Terror narco en Rosario: tiraron una bomba molotov contra un búnker de drogas y quemaron a una familia
Una de las víctimas, un hombre de 45 años, tiene quemaduras de tercer grado y su estado de salud es gravísimo; su mujer y su hijo, de 16 años, están internados; aún no hay detenidos, pero el gobierno provincial atribuye el ataque a grupos del crimen organizado que quieren provocar un “estado de conmoción”
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ROSARIO. Los gritos desgarradores estallaron en la madrugada en el barrio Triángulo, luego de que dos hombres en moto arrojaran una bomba molotov contra un búnker de drogas, que rápidamente fue tomado por las llamas. Tres personas -una pareja y su hijo adolescente- sufrieron quemaduras graves y se encuentran internadas, una de ellas en estado reservado, con el 80% de su cuerpo quemado.
Otro hecho con bombas molotov se produjo en una sede del club Rosario Central, en la zona norte de la ciudad, donde arrojaron un artefacto incendiario como respuesta al ataque a un busto de Isaac Newell’s, al que le destrozaron la cabeza. Todos estos atentados se viralizaron por las redes sociales, promocionados por los presuntos autores con el objetivo de que sus ataques tengan difusión público y generen terror.
En uno de esos videos se ve a un joven en una moto encender una mecha –un pedazo de tela– que cuelga de una botella que luego arrojó contra las ventanas del edificio donde se encuentra un gimnasio de Central, que quedó afectado por las llamas.
Estos nuevos episodios de violencia extrema se produjeron después de un fin de semana que dejó seis homicidios en los últimos tres días. En lo que va del año se cometieron 204 asesinatos, una cifra que superó la de 2020. También generaron mucha preocupación los cinco ataques a tiros contra estaciones de servicio. Además, dos escuelas que fueron alcanzadas por las balas el domingo, antes del inicio de los comicios.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, admitió que estos episodios “buscan generar un estado de conmoción”. Consideró que los operativos y allanamientos que se hicieron en los últimos días golpearon con dureza a las organizaciones criminales. El extitular de esa cartera, Marcelo Saín, había manifestado en enero del año pasado que la banda de Los Monos aplicaba métodos de “terrorismo urbano”.
El domingo a la noche se produjo el sexto crimen del fin de semana. Lautaro Aranda, de 22 años, fue ejecutado dentro de su casa en Granadero Baigorria, ciudad vecina a Rosario. Por este homicidio fue detenido un colombiano, acusado de ser el sicario que acribilló al joven.
La violencia no se detiene a pesar de que el Gobierno envió en agosto pasado un refuerzo de 575 gendarmes para sumarse a los operativos de seguridad en los barrios más “calientes” de esta ciudad. La zona oeste, cerca de donde se produjo este ataque incendiario, es donde patrullan las fuerzas federales.
El ataque
En medio de los ataques de sicarios en moto que siembran terror con las balas de sus pistolas 9 milímetros y ametralladoras, se sumó ahora el cruento ataque explosivo de ayer.
Una pareja y su hijo de 16 años dormían en la humilde casa del Pasaje 1849 al 6611 cuando estalló la molotov. Víctor L, de 45 años, fue el primer afectado por las llamas, ya que –según el informe policial– la bomba incendiaria impactó muy cerca de él.
Los vecinos, conmocionados, ayudaron a las víctimas y apagaron el fuego, que provocó serias heridas a la familia que vivía en el lugar.
Víctor L. fue operado en el hospital de Emergencias de Rosario. Según el director de ese centro asistencial, Germán Camiletti, “sufrió quemaduras muy graves en la mayor parte del cuerpo, fue intervenido quirúrgicamente de urgencia y está asistido con un respirador, con pronóstico reservado”. La mujer –identificada como Fabiana R., de 43 años– “sufrió quemaduras y algunos problemas en las vías respiratorias, pero su estado general es bueno”, precisó. El chico de 16 sufrió quemaduras en ambas piernas y se encuentra internado hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.
Los vecinos de esa zona del barrio Triángulo señalaron que la familia atacada vive en ese lugar hace 25 años. Son cartoneros, gente muy humilde. Pero la policía señaló que allí funcionaba un punto de venta de drogas. Y que el ataque se debe a un enfrentamiento entre sectores ligados a Los Monos que se disputan el territorio en esa zona.
“Cuando el hombre se prendió fuego, su mujer trató de ayudarlo y las llamas también la afectaron a ella, sobre todo en los brazos”, dijo a LA NACION una calificada fuente policial. Él tiene quemaduras de tercer grado, explicó ese mismo vocero.
Los investigadores sospechan que se usó nafta para alimentar el artefacto incendiario. El combustible esparcido propagó las llamas dentro de la casa.
Este método extremo de incendiar puntos de venta de drogas se repitió varias veces en Rosario. En 2015, tres familias perdieron sus viviendas luego de que un grupo de narcos del barrio Santa Lucía las prendiera fuego. Los habían amenazado: les habían dicho que debían irse de esa zona porque allí instalarían búnkeres de drogas.
El barrio Triángulo, donde se produjo este ataque con una bomba molotov, es uno de los más violentos de Rosario y fue epicentro, el fin de semana, de unos 30 allanamientos contra tres bandas que se enfrentan en la zona, aunque todas son “terminales” de la banda de Los Monos.
Uno de los blancos de este operativo fueron los hermanos Luis y Nelson Lobos, que se encuentran presos en el penal de Piñero y son lugartenientes de Ariel Cantero y de Máximo Cantero, alias Guille, el jefe del clan, que está preso en el penal federal de Marcos Paz.
Estado de conmoción
El ministro de Seguridad de Santa Fe opinó que Rosario vive “en un estado de conmoción desde hace tres semanas”. Dijo Jorge Lagna: “A los ataques a las estaciones de servicio, las balaceras a escuelas se suman ahora estos ataques con bombas molotov”. Y agregó: “Hay hechos que no tienen explicación, que son realizados con el objetivo de intimidar a la sociedad”.
Las sospechas apuntan, como pasa con la mayoría de los hechos violentos de esta naturaleza que suceden en Rosario, a Guille Cantero, que aunque ya suma más de 100 años de prisión maneja los hilos de las actividades criminales de su banda desde la celda.
“Hay indicios de que se querría generar un clima como el que efectivamente se cristalizó. El Estado tiene que trabajar más fuerte que nunca. En los próximos días se van a ir conociendo los resultados de recientes allanamientos en barrio Triángulo”, afirmó Lagna.
El gobernador, Omar Perotti, admitió la semana pasada: “El narcotráfico nos superó”.
“Estamos enfrentando un delito que ha crecido enormemente en los últimos doce años con la misma estructura federal de hace treinta años; queremos resultados diferentes, pero tenemos que hacer cosas diferentes”, precisó.
En diálogo con LA NACION, el fiscal Federico Rébola de la unidad especializada en “balaceras” opinó que la mayoría de los hechos intimidatorios y extorsivos se tejen desde la cárcel. “En las causas judiciales se ve claramente cómo se ordenan ataques desde la cárcel”, apuntó el funcionario.
El ministro de Seguridad coincidió con el fiscal Rébola. “Estamos en estado de emergencia en el servicio penitenciario. No es mi área, pero si controlamos mal las cárceles tendremos más hechos afuera”, opinó Lagna.
“Nos reunimos con los fiscales de balaceras y escuchamos lo que se pergeña desde la cárcel. Hay mucha facilidad para conseguir un celular y hoy es un arma letal para ordenar desde una extorsión hasta una muerte. Los decomisamos de a miles, pero hay más”, advirtió.
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