Toma de rehén en Caseros: 400 disparos, el tiro que mató al amigo del captor y el que rozó a su hijo
Así surge del relevamiento de la escena del crimen, realizada por peritos de la Gendarmería
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Los peritos de la Gendarmería que entraron a hacer sus trabajos de planimetría, fotografía y filmación se encontraron, dentro del PH de Tres de Febrero 3964, con imágenes propias del escenario de una cruenta batalla: grandas antidisturbios detonadas, proyectiles deformados por los rebotes en superficies duras y más de 400 vainas servidas.
Eran el testimonio de la resistencia con la que los efectivos del grupo Halcón de la policía bonaerense se toparon para abatir a Alejandro Darío Maldonado, el hombre que durante más de diez horas se atrincheró en esa casa tras haber intentado ahorcar a su mujer y tomado como rehén a José Cáceres, su amigo de toda la vida, al que asesinó de un tiro ocho horas antes de terminar muerto de dos balazos en el pecho.
El relevamiento de los expertos en balística de la fuerza de seguridad federal deberá determinar cuáles de aquellos casquillos corresponden a los disparos realizados por los oficiales del grupo táctico que entraron por asalto a la casa para poner fin a la dramática situación en Caseros y cuáles los que, durante la extenuante jornada nocturna, efectuó Maldonado para intimidar y mantener lejos a los agentes de la ley y a quien intentase entrar en la casa para reducirlo.
Los vecinos de esa zona de Villa Pineral afirmaron que durante la madrugada el atrincherado disparó cientos de tiros. Uno de los momentos dramáticos, según las crónicas del episodio, se produjo cuando el hijo mayor de Cáceres, Yago, intentó ingresar para rescatarlo. En ese momento, desde adentro, Maldonado lo ahuyentó con un disparo que por poco no lo alcanzó.
Según pudo saber LA NACION, de su relato ante el fiscal de San Martín Carlos Insaurralde no es posible verificar si ese intento del joven, de 23 años, para ayudar a su padre fue el desencadenante de lo que pasó luego: que el captor matara a su amigo de la infancia de un tiro que le ingresó por el costado izquierdo del tórax; la autopsia reveló que ese proyectil quedó alojado entre la piel y las costillas de Cáceres.
Según publicó el diario Clarín, una vez consumado el hecho, Yago —que había compartido la cena que termino en tragedia, y que había logrado sacar de la casa a Paola Russo, la mujer de Maldonado, al hijo pequeño de ellos y a Ana, la pareja de su padre— estaba desolado por no haber conseguido rescatar a su padre. En ese momento, la mujer de la víctima le habría dicho, mientras lloraba y lo abrazaba con fuerza: “Murió por salvarte a vos”.
Los policías heridos
Ya es historia conocida: a las 9.20 de ayer, luego de horas sin tener indicios de que el rehén estuviese vivo, el fiscal Insaurralde encomendó al grupo Halcón que ejecutara el plan de irrupción. Como parte de la táctica operativa, para salvaguardar la vida de quienes estuvieran dentro de la casa, los policías ingresaron con un perro entrenado para atacar y arrojaron una bomba de estruendo para aturdir al secuestrador. Pero, lejos del cumplir el objetivo buscado por los policías, Maldonado abrió fuego e hirió a cinco policías.
Uno de los efectivos baleados, que habría sido identificado como Marcelo Leonardo Ponce, se desempeña como entrenador de perros en la División Capacitación y Seguridad y no formaba parte del Grupo Halcón. Según fuentes policiales, Ponce recibió un disparo en la zona inguinal izquierda, que le afectó seriamente la arteria femoral. Fue atendido por los médicos que estaban en una ambulancia, a pocos metros de la escena de la toma de rehenes, y trasladado al hospital Carrillo. Ponce está internado en grave estado.
El teniente Ricardo Abeldaño, el otro entrenador de perros, resultó herido en una costilla. En tanto que los oficiales Alberto Medina y Gabriel Lescano, que se desempeñan en el Grupo Halcón, sufrieron heridas leves.
Causas acumuladas
Ayer, cuando las cámaras de televisión se agolparon en el perímetro armado por la policía para alejar a vecinos y curiosos del epicentro de la situación de peligro, la familia de Maldonado daba pistas sobre quién era el hombre que hacía horas estaba atrincherado allí. Mariana Maldonado insistía: “Lo denunciamos un montón de veces; tengo millones de perimetrales, él quiso acuchillar a mi hermano, mis papás sufrían violencia por él”. También afirmaba que Paola Russo, la esposa de Alejandro, aprovechaba su condición de empleada en la Fiscalía General de San Martín para “cajonear” las denuncias que la familia hacía contra él.
Como informó LA NACION ayer, la primera causa contra Maldonado data de 2010 —por resistencia a la autoridad— mientras que en 2018 acordó una probation por un caso de amenazas, daños y lesiones contra su hermano Alberto.
Los registros oficiales revelan la existencia de seis causas (IPP, por Instrucción Penal Preparatoria) que tuvieron a Alejandro Darío Maldonado como acusado:
IPP 39990/10, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°5, por resistencia a la autoridad, lesiones y cohecho en grado de tentativa. Su estado: archivada
IPP 17404/18, de la UFI N°1, por amenazas, daño y lesiones. Estado: suspensión de juicio a prueba (probation).
IPP 48533/18, de la UFI N°6, por amenazas (denunciante, Mariana Maldonado, la hermana). Estado: archivada.
IPP 54482/18, de la UFI N°3, por desobediencia, incumplimiento de prohibición de acercamiento y actos de perturbación. Estado: archivada
IPP 33924/20, de la UFI N°2, por amenazas (por WhatsApp, denunciante, la hermana). Estado: desestimada
IPP 7867/21, de la UFI N°1, por una pelea con el hermano. Estado: desestimada
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