"Tienen que estar presos, que no salgan nunca más", dijo la madre de Sheila
Yanina Pereyra, la madre de Sheila Ayala, la niña de 10 años asesinada en San Miguel, dijo hoy que espera que su excuñada y el marido, los dos detenidos por el homicidio, "no salgan nunca más de la cárcel" y que desea que les den la "pena máxima".
En su primera aparición pública luego del hallazgo del cuerpo de su hija, Pereyra sostuvo ante los medios de comunicación que lo único que espera es "justicia por Sheila". Y con respecto a los acusados, su excuñada Leonela Ayala, de 25 años, y Fabián González Rojas, de 24, afirmó que "no tienen que estar libres".
"Nunca sospeché de ellos. Siempre me daban pistas falsas. Yo siempre les dije a ustedes que Sheila no había salido del predio", afirmó la mujer.
Hoy se conoció la noticia de que Leonela Ayala, que el viernes pasado dio a luz a un bebe después de un embarazo de 38 semanas, será trasladada a una alcaidía en La Plata. Desde el día del parto está alojada en la Maternidad Municipal Eva Duarte de Perón, de Malvinas Argentinas.
El bebe, que fue dado de alta, quedó a cargo del Servicio Regional de Niñez, que depende del gobierno bonaerense. Los otros hijos de Leonela Ayala y el niño de un año y cuatro meses que tuvo con González Rojas ya están en un hogar, al igual que los dos hermanos varones de Sheila. Tanto los dos detenidos como Juan Carlos Ayala y Yanina Pereyra, padres de la víctima, tienen dictada una prohibición de acercamiento a los menores, según informaron a LA NACIÓN calificadas fuentes del gobierno provincial.
"Sheila nunca habrá pensado que el tío se le tiraría encima, o andá a saber qué es lo que le hizo", dijo la madre de la niña. Y agregó: "Sheila iba siempre a la casa de la tía porque allí jugaba con una primita".
Con respecto a la declaración indagatoria que brindó ante la Justicia la tía y madrina de Sheila, Yanina Pereyra opinó: "No se puede desligar del crimen, ella también estuvo. Cuando [Ayala] estaba acá dando testimonio a la prensa, el marido estuvo en todo momento con ella cuando hablaba".
Pereyra no tiene dudas de que si no hubiese hecho una guardia permanente en la puerta del predio del barrio Trujui, de San Miguel, durante los días de la búsqueda, los imputados quizás hubiesen logrado deshacerse del cadáver.
"Si yo salía de ahí capaz que me sacaban el cuerpito de adentro y me lo tiraban por otro lado. Yo decía que mi hija de acá no había salido y la policía no me creía", sostuvo.
Sobre la causa judicial, los investigadores del caso esperan los resultados de decenas de estudios de ADN y de laboratorio que están en proceso para intentar determinar si la víctima sufrió un ataque sexual, como cree el fiscal del caso.
El fiscal a cargo de la causa, Gustavo Carracedo, caratuló el expediente como homicidio agravado por alevosía, en el caso de la tía de la víctima, y la misma calificación, pero con un segundo agravante de femicidio, en el caso de González Roja.
A pesar de que la autopsia de Sheila no reveló un abuso, la hipótesis inicial sobre la que trabaja el fiscal Carracedo es que el móvil del homicidio fue un ataque sexual no consumado del que la niña se defendió, según informó la agencia de noticias Télam.
El hecho de que los forenses no hayan detectado las lesiones típicas de un abuso en la región genital no le hicieron descartar al fiscal esa hipótesis, más aun cuando el cadáver de la niña apareció desnudo dentro de la bolsa en la que fue encontrado.
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