Trabajos comunitarios para los presos conflictivos en vez de una celda de aislamiento
Lo habitual del sistema carcelario es enviar a celdas de aislamiento a los presos que protagonizan actos de indisciplina, separados del resto de los internos. Ahora, en una Unidad del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) los detenidos que sean sancionados podrán optar para hacer trabajos comunitarios en los talleres de la prisión y, así, evitar el confinamiento.
La novedosa iniciativa fue elaborada y ejecutada por el juez del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Necochea Mario Juliano y el jefe del SPB, Xavier Areses. El sistema de la denominada justicia restaurativa, que ya funciona en la cárcel de Batán, comenzó a implementarse en la Unidad 4 de Bahía Blanca el viernes pasado con la implementación de un plan piloto de Gestión Comunitaria de Conflictos, un régimen disciplinario basado en la gradualidad y la formación de la autodisciplina, según explicaron fuentes oficiales.
"Este innovador plan apunta, principalmente, a gestionar la conflictividad de la comunidad carcelaria, bajo una justicia restaurativa y de Derechos Humanos. Sustituye el confinamiento en celdas de separación del área convivencial, por un sistema basado en medidas de tipo comunitario", detalló el director de la Unidad 4 de Bahía Blanca, Luis Velasco.
Según explicaron fuentes del SPB, los actos de indisciplina que protagonicen los presos, siempre que no sean caratulados como un delito penal, en lugar de ser sancionados con pasar horas en el área de separación, se reemplazará con servicio comunitario, en el caso que presten conformidad.
"Este plan se establece en pos de recuperar la posibilidad del sujeto privado de su libertad de reconocerse en sus propios actos y en las consecuencias de los mismos, de modo que sean protagonistas y partícipes necesarios para resarcir el daño causado. Al escuchar sus voces, se habilitaría una progresiva reflexión y se podría sustituir el confinamiento por tareas de ayuda comunitaria", explicó la psicóloga de la Unidad 4, Beatriz Fontao.
El plan piloto, que comenzó el viernes pasado en la Unidad 4 de Bahía Blanca, está a cargo de un Gabinete Interdisciplinario integrado por dos psicólogas, dos funcionarios del SPB y tres internos referentes. El equipo sesionará, por lo menos, dos veces por semana para definir cómo debe dirimirse cada conflicto, junto a la persona que cometió la infracción o expresó malestar. Además, un Comité Ampliado, integrado por autoridades penitenciarias y judiciales, entre otras, que revisará y evaluará las medidas tomadas por el Gabinete, y planificará las próximas acciones.
"En la cárcel de Batán no hay ningún interno sancionado por un acto de indisciplina. Voluntariamente aceptaron someterse al programa de justicia restaurativa. Es una situación similar a las probation donde se suspende el juicio a cambio de tareas comunitarias", sostuvo Juliano a LA NACION.
En la Unidad 4 funcionan los talleres de carpintería, textil y panadería donde los privados de libertad dentro de un marco de voluntariado social trabajan en la elaboración de productos en beneficio de entidades de bien público.
Como consecuencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional, la puesta en funcionamiento del plan piloto se hizo por videoconferencia. La apertura de la reunión virtual de Areses, y contó con la exposición del juez Juliano. Además, participaron autoridades judiciales, representantes de la Universidad Nacional del Sur y trabajadores penitenciarios, entre otros.
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