en una tentativa de delito imposible, a poco de dirigirse las agresiones contra un cuerpo sin vida. Ello producto de que Máximo omitió declarar que el que da la primera piña que derriba a Báez Sosa y lo pone fuera de combate es Comelli. Piña a la que Tomás D’Alessandro [amigo de la víctima] refiere que fue a traición”.
En el recurso de “inaplicabilidad de la ley contra la decisión del Tribunal de Casación Penal bonaerense”, el nuevo abogado de Thomsen solicitó que por todo lo expuesto, “se tenga por deducida la pretensión recursiva, se declare admisible, y se remitan las actuaciones a la Suprema Corte de Justicia bonaerense, a la cual pido se revoque la decisión recurrida de conformidad con los agravios expuestos”.
“Máximo omitió proferir estos dichos porque tenía el mismo defensor que sus consortes de causa, los cuales podían verse perjudicados por tales afirmaciones. Tomar por caso que Comelli, que al haber sido el que asestó el primer potente golpe en la mandíbula, y de determinarse que fue la causal del deceso, podría haber respondido en solitario como autor de homicidio doloso”, explicó Oneto.
Fuentes al tanto de la detención de los jóvenes condenados afirmaron que “todos mantiene un perfil muy bajo, y se comportan con respeto hacia el personal”.
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