Sospechan que las granadas y los cohetes hallados en Ezeiza fueron robados de la fábrica de Fray Luis Beltrán
Creen que las 134 piezas fueron derivadas para su destrucción porque estaban vencidas, pero allí habrían sido robadas del depósito; si bien estaban caducas seguían activas; para evitar daños humanos y materiales fueron detonadas en forma controlada
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La Justicia trata de establecer si los cohetes, granadas y proyectiles de mortero hallados en un bosque cercano a un camping en Ezeiza, fueron robados de la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán, situada a veinte kilómetros de Rosario. Hasta ahora, ninguna dependencia del Ejército, había presentado por escrito alguna denuncia sobre el faltante o robo de los 46 cohetes MB 66, los 15 proyectiles de mortero de 81 mm y las 73 granadas de fusil, la mayoría FMK3.
Según fuentes judiciales y policiales, después de fotografiar la mayor cantidad posible de carcazas de las 134 piezas, mediante detonaciones controladas, se destruyeron todos los proyectiles, cohetes y granadas que habrían sido encontrados por un vecino que buscaba leña.
Antes de destruir la totalidad de las piezas secuestradas, los peritos en explosivos se dedicaron a buscar los números de serie y fotografiar la mayor cantidad de detalles de los cohetes y granadas para poder realizar la trazabilidad que permita establecer a qué guarnición militar estaban asignadas.
Debido a la peligrosidad y el riesgo de vida que implicaba un eventual traslado de las 134 piezas, los peritos en explosivos recomendaron al responsable de la investigación, la destrucción de los elementos encontrados en un bosque, cercano a un camping gremial y a una tosquera.
Si bien, hasta anoche, ninguna de las tres fuerzas informó oficialmente sobre faltantes de esas piezas, fuentes de la investigación no descartaban la posibilidad de que hubieran sido robadas de la planta de Fabricaciones Militares situada en Fray Luis Beltrán, a veinte kilómetros de Rosario.
Con respecto al hallazgo de las 134 piezas en Ezeiza, fuentes de la investigación indicaron que los cohetes, granadas y proyectiles fueron descartados hace pocos días. Estaban activos, pero vencidos. Esto significa que se trataría de materiales que al tener una fecha de caducidad debían ser destruidos. Pero, en lugar de detonarlos, alguno de los responsables del arsenal o de los depósitos, los retiró de la fábrica o de la guarnición militar y se los llevó, con el objetivo de vender esas piezas en el mercado negro.
“Alguien tenía guardados estos proyectiles y granadas y debido al deterioro provocado por el paso del tiempo y por las malas condiciones de almacenamiento, decidió descartar esas piezas ante la posibilidad de hubiera una explosión que causara su muerte y la de terceros”, explicó uno de los investigadores.
La posibilidad de que esas 134 piezas hubieran sido robadas de la planta de Fabricaciones Militares de Fray Luis Beltrán, cerca de Rosario se fundó en tres episodios ocurridos entre 2014 y 2020.
En noviembre de 2020, se incendió un depósito de explosivos y seis años antes se había registrado un hecho similar en la misma planta.
A partir del antecedente de la explosión en la Fábrica Militar de Río Tercero, que habría tenido como objetivo encubrir el faltante de armas que se habían vendido de contrabando a Ecuador y Croacia, no se descartaba la hipótesis de que ambos incendios en la planta de Fray Luis Beltrán hubieran tenido el mismo objetivo. En 2016 un allanamiento demostró el faltante de cientos de miles de municiones en la Fábrica Fray Luis Beltrán.
Además, existe otro antecedente, el 30 de diciembre de 2014, en el Batallón 603, situado al lado de la planta de Fabricaciones Militares se denunció el faltante de 19.000 municiones calibre 9 mm.
En diciembre de 2019, tres integrantes de la banda de Los Monos que eran perseguidos por la policía, se ocultaron en uno de los laberínticos pasillos de la villa Las Flores. Antes de que los efectivos los perdieran de vista, los soldaditos narco, descartaron una mochila. Al revisarla, los policías hallaron tres granadas FMK 2, fabricadas en la planta de Fray Luis Beltrán.
