“Terrorismo urbano”. La ministra Bullrich le pedirá a Pullaro que haga “cambios para limpiar la Policía de Santa Fe”
La funcionaria nacional dijo que la provincia pospone siempre la implementación de un plan para sanear una fuerza que tiene “altos niveles de corrupción”
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ROSARIO.- “Le vamos a plantear al gobernador Maximiliano Pullaro que para que haya un cambio en Rosario tiene que generar mayores controles y una reforma en la policía de Santa Fe, que está atravesada por altos niveles de corrupción”, afirmó a LA NACION la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, horas después de que esta ciudad quedara paralizada por la conmoción que generaron los crímenes de dos taxistas y el ataque al chofer de un ómnibus, el atentado a una comisaría y un ataque incendiario con bombas molotov contra un taxi.
Bullrich dijo que se estaba terminando de definir la confección de un nuevo plan operativo de seguridad con fuerzas federales en Rosario. Este esquema de abordaje de la crisis de seguridad será anunciado en las próximas horas con el presidente Javier Milei.
La apuesta, según describieron desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, es llevar adelante operativos de saturación con agentes de Gendarmería Nacional. No estaba claro aún el número de uniformados que serán enviados a Rosario, pero lo que no quiere Bullrich -según advirtió- es que se resientan los controles fronterizos. Está aún en una etapa de evaluación la posibilidad de enviar miembros del Ejército a zonas críticas, como Rosario, señalaron.
La ministra de Seguridad de la Nación le va a pedir al gobernador Pullaro, según adelantó, que realice “cambios de fondo en la Policía de Santa Fe”, que -de acuerdo a su visión- está afectada por problemas de corrupción y connivencia con el delito “muy serios”.
En torno a la ministra, señalaron que los gendarmes que hoy están operando en cuatro barrios de Rosario tienen dificultades de operar con los efectivos policiales, porque muchas veces la información que se comparte termina en manos equivocadas. Es una desconfianza eterna que existe entre las dos fuerzas desde que en 2014 arribaron por primera vez, de la mano de Sergio Berni, entonces secretario de Seguridad, 3400 gendarmes para intentar “pacificar” una ciudad que desde ese momento vive en una crisis permanente de una violencia que supura de los grupos narco locales.
En este momento de tensión entre el gobierno nacional y las provincias, Bullrich cuestionó a Pullaro porque no realiza los cambios internos en la policía que se deben hacer para sanear la fuerza.
Desde el gobierno de Pullaro también advierten cuestionamientos hacia el plan Bandera, que impulsa el Ministerio de Seguridad de la Nación, porque hay una menor cantidad de agentes de Gendarmería que años anteriores. La pelea política parece haberse colado en un problema de seguridad que tiene a una ciudad como rehén, después de los crímenes y atentados que paralizaron Rosario este viernes.
“El gobierno de Santa Fe tiene que tener una clara intención de limpiar elementos oscuros dentro de la policía”, afirmaron en el Ministerio de Seguridad, que plantearon como un nuevo problema para el futuro cercano que los agentes provinciales están abocados ahora a causas de narcomenudeo, algo que se encaró sin constituir una fuerza especializada.
La mirada de Bullrich es casi la misma a la que expuso al entonces gobernador Miguel Lifschitz en 2016, después de las multitudinarias manifestaciones bajo el lema “Rosario sangra”. En esa oportunidad, la entonces ministra propuso al presidente Mauricio Macri intervenir la policía de Santa Fe. Esta idea no prosperó por la resistencia que expuso Lifschitz, y por las dudas que tenía Macri.
Desde el gobierno de Santa Fe salieron a advertir que hoy se anunciaran medidas –se prevé un refuerzo de agentes federales- para “restablecer la paz social”.
“Estamos una situación en la que ninguna medida nos puede parecer en extrema”, aseguró el ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Coccocioni, uno de los impulsores de las intensas requisas que se realizaron el fin de semana en la cárcel de Piñero, luego de un ataque contra un ómnibus que trasladaba agentes penitenciarios.
El espiral de violencia que se vivió durante las últimas horas se produjo después de que el propio gobierno difundiera imágenes en las que se veía a los internos en un pabellón sentados en el suelo, con sus cabezas rapadas, al estilo estético del salvadoreño Nayib Bukele.
Anoche, el gobernador Pullaro armó una especie de comité de crisis en el llamado OJO, un centro de monitoreo que funciona en la gobernación.
El mandatario convocó a las máximas autoridades del Ministerio Público de la Acusación, como la fiscal general María Cecilia Vranicich, y la regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, y la plana mayor del comando operativo de las fuerzas de seguridad.
La preocupación del gobierno apunta a que esta serie de ataques, que catalogan como “terrorismo urbano”, fueron orquestados con una mayor planificación y sofisticación que los atentados y amenazas que se suceden desde el 12 de diciembre, cuando Pullaro decidió reagrupar los presos de alto perfil del penal de Piñero, donde están alojados los cuadros medios de las bandas más importantes.
La mirada del gobierno es que los asesinatos de los dos taxistas y ataque al chofer de ómnibus de la línea K, que ocurrió ayer, cerca de las 19, buscaron paralizar la ciudad, al generar un estado de conmoción que llevó a que los centros de salud de la ciudad cerraran sus puertas este viernes ante el temor a sufrir atentados, algo que ya ocurrió hace unos meses.
En los casi tres meses de gestión de Pullaro lograron bajar la cantidad de homicidios. Febrero fue el mes donde más se evidenció el descenso, con seis asesinatos, frente a 33 que se cometieron en el mismo periodo el año pasado.
Cuando asumió el actual gobernador informó que en la calle había solo 12 patrulleros por turno. Ahora, según el gobierno, esa cifra se estiró a 130 móviles, pero nada parece alcanzar en Rosario, donde de golpe entre el martes pasado y ayer todo pareció romperse en mil pedazos, tras los dos asesinatos a taxistas en los que se usaron balas de la Policía de Santa Fe y la misma arma.
Ayer a la tarde, un joven paró un ómnibus de la línea K, en Mendoza y México, en el oeste, y disparó directamente contra la cabeza del chofer, que sufrió heridas de gravedad y se encuentra en coma farmacológico en estado reservado.
En medio de esta situación, el ministro de Seguridad de Santa Fe adelantó que se tomarán medidas “para restablecer la paz social” en Rosario, tras la ola de homicidios y balaceras que se registraron en los últimos días.
“Tenemos que ganar mucha más presencia policial en la calle, así que se va a volcar efectivos de otras secciones”, indicó el funcionario santafesino, y remarcó que “va a haber un refuerzo de fuerzas federales”.
“Vamos a hacer todo lo que se pueda hacer para recuperar el control de la calle para los santafesinos”, afirmó Cococcioni, al tiempo que aseguró que “el gobierno de Santa Fe y el nacional están y van a hacer todo lo que haya que hacer para restablecer la paz social. Esto también tenemos que decirlo: se va a hacer todo lo que haya que hacer en el marco de una decisión política de no negociar con las mafias. Nosotros no vamos a sentarnos con la ranchada a negociar nada”, apuntó.
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