Cincuenta años de prohibición. Los peligros ocultos en las aguas del Río de la Plata y sus riesgos para la salud
Por la contaminación, hace medio siglo se decretó la veda en los cien kilómetros de costa que bañan el área metropolitana de Buenos Aires, desde Tigre hasta Berisso
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LA NACION
La prohibición de bañarse en la costa argentina del Río de la Plata está a punto de cumplir medio siglo. La contaminación de las aguas, el motivo esgrimido en 1975 para decretar la veda, no hizo más que consolidarse en los últimos 50 años. A ese peligro invisible a los ojos –aunque la mayor parte de tiempo es perfectamente perceptible por el olfato– se suma otro oculto bajo el manto marrón: el cauce, en la orilla argentina, es traicionero; hay pozos, canales, ramas y vegetación subfluvial que pueden sorprender a quien se interne, y las corrientes, a veces fuertes y arremolinadas, puede vencer incluso a nadadores entusiastas. Quizás es lo que ocurrió en la tarde de este domingo en el Paseo de la Costa de Vicente López, donde un hombre de unos 40 años murió ahogado a unos 150 metros de la orilla.
Pero más allá de los riesgos inmanentes de todo río, las autoridades se enfocan especialmente en el peligro que estas aguas suponen para la salud pública. Desde hace un siglo se vierten en el río desechos cloacales, residuos y efluentes sin tratamiento. Se suma que en el estuario desembocan dos de los ríos más contaminados del mundo: el Riachuelo, al sur de la Capital, y el Reconquista, a la altura de Tigre.
El cóctel es explosivo y las consecuencias a la salud, severas: alergias, afecciones gastrointestinales e infecciones agudas. Por eso, desde 1975 la veda de acceso público a las aguas se extiende desde el Delta hasta Berisso, en la salida del puerto de La Plata. Cien kilómetros de costa prohibida.
Hasta hoy se pueden ver en varias zonas costeras carteles relativos a la prohibición de baño, especialmente en zonas donde se desechan restos cloacales desde grandes tubos, puntos en los que se suelen formar hondonadas y donde, según cómo se comporte la marea, se puede originar un fenómeno por el cual se produce una succión hacia dentro de esos tubos.
Cada municipio (los partidos costeros y la ciudad de Buenos Aires) debió dictar ordenanzas que propendieran a la instalación de “cordones sanitarios y leyendas que establezcan la prohibición de tomar baños en dichas aguas”. Eso debía incluir guardias activas para disuadir a los visitantes que, acuciados por el calor del verano, buscaran adentrarse en el río.
El comunicado municipal
En los 1800 metros del paseo costero de Vicente López hay carteles que alertan sobre la peligrosidad de bañarse en esas aguas y advierten que está prohibido hacerlo allí. Además, hay recorridas periódicas de los móviles de la patrulla local y de Defensa Civil que, a través de altavoces, avisan a la gente que no puede meterse al río.
“El municipio de Vicente López recuerda que está prohibido bañarse en la orilla del Río de la Plata, con el fin de preservar la salud de sus vecinos y prevenir el riesgo de ahogamiento debido a las corrientes, pozos y canales irregulares que posee el mismo”, indicaron ayer por la tarde desde la administración local.
En el mensaje difundido tras la muerte de ayer agregaron: “Aunque la competencia dentro del Río de la Plata es de la Prefectura Naval, desde la comuna se realizan tareas de prevención, para evitar que los vecinos ingresen a bañarse y se concientiza sobre los riesgos que esto implica. También hay cartelería y señalización ubicados a lo largo del Paseo de la Costa que informan sobre la prohibición de bañarse. Del mismo modo, se comunica a través del sistema de audio digital conectado al Centro de Comando y Control, por medio de altoparlantes. En caso de que haya gente que se encuentre en el agua, se les solicita que salgan”.
Esto se debe a que si bien la prohibición está activa, las autoridades municipales no tienen potestad para sacar del agua a un bañista por la fuerza.
“Los controles llevados adelante, que se realizan a diario en el Paseo de la Costa, corresponden al deseo de preservar su uso habitual, un espacio público pensado para que los vecinos puedan disfrutar de la actividad deportiva, de los puestos gastronómicos y de actividades recreativas que se desarrollan durante todo el año”, se explicó desde el área de comunicación institucional del municipio dirigido por Soledad Martínez.
El mensaje, que rápidamente se viralizó incluso entre los vecinos, concluía: “Durante la temporada de verano, la municipalidad, a través de la Patrulla Vecinal y Defensa Civil, refuerza estas acciones de prevención y concientización. No se había registrado ningún incidente, accidente o eventos de gravedad en el Paseo de la Costa durante la última temporada”.
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