Con respecto al hallazgo del arsenal cerca de la tosquera, en Ezeiza, técnicos en explosivos de las policías Federal y bonaerense se abocaron a las detonaciones controladas de las 134 piezas encontradas en Ezeiza. Antes se había asegurado el perímetro para evitar que ningún vecino o curioso se acercara.
Por la tarde, el sumario pasó a los investigadores de la Policía Federal que comenzaron con la trazabilidad de las piezas. En tanto que el expediente judicial quedó a cargo del juzgado federal N° 2 de Lomas de Zamora, subrogado por el magistrado Luis Armella.
Durante las últimas horas, los investigadores, supervisados por el juez federal Armella, se abocaron a buscar testigos que hubieran visto algún vehículo que se detuviera en el lugar donde fueron encontradas las 134 piezas. Los responsables de la pesquisa están seguros de que el arsenal estaba acopiado en un lugar distinto del que fue encontrado.
Una fuente de la investigación aportó otros dos datos clave sobre la pista que seguían: “llamó la atención la cercanía del lugar del descarte del material explosivo con la tosquera. Además, junto a las 134 piezas se hallaron elementos que no son explosivos, pero que permitirían establecer de qué dependencia se robaron los proyectiles, los cohetes y las granadas”.
Otro de los elementos que abonaron la presunción que apunta a que las 134 piezas fueron trasladadas hasta el lugar del hallazgo fue el hecho que ninguna tenía signos de haber estado sometida a la acción de los factores climáticos. Esto significa que estuvieron almacenados en otro lugar y los descartaron en el área del hallazgo.
Ninguna de las piezas halladas puede ser utilizada de forma individual. En el caso de los cohetes MB 66, requieren de un lanzador Instalaza, de fabricación española para ser disparados contra un tanque, por ejemplo. En 1979, el Ministerio de Defensa de la Argentina adquirió una partida de mil cajas con seis cohetes cada una y lanzadores al fabricantes español.
En tanto que los proyectiles se disparan con morteros. Mientras que las granadas se usan contra un vehículo blindado o un tanque. En este caso, se coloca la granada en la salida del cañón de un fusil FAL y se dispara con un cartucho especial. En todos los casos, se trata de sistemas de armas portátiles utilizados por la infantería.
Otro detalle que no pasó indavertido para los investigadores fue que, hace diez días, en La Plata fue hallado un lanzacohetes TOW BGM-71E-4B y un misil fueron encontrados. La justicia determinó era el mismo que fue robado al Estado a principios de 2015, cuando Agustín Rossi era el Ministro de Defensa.
El hallazgo se dio en forma accidental, cuando un grupo de empleados realizaba una obra vial en la calle 167, entre 68 y 69, en la localidad de Los Hornos. El sitio donde se encontró el armamento militar está situado a unos 10 kilómetros del Escuadrón Caballería Blindado 1 de La Plata.
Según indicó el primer reporte policial, se constató la existencia “de un lanzacohete TOW BGM-71E-4B con su respectivo cohete, con todas sus partes constitutivas, a simple vista colocadas y en mal estado de conservación”.
En enero de 2015, el exministro de Defensa y actual interventor de la AFI Agustín Rossi había alertado sobre el comienzo de una investigación a cinco hombres del Ejército, siendo estos un oficial y cuatro suboficiales, por la desaparición del misil antitanque de una dependencia en la ciudad de La Plata.
El faltante del misil fue confirmado el 16 de enero de aquel año por la cartera de Defensa que, a través de un comunicado, sintetizó: “El Ejército Argentino realizó una denuncia con motivo de haberse detectado en el Escuadrón Caballería Blindado 1 de la Ciudad de la Plata la ausencia de un misil TOW 2″. Ese lanzacohete fue el encontrado en los últimos días. Ahora se suma el misterio del arsenal descartado en Ezeiza.
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