Tatuajes e Instagram, las claves para dar con los agresores de un economista en Las Cañitas
Eran las primeras horas del 9 de enero de 2019 cuando Gustavo Klein, en ese momento de 34 años, fue herido de gravedad con un arma blanca en la nuca. Sus agresores, adolescentes, escaparon a pie después de robarle su teléfono celular y un reloj plateado. Las secuencias previas y posteriores del brutal ataque en Las Cañitas habían sido registradas por distintas cámaras de seguridad.
Como era un caso con autores desconocidos, el fiscal José María Campagnoli le pidió a su equipo de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE) que comenzara a trabajar para intentar identificar a los sospechosos y así poder colaborar con la Fiscalía en lo Criminal y Correccional porteña N° 38, a cargo de la causa.
La víctima, por su grave estado, no podía declarar. Para comenzar a investigar, los detectives de la SIPE solo tenían las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona del ataque, en Gorostiaga al 1600. Las capturas de las filmaciones fueron el puntapié inicial para intentar dar con los atacantes.
Según las grabaciones de las cámaras de seguridad, antes del ataque, la víctima y los agresores parecieron haber tenido un diálogo cordial mientras caminaban unos metros.
Es más, entre el momento en que agresores y víctima son captados por las cámaras de seguridad y el momento de la huida pasaron unos 30 minutos, según fuentes judiciales. En ese transcurso de tiempo habrían tomado cerveza entre todos.
"Hubo media hora de caminata juntos antes del ataque", afirmaron fuentes con acceso al expediente.
"Al determinar que los autores del ataque huyeron del lugar a pie se trabajó en la hipótesis de que no vivían lejos ", explicó una fuente judicial.
El equipo de la SIPE, que depende de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri), conducida por Campagnoli, se dividió y cada grupo analizó los barrios cercanos a la escena de los hechos.
"Ante el pedido de colaboración en este grave hecho, el personal procedió a estudiar el material fílmico recolectado durante la instrucción del sumario (31 discos compactos), verificando en las imágenes algunos detalles de interés. En primer lugar se detectó que los agresores de Klein se desplazaban a pie, lo que permitió concluir, entre otras hipótesis, que los jóvenes serían oriundos de algún lugar cercano. Ello, sumado a que en las imágenes se los ve huir hacia la zona conocida como el Bajo Belgrano luego de haber atacado a la víctima", se explicó en informe elaborado por la SIPE, al que tuvo acceso LA NACION.
El ataque fue poco después de las 3.25 del 9 de enero del año pasado. Doce meses después, personal de la Policía de la Ciudad detuvo dos jóvenes de 17 y 18 años acusados de haber participado del hecho. Un tercer sospechoso, tras ser identificado, fue entregado a sus padres ya que por la edad es inimputable.
"En el análisis de la secuencia registrada se puede apreciar cómo los tres sujetos que acompañaban a Klein empiezan a rodearlo y, si bien, las cámaras no habrían registrado el momento exacto del ataque, se visualizan los momentos previos, cuando los agresores le gravitan [sic] cerca; y por detrás a la víctima, como esperando el mejor momento para atacar. Luego, salen del rango de filmación de las cámaras dejando solo capturadas las secuencias posteriores, cuando emprenden la huida corriendo", se afirmó en el informe de la SIPE.
A pesar de que el informe de la SIPE donde se logró identificar a los supuestos agresores es de junio pasado, la causa solo tuvo avances esta semana. Como uno de los sospechosos investigados es menor de edad, la competencia pasó al fuero de menores y quedó a cargo de la fiscal Maria Eugenia Sagasta.
"Con los autores individualizados por su fisionomía se procedió a buscar coincidencias entre los autores del violento hecho y los distintos usuarios de las redes sociales, más precisamente sobre aquellos que pudieran tener vínculo con el barrio de Belgrano y se logró detectar entre la gran cantidad de usuarios, que la cuenta de la red social Instagram perteneciente al área boxeo del club Excursionistas tenía entre sus seguidores a un joven de características muy similares a uno de los sospechosos", se afirmó en el informe de la SIPE.
Una vez que se logró identificar el perfil de las redes sociales de uno de los sospechosos, se revisó su lista de contactos y se encontraron los demás supuestos agresores en la lista de seguidores y amigos.
Uno de los sospechosos, en su perfil de la una de sus redes sociales tenía una frase que llamó la atención de los detectives judiciales: "Anti giles", texto sumado a la imagen de un cuchillo y una cabeza humana.
"Con las fotografías de los perfiles de Instagram, Facebook y Twitter se analizaron las imágenes y se logró comparar los tatuajes que aparecen en las fotografías de las redes sociales con los grabados sobre la piel de los agresores y se pudo determinar que eran coincidentes", recordó un investigador.
El caso
El hecho ocurrió la madrugada del 9 de enero del año pasado, cuando Klein, que trabajaba como técnico en el área económica del Consejo Federal de Inversiones (CFI), fue encontrado tirado en la vereda y ensangrentado por efectivos de un móvil de la Comisaría Vecinal 14 B.
Según la agencia de noticias Télam, el economista llegó a decirles a los policías que había sido asaltado y apuñalado por tres delincuentes que lo interceptaron en la vía pública cuando regresaba caminando a su domicilio, situado a unas ocho cuadras, en el barrio de Belgrano.
La Policía priorizó la atención médica de Klein y después montó un operativo de búsqueda de los sospechosos, pero en ese momento no fueron localizados.
Klein estuvo internado en terapia intensiva en el sanatorio La Trinidad de Palermo a raíz de la lesión medular que sufrió, con riesgo de quedar cuadripléjico, según Télam.
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