Tragedia. Una falla en el ascensor fue la causa de la muerte de una estudiante
Un encargado de reparaciones fue procesado sin prisión preventiva y embargado por seis millones de pesos por el "homicidio culposo" de Ana Karolina Fernández, la estudiante universitaria brasileña de 22 años que el 4 de septiembre cayó en el hueco del ascensor desde un piso 14 en un edificio del barrio porteño de Retiro, informaron hoy fuentes judiciales.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 17, Cinthia Oberlander, y del responsable del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 41, Manuel De Campos, el imputado era el responsable del estado técnico de ese ascensor y había concurrido el 31 de agosto, es decir cuatro días antes del hecho, al edificio de la Avenida del Libertador 654 para realizar la revisión técnica mensual de esos artefactos.
Según la página fiscales.gob.ar, al momento de declarar, el hombre dijo que como la puerta del ascensor principal del piso 14 tenía llave, el hombre manifestó que no pudo controlar fehacientemente el funcionamiento de las cerraduras electromecánicas que evitan que las puertas se abran cuando no está la cabina.
El control del técnico giró solo alrededor del resorte allí existente e informó que a pesar de esa limitación, el ascensor era apto para su uso, según consignó Télam.
A pedido de la fiscalía, personal de la Oficina de Siniestros de la Policía de la Ciudad había efectuado un peritaje sobre el sistema de apertura de la puerta del ascensor, que determinó la existencia de una falla en la cerradura electromecánica que permitía la fácil apertura de la puerta aun cuando no estuviese la cabina del ascensor.
De esta manera, el juez De Campos dispuso el procesamiento sin prisión preventiva del imputado, en orden al delito de "homicidio culposo", al tiempo que dispuso el embargo de sus bienes hasta cubrir la suma de seis millones de pesos.
De acuerdo al juez, el imputado "fue negligente en el cumplimiento de su actividad como representante técnico, al brindar su aprobación al ascensor en cuestión, a sabiendas de que había realizado un control incompleto e ineficiente respecto de sus trabas electromecánicas, lo que ocasionó el fallecimiento de la damnificada a raíz de las lesiones que sufriera por la caída por el hueco del mismo, debido a la falla que le permitió abrir la puerta de rellano del piso 14 aunque la cabina no se encontraba en dicho nivel".
En las testimoniales, tanto las chicas que aquella noche salieron a un bar con Karol -tal como le decían sus amistades-, como el tenista con el que ella salía y el amigo que ya de madrugada la recibieron en el departamento, coincidieron en que lo único que consumió la víctima a lo largo de la noche fue alcohol.
En la causa también declaró lo mismo un tercer joven que esa madrugada estuvo en el departamento, pero que se fue antes de que la universitaria cayera por el hueco del ascensor.
La División Siniestros de los bomberos de Policía de la Ciudad le remitió a la fiscal el informe final sobre el peritaje de la puerta del ascensor y llegó a la conclusión de que presentaba una falla.
Se trata de una puerta de madera -no metálica como habían informado otras fuentes-, que en el piso 14 de ese dúplex que también abarca el piso 13, se abre sola sin que esté la cabina en el nivel.
La autopsia determinó que la chica murió como consecuencia de los múltiples traumatismos que padeció en la caída de 17 niveles -desde el piso 14 cayó hasta el tercer subsuelo-, y no detectó ningún signo de defensa o lesión previa que indique algún tipo de lucha previa.
"Karol" Fernández, una brasileña que estudiaba la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA), apareció muerta la mañana del 4 de septiembre en el foso del hueco del ascensor.
Según lo que pudieron reconstruir los investigadores, la noche del 3 de septiembre Karol había ido a un bar de Belgrano con amigas a festejar que habían aprobado un examen de la facultad, pero tras intercambiar mensajes con su novio, alrededor de las 2 de la madrugada ya del viernes 4, fue en un Uber al departamento del amigo del tenista.
Ambos jóvenes declararon que habían jugado a las cartas y tomaron bebidas alcohólicas hasta que en un momento Fernández se quedó dormida en un sillón del living, ellos dos decidieron ir a otro sector del departamento y cuando regresaron no la encontraron, vieron la puerta abierta del ascensor y llamaron al 911.
La víctima quedó tendida boca arriba, vestida con un jean azul y una remera negra y en medias, sin calzado colocado.
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