Terror mafioso. Bajan las persianas de los negocios de una avenida comercial tras un infernal ataque narco
Hombres en moto dispararon contra locales de la avenida Alberdi, cerca del estadio de Rosario Central; hubo dos heridos -un kiosquero y una clienta- y ante la falta de presencia policial, muchos decidieron mantener las puertas cerradas; temen que sea el prólogo de una extorsión: la exigencia de un pago para evitar las balaceras
- 5 minutos de lectura'
ROSARIO. El barrio de Arroyito, cerca del estadio de Rosario Central, en el norte de esta ciudad, amaneció con muchos negocios con las persianas bajas. Los comerciantes decidieron cerrar ante el temor a los disparos y las extorsiones. El lunes al atardecer, cerca de las 19, la zona de Génova y avenida Alberdi, un lugar muy transitado, quedó paralizada por el pánico después de que hombres en moto dispararan por los menos 14 tiros contra varios negocios y provocaran dos heridos: el dueño de un kiosco, con un disparo en el brazo, y una mujer que compraba en una carnicería, que recibió un tiro en el abdomen.
Este martes a la mañana, ante la ausencia de patrullajes de las fuerzas policiales y de gendarmería, varios comerciantes decidieron no abrir sus negocios. El miedo no es solo a ser blanco de los tiros, sino también de las extorsiones. Porque muchos creen –según constató LA NACION en el lugar– que después de la balacera pasarán los narcos a reclamar dinero a cambio de paz. “Esto ya pasó en otras zonas. Primero disparan, generan terror y después pasan a cobrar el impuesto narco. Si no pagás te vuelven a tirar”, ensayó el dueño de un comercio de la zona que prefiere, por miedo, no revelar su nombre.
El miedo actúa como un reactivo a una realidad: en el primer semestre de este año se denunciaron 796 intentos de extorsiones, de las cuales en más de 400 casos se usaron armas para reclamar el pago, según datos del Ministerio Público de la Acusación. Y mucha gente paga ese impuesto de la mafia, en medio de un contexto cada vez más violento: en lo que va de este año se cometieron 201 homicidios en Rosario.
El intendente de Rosario, Pablo Javkin, expresó su bronca por la situación esta mañana. “Acabo de recorrer durante 45 minutos toda avenida Alberdi y no hay un solo policía”, dijo. “Es insoportable la situación. No me gusta alimentar grietas. Pero nos tienen que cuidar en las calles. No puede ser la carencia absoluta de presencia de fuerzas que cuiden a la gente en la calle con la que vivimos todos los días”, afirmó el intendente en diálogo con Radio con Vos.
Javkin hacía referencia que “no había un solo policía” en la zona donde el lunes a la tarde se desataron ataques a tiros sin un motivo aparente de robo, es decir, solo para generar terror, como ya ocurrió varias veces en Rosario, como ocurrió en noviembre pasado cuando dispararon contra el restaurante El Establo cuando se encontraba repleto de comensales.
En la avenida Alberdi el panorama era desolador esta mañana. Los comerciantes estaban desconcertados, desguarnecidos de alguna herramienta de protección del Estado. El 10 de agosto pasado, luego de que aparecieran pintadas en los edificios públicos con la leyenda “plomo y humo”, el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, echó al ministro de Seguridad, Jorge Lagna. En su lugar designó al excomisario Rubén Rimoldi, un hombre que sus padrinos políticos en el gobierno le pidieron no hablar con los medios, por lo que sus acciones en materia de seguridad se desconocen.
A contramano de lo que ocurre en una administración estatal, el que habla con los periodistas es el jefe de la Policía, Miguel Ángel Oliva, quien este martes admitió: “Vemos una escalada muy grande en la violencia. Tenemos una dinámica muy cambiante con respecto a los distintos hechos que se viven principalmente en Rosario”.
Ante la falta de respuesta, los comerciantes decidieron cerrar, como el kiosco de Génova al 1600, que recibió uno de los disparos. Guillermo, dueño del negocio, fue testigo directo de lo ocurrido, porque una de las personas que sufrió herida de bala fue su compañero de trabajo. La víctima recibió un balazo en un brazo y tuvo que ser atendido en el hospital Alberdi. La otra persona lesionada de rebote fue una mujer que estaba comprando en una carnicería, fue traslada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), pero que su estado tampoco sería grave.
“Tengo una serie de sensaciones cruzadas. Gracias a Dios la sacamos barata. Esto pudo ser una masacre”, sostuvo Guillermo, y agregó: “Estaba con mi esposa y empezamos a sentir las detonaciones. Y quiero dejar en claro que esto no fue un robo. Entraron al negocio, dieron un paso y empezaron a disparar directamente. Y siguieron en la vereda. Tiraron contra la carnicería. Habrán sido en total 12 o 13 disparos”, sostuvo Guillermo.
“Uno se levanta a la mañana para ir a trabajar y poder sobrevivir día a día en esta situación y de golpe te encontrás con todo esto. Sinceramente, no sé cómo salir adelante. No sé si cerrar, pero a qué me voy a dedicar. Estoy bloqueado y no lo puedo creer. Vivo de esto. Hace quince años que tengo negocio. En un segundo, entra alguien y dispara tres o cuatro veces. Soy una persona que no le debe un peso a nadie”, afirmó.
Entre el viernes a la madrugada y el domingo fue atacado dos veces el Centro Municipal Distrito Sur. Primero rompieron los vidrios a piedrazos y dejaron mensajes escritos en un papel arrugado y con birome, y dos días más tarde prefirieron disparar y destrozar los blindex del ingreso al edificio.
A la par, el viernes, desde una moto, dos mujeres arrojaron panfletos en el barrio de Arroyito con amenazas a los fiscales Pablo Socca y Matías Edery. Los mensajes estaban firmados por “La Mafia”, algo que parece una corporación del miedo y que sus protagonistas cambian. “Guille Cantero controlá a los gatos, Matías Cesar Pino. Los picudos que están batiendo la cana. Atentamente La mafia”. Antes era el propio líder de Los Monos el que firmaba como La Mafia, pero ahora son sus detractores o competidores los que usan el mismo apelativo, lo que muestra la anarquía del mundo criminal rosarino.
Temas
Otras noticias de Narcotráfico
Más leídas de Seguridad
San Isidro. La Prefectura Naval secuestró una "lancha voladora" cuando hacía maniobras peligrosas
Histórico. La Nación acordó traspasar a la Ciudad las unidades del Servicio Penitenciario con jurisdicción en la Capital
En Recoleta, Palermo y Retiro. Cayó una banda de motochorros que se hizo de un botín de casi $30.000.000 y US$104.000
Historias sin respuestas. Verónica, Nallely y Luciana: los nombres de tres mujeres desaparecidas en cuatro meses