“Transporte de documentos”. Detienen a dos reclutadores de “mulas” que traficaban drogas al Sudeste Asiático y a África
Fueron arrestados en La Matanza y la Capital; la investigación empezó en agosto del año pasado, con la detención de un argentino con 12 kilos de cocaína en Phuket, Tailandia
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La detención de un argentino en Phuket, Tailandia, con toallones que tenían embebidos 12 kilos de cocaína líquida, y las caídas en Malasia y Etiopía de otros dos, cada uno con más de cinco kilos de droga enmascarada bajo distintos métodos, encendió los motores de dos investigaciones que confluyeron en la identificación de una organización transnacional que captaba en el país “mulas” a las que, bajo la fachada de un trabajo de “transporte de documentación”, hacían viajar hacia Brasil y, desde allí, al Sudeste Asiático y a África con estupefacientes.
Los sospechosos, identificados como Juan Daniel Paolino y Grace Geraldine Gessy Samaniego, argentino y paraguaya, respectivamente, fueron detenidos en las últimas horas tras un operativo conjunto de la Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que desde hacía meses intentaban reconstruir el camino inverso hecho por las “mulas” argentinas para llegar a quienes los habían captado.
“Esta prevención considera que nos encontramos frente una Organización Trasnacional constituida por una amplia estructura criminal, que tiene como finalidad el transporte y comercialización de sustancia estupefaciente en el exterior del país, reclutando personas en nuestro país a través de plataformas digitales donde crean ofrecimientos laborales engañosos, para que luego suministrarle sustancias estupefacientes para que la trasladen a otros países como ser Brasil, Malasia, Egipto, Tailandia, Etiopia, entro otros”, habían escrito los investigadores de la Gendarmería en uno de los informes en los que el fiscal federal de Morón Sebastián Basso y sus pares de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) pidieran las detenciones de la pareja a los fines de que sean indagados por tráfico de drogas.
En una coqueta oficina de la avenida Libertador, a metros de la General Paz, en Vicente López, Paolino (que se hacía llamar Alan Rodríguez, Javier Cubas o Javier Arias) y Samaniego (que se identificaba como Verónica o Liliana Pardi, según la investigación) citaban a los postulantes, a los que captaban con ofertas de empleo en conocidos canales digitales. Se presentaban como representantes de una empresa de logística dedicada al transporte de documentación para empresas.
Ellos mismos tramitaban los pasaportes de los nuevos empleados, a los que rápidamente enviaban hacia San Pablo, Brasil (normalmente, en ómnibus). Allí se alojaban en hoteles que ya estaban pagados; les decían que se quedarían dos o tres días, pero a veces las estadías se prolongaban hasta dos semanas.
Eso es lo que le ocurrió a J.S.V., que a fines del julio del año pasado fue enviado a Brasil con dos sobres sellados; dos semanas después un hombre que hablaba portugués le dio un bolso que contenía otros dos sobres y toallas, y lo llevó al aeropuerto de Guarulhos, donde lo subió a un vuelo de Emirates con escala en Dubai y destino final en Phuket. Cuando el viajero llegó, la policía del Reino de Tailandia lo detuvo: las toallas tenían impregnados 12 kilos de cocaína líquida.
Entre marzo y mayo de este año se repitieron los viajes con casi la misma logística, escala en Brasil y viajes hacia el este. Algunas de las “mulas” cayeron en destinos en India, Sri Lanka, Etiopía y Egipto, con decenas de kilos de estupefacientes.
Según informaron fuentes policiales y judiciales a LA NACION, trabajos de campo, escuchas telefónicas, seguimientos y otras pesquisas permitieron determinar que todos esos viajeros habían sido captados bajo la fachada de falsos trabajos; los nombres de los captadores se repetían, al igual que las fisonomías aportadas por las “mulas”.
Con todos los datos, indicios y pruebas acumulados, el Juzgado federal de Morón autorizó los allanamientos y las detenciones. Se realizaron procedimientos en Ramos Mejía y en el barrio de Congreso, donde los gendarmes y los agentes de la PSA detuvieron al argentino Paolino y a la paraguaya Samaniego.
Además, incautaron 13.630 dólares, 541.150 pesos, 270 euros y 1600 pesos uruguayos, 16 celulares, seis pasaportes, siete computadoras, dos tablets, siete pendrives, dos chips, una tarjeta de memoria y demás documentos de interés para la causa.
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