“Somos una mafia”: la caída de la banda de “los pibes chorros de la Costa” que robó 300.000 dólares
La policía bonaerense desbarató a una organización que había protagonizado un robo en Tigre en el que contaron con información detallada de los movimientos de la casa y de la existencia de un importante suma de dinero
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La organización criminal irrumpió en la propiedad después de romper el vidrio de una ventana. Eran cinco los ladrones que sorprendieron a los dueños de la casa situada en Don Torcuato, Tigre. Uno, que parecía tener la voz de mando, no anduvo con eufemismos y dijo: “¿Dónde está la plata? Nosotros somos una mafia, sabemos todo de ustedes”. Poco después se apoderaron de 300.000 dólares, alhajas de oro, dos relojes y un celular. También se llevaron un equipo de grabación de video (DVR) en el que se almacenaban las filmaciones de las cámaras de seguridad del domicilio, con la clara intención de eliminar pruebas que pudieran incriminarlos. Tras maniatar a sus víctimas, escaparon en una camioneta Ford Ranger que robaron del inmueble.
Ese golpe fue protagonizado por la banda de “los pibes chorros de la Costa”, conocidos con ese mote porque la mayoría son oriundos de Mar del Plata. La gavilla fue desbaratada en las últimas horas por detectives de la policía bonaerense tras una serie de allanamientos en La Matanza, derivados de una investigación a cargo de la fiscal de Don Torcuato Virginia Toso.
Según informaron fuentes policiales a LA NACION, tres de los sospechosos detenidos se habían fugado de la cárcel de Batán, unidad que depende del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB)
El asalto atribuido a esta organización criminal ocurrió anteayer a las 2.30 en una casa situada en Riobamba al 2300, de Don Torcuato, Tigre, donde viven Miriam O. y Héctor K., las víctimas sorprendidas por los ladrones.
“Se trató de un hecho ‘entregado’; la banda criminal contaba con la información de que en la casa donde iban a robar había una suma importante de dinero en efectivo”, explicó a LA NACION una fuente de la investigación.
El ladrón que tenía la voz de mando, después de tirar al piso a Miriam O., le gritó: “¿Dónde está la plata? Nosotros somos una mafia, sabemos todo de ustedes”, y, además, le dijo que la información se las había dado el hermano de su pareja, que está preso. La amenazó con cortarle los dedos si no les decía dónde estaba el dinero.
Después se dirigieron a una de las habitaciones de la casa y golpearon a Héctor K. hasta que les dijo dónde guardaba el dinero, según agregaron las fuentes consultadas. Una vez que tuvieron consigo el botín que habían ido a buscar, los cinco ladrones escaparon en la camioneta de las víctimas.
Tras el análisis de filmaciones aportadas por el Centro de Operaciones Tigre (COT) y una serie de tareas investigativas, la fiscal Toso y el personal de la Estación de Policía de Tigre, conducida por el comisario mayor Lucas Borge, lograron identificar uno de los inmuebles donde se habían ocultado los sospechosos.
Ayer se hizo un allanamiento de urgencia en Virrey del Pino, La Matanza, y fueron detenidos cuatro sospechosos. Según fuentes policiales y judiciales, los supuestos integrantes de la banda tenían antecedentes penales.
“Es más, tres de los apresados se habían fugado de la cárcel de Batán. Se trata de Carlos Raventos, Eduardo Calo y Claudio Cejas”, informaron fuentes policiales.
Según los voceros consultados, el 1° de octubre pasado, y después de una salida transitoria, Calo, de 35 años, no volvió a la cárcel de Batán, donde cumplía una condena. Cejas, de 41, se fugó de la misma unidad penitenciaria el 13 de septiembre último, cuando estaba alojado bajo el programa de Casas por Cárceles. Y Raventos, de 37, estaba prófugo desde el 31 de diciembre del año pasado, cuando no regresó al penal después de una salida autorizada por la Justicia.
Calo, Cejas, Raventos y un cuarto sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Matías Escobar —que había recuperado la libertad en 2016, después de haber cumplido una condena por robo calificado—, fueron indagados por el delito de “robo doblemente calificado por haber sido cometido con efracción y por su comisión en lugar poblado y en banda, en concurso real con tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”.
Raventos y Cejas también fueron indagados por uso de documento público apócrifo agravado por resultar documentación destinada a acreditar identidad, ya que se les secuestraron dos DNI falsos.
“Tenemos indicios de que el día anterior al robo en Don Torcuato habrían protagonizado otro hecho en Pilar. Estamos tratando de determinar dónde fue. Será importante la información que se pueda recuperar de los teléfonos celulares secuestrados”, explicó un detective del caso.
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