Tragedia en Ramallo: a la espera de la autopsia, investigan la idoneidad del piloto del helicóptero que se precipitó en el río
El empresario y excorredor de TC, Gustavo Degliantoni, de 71 años, estaba al mando de la aeronave; los otros cuatro tripulantes sobrevivieron
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Antes de precipitarse en el río Paraná, a la altura de Ramallo, el helicóptero rojo, modelo Robinson R66, fue filmado mientras hacía maniobras imprudentes y volaba a baja altura, en medio de playas con bastante gente disfrutando del día y entre veleros y yates en el agua. Ahora, la Justicia intentará determinar la idoneidad del piloto de la aeronave, el empresario y excorredor de Turismo Carretera (TC), Gustavo Degliantoni, de 71 años, quien falleció en la tragedia aérea.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “La investigación está en curso. Es público y notorio, por las filmaciones que se viralizaron, que hubo maniobras imprudentes antes de que el helicóptero cayera en el río. Uno de los puntos de la investigación es determinar la calidad e idoneidad del piloto”, explicaron los voceros consultados.
Mañana, en la Morgue Judicial de San Nicolás, comenzará la autopsia sobre el cadáver de Degliantoni. En los próximos días se conocerá el resultado del análisis de la muestra de sangre obtenida del cuerpo del piloto del helicóptero para saber si había consumido alcohol o alguna otra sustancia, explicaron fuentes de la investigación.
El fiscal federal de San Nicolás, Matías Di Lello, le pidió a la Prefectura Naval que tomé testimonios de aquellas personas que presenciaron la caída del helicóptero. En las próximas horas también se le tomará declaración a los sobrevivientes que viajaban en la aeronave: Rubén Calderón, de 76 años; Rubén Ojeda, de 63; Osvaldo Duome, de 70 y Julio César Puchet, de 59.
Fuentes de la investigación dijeron a LA NACION que mañana, además de la autopsia, serán extraídos de las aguas del Río Paraná los restos del helicóptero para que la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) realice la investigación de lo ocurrido.
“A partir de las grabaciones filmadas por los testigos, donde se registró la forma de la caída de la aeronave, se especuló con que el piloto sufrió un infarto poco ante de precipitarse. Pero, para confirmar esa presunción, debemos esperar el resultado de la autopsia”, explicó a LA NACION una fuente de la causa.
En noviembre de 2020, Degliantoni había sido procesado con prisión preventiva, bajo la modalidad arresto domiciliario, por los delitos de asociación ilícita, robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda y estrago agravado por el peligro común para los bienes y por haber sido la causa inmediata de muerte de una persona. El juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, además le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 30.000.000 de pesos.
Se trató de una investigación, de la que participó la fiscal federal, Cecilia Incardona, donde se descubrió una organización criminal que robaba petróleo crudo de un oleoducto y que, una vez refinado, vendía el combustible.
Ayer fui el primero que mencionó la imprudencia del piloto del helicóptero, incluso antes del lamentable accidente.
— RosarioLaCiudad (@Rosariociudadok) November 27, 2023
Sus maniobras peligrosas no duraron pocos minutos
Hay enorme cantidad de testimonios y material que lo afirma
En la foto muy felices sacando fotos a baja altura pic.twitter.com/jmlw8TjuBb
“La asociación conformada por los aquí imputados, con una clara división de roles y funciones, al menos desde el mes de marzo de 2019 y hasta el pasado 1 de septiembre, se apropió de petróleo propiedad del Estado Nacional, el que, en algunos casos, fue sometido a procesos de destilación y refinado para obtener productos derivados y fue insertado en el mercado tanto formal como informal obteniendo un alto rédito económico, al margen de la correspondiente tributación. En el marco de dichas actividades ilícitas realizaron acciones que dañan el medio ambiente, producto de los desechos generados en esa cadena productiva. La apropiación del combustible tuvo lugar a través de punciones que se realizaron en oleoductos que pertenecen a la empresa estatal YPF”, había sostenido la fiscal Incardona en un dictamen.
En noviembre de 2020, el juez Augé procesó a 22 sospechosos, entre ellos, el piloto que falleció ayer. Finalmente, en febrero pasado, Deglantoni y su hijo Gustavo fueron sobreseídos.
“Ahora bien, los nuevos hechos y piezas probatorias aportadas, al ser reexaminadas echan luz a las circunstancias que rodearon a los vínculos señalados entre los peticionantes con otras personas imputadas en autos, como así también en punto a su mencionada participación en las conductas delictivas investigadas en autos. La situación fáctica se ve modificada por las nuevas pruebas aportadas por la defensa y demuestran no solo la falta de vínculo entre las personas sindicadas como [integrantes de] una organización criminal y los señores Degliantoni padre e hijo, sino que también da certeza negativa de la comisión de los delitos por los cuales fueran indagados y procesados en su oportunidad. En ese mismo orden de ideas, no se observa en autos una prueba objetiva que vincule a los nombrados con los graves delitos que se investigan”, se sostuvo en el fallo donde los Deglantoni fueron sobreseídos.
Para los expertos, se trató de negligencia
Mario Carlen tiene 80 años, es un vicecomodoro retirado de la Fuerza Aérea Argentina que piloteó más de una década seis distintos tipos distintos de helicópteros, incluido el Robinson R66 durante 1 año. Cuenta con más de 3000 horas de vuelo es su haber y, en diálogo con LA NACION, analizó el accidente de ayer.
“Se tragó el agua. A la distancia y con mi experiencia de 10 años de vuelo, observo que iba volando razanteando, muy bajo al ras del agua. El agua no refleja la distancia vertical como la tierra, al menor descuido te tragaste el agua”, resumió Carlen.
Según el experto, una de las causas por las cuales se estrelló es porque pudo haber empujado el comando hacia adelante “si se agachó para agarrar el celular”. Esta es una de las versiones trascendidas pero aún no declaradas ante la Justicia por los sobrevivientes.
“No creo que hubiese justificativo para volar tan bajo. ¿Qué estaba haciendo? No hay tareas para volar a esa altura del agua. No hay justificativos. Está prohibido en las reglas de la autoridad aeronáutica volar a menos de 150 metros del suelo”, recordó Carlen y sumó: “Estaba pirateando, así le decimos al hacer cosas que no se deben hacer. En la Fuerza Aérea Argentina ocurrió un caso así en un cauce de un río en Chaco, donde el piloto se tragó el agua en los 70 con un Huey”.
Luego comparó: “En Malvinas, durante la guerra, los helicópteros iban volando bajo para que no los detecten los radares”.
Sobre cuánto tiempo podría tardarse en conocerse las causas del accidente, respondió: “Los peritajes son largos. Por lo menos un mes van a demorar. Las fotos y videos sirven mucho. La Junta de Seguridad en el Transporte debe averiguar qué estaba haciendo. Habrá que preguntarle a los sobrevivientes”.
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