"Son unos animales, era un chico decente, todos los querían”, dijo la madre de Báez Sosa
Dolor profundo, silencio, abrazos y llantos. Así fue esta mañana en el cementerio de Chacarita donde enterraron los restos de Fernando José Báez Sosa, el chico de 18 años que asesinaron el sábado en Villa Gesell a la salida de un boliche. Además de los familiares y conocidos, la mayoría de los que participaron del entierroeran jóvenes que se acercaron a despedir a su amigo.
Cuando llegó el coche que trasladaba a Fernando ya había varias personas que se habían adelantado para recibir a sus padres en el cementerio. Más abrazos. Más palabras de apoyo. Más lágrimas.
Julieta, la novia de Fernando, llegó con la misma campera roja deportiva que tenía ayer en el velatorio. La campera era de Fernando. También cargaba una caja de zapatos, que no soltó en ningún momento, donde tal vez guardara sus recuerdos o un regalo de aniversario para él. Ayer hubieran cumplido un año de relación.
Concluida la misa en la capilla del cementerio, entre seis personas sacaron el cajón para trasladarlo a la galería 18 donde descansará Fernando y donde sus familiares podrán ir a llevarle flores.
Todo el grupo se trasladó cantando Juntos como hermanos, una canción católica. "Un largo caminar por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor. Unidos al rezar, unidos en una canción viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor", cantaban a la par mientras iban detrás del cajón que llevaba a Fernando.
Al momento de ingresar el cajón al nicho, Graciela, la madre del joven asesinado, se descompuso y tuvo que asistirla una ambulancia del SAME.
A la salida, los familiares y amigos que fueron a despedirlo a Fernando gritaron "¡justicia!".
Un chico excepcional
Fernando, en palabras de sus allegados, era un buen chico, colaboraba con colegios de bajos recursos, amaba a sus amigos, el deporte y la vida. "Espero que se haga justicia por Fernando y no quede en el olvido, era un chico excepcional, sin problemas con nadie", dijo su padre Silvino al finalizar el entierro.
Graciela, su madre, exclamó: "Quiero justicia por mi hijo. Era un buen chico. Son unos animales, era un chico decente, todos los querían".
La madre de uno de sus compañeros de colegio que también estaba en Villa Gesell (aunque no pertencía al mismo grupo con el que Fernando estaba vacacionando), dijo a LA NACION: "Todos los amigos están destruidos. Ellos iban a divertirse, no se entiende esto. Hay varios responsables, no solo estos pibes que lo mataron. Esto sucedió a la vista de todos y no había seguridad suficiente".
Antes de concurrir al cementerio, se realizó una misa en el colegio Marianista, ubicado en la esquina de la avenida Rivadavia y Mitre, donde Fernando terminó la secundaria. Allí estuvieron presentes todas las autoridades de la institución, los chicos que actualmente están cursando sus estudios y los familiares del joven. La misa duró una hora y, a las 10.30, fue trasladado al cementerio de Chacarita.
Ahora, la familia, amigos y conocidos del joven dicen que van a luchar para que el hecho se esclarezca y todos los involucrados reciban la pena que les corresponda.
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