También sufrió un simulacro de ejecución

"No solamente fue torturado físicamente durante los ocho días de su cautiverio, sino que también tuvo que padecer un simulacro de fusilamiento por parte de sus captores", confió ayer a este diario una fuente de la investigación del secuestro del empresario Daniel Rebagliati, que fue liberado en las últimas horas.

La fuente no quiso aportar mayores detalles de los terribles episodio vivido por el empresario de 53 años, quien ayer estuvo varias horas declarando en la fiscalía federal de San Martín.

"Al menos le dieron de comer todos los días, no lo dejaron afeitar y cada tanto hablaba con alguno de los familiares para saber que estaba bien, como una prueba de vida", agregó el informante.

También se supo que el hombre estuvo en muchas ocasiones encapuchado y que conocía las voces de dos de los secuestradores que generalmente lo atendían y cuidaban en su cautiverio.

Del relato del empresario, según confió la misma fuente, se desprende que el hombre fue maltratado física y psicológicamente durante los ocho días que se extendió la privación de su libertad.

Se golpeó levemente en la cara cuando los secuestradores lo dejaron en libertad en Burzaco, pues lo soltaron luego de estar mucho tiempo encapuchado y le dijeron que caminara sin darse vuelta, por lo que el hombre, con su vista casi nublada, se tropezó con una baldosa y cayó de cara al suelo. Rápidamente se levantó y siguió a paso firme hasta que varias cuadras después lo ayudó un remisero de la zona, que lo llevó hasta la remisería donde trabajaba, en la calle Divisoria al 4600.

Entre vacas y gallinas

Otro dato que se estaría analizando por estas horas es el o los lugares donde habría estado secuestrado Rebagliati.

Cabe recordar que Paola, la dueña de la remisería Chubut, a donde fue llevado el empresario, le contó, entre otras situaciones vividas, que en uno de los sitios donde estuvo cautivo claramente podía oír el cacareo de pollos y gallinas, como también el mugido de vacas.

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