"Soldaditos" tatuados con un alambre caliente, mano de obra de un clan narco
Al cabo de diez allanamientos, la policía bonaerense desarticuló una peligrosa banda de narcotraficantes que en una disputa territorial por la venta de drogas al menudeo en la localidad de Rafael Calzada atacó a un grupo rival. El enfrentamiento, que incluyó un intenso tiroteo entre ambas facciones, dejó como saldo un herido, que permanece internado en grave estado, y tres detenidos.
Según informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales, durante los operativos los agentes incautaron una granada, una escopeta, un pistolón, un revólver y una pistola. Los delincuentes tenían en su poder además cuatro handies, un chaleco antibalas de la policía, marihuana y cocaína. Los informantes precisaron que esta organización, liderada por la familia Figueroa, "marcaba" a los "soldaditos" que reclutaban para la venta de drogas: con un alambre caliente les tatuaban en la piel la letra "F", sello de su pertenencia al clan.
Se trata de una forma de identificación poco frecuente entre las bandas criminales argentinas, imitándose de algún modo el rito de iniciación de las organizaciones criminales conocidas como "maras", que emigraron desde América Central hacia los Estados Unidos. Los integrantes de esos grupos hacen visible su pertenencia a un clan específico mediante tatuajes que reivindican sus lugares de origen.
A diferentes de las estructuras narco nacidas en Colombia e imitadas en México y Brasil, los clanes locales tomaron como modelo a bandas de Perú y Bolivia para conformar agrupaciones delictivas que giran alrededor de una familia, con ramificaciones externas que mantienen algún vínculo de sangre con el núcleo primario del grupo o, como máximo, incorporan a personas de confianza mediante lazos de vecindad,
Por otro lado, calificadas fuentes confirmaron a LA NACION que tres equipos de distintas dependencias judiciales de la provincia de Buenos Aires investigan a esta peligrosa banda liderada por la familia Figueroa.
Los procedimientos, que dejaron como saldo la detención de tres sospechosos -Rubén Figueroa, de 45 años; Julio César "Flashito" Acosta, de 31, y Hernán Monasterio, de 33- dejaron al descubierto una situación singular: en una causa paralela de narcotráfico que tramita actualmente en la Justicia federal, uno de los líderes del grupo fue capturado en agosto del año pasado, aunque fue liberado poco tiempo después.
Este dato se tornó visible porque el jueves 25 de junio los investigadores de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°7 de Lomas de Zamora y policías de las comisarías 5a. y 6a. del distrito volvieron a capturarlo, ahora acusado de tentativa de homicidio, dado que fue uno de los protagonistas del enfrentamiento con un grupo antagónico en Rafael Calzada, partido de Almirante Brown. Dada la reconocida peligrosidad de los miembros de esta banda, los agentes de la Estación de Policía de Seguridad Departamental de Almirante Brown, contaron con el apoyo del Grupo Halcón y del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) durante el operativo.
"En función de la cantidad de droga y de las armas incautadas durante los allanamientos, tomó intervención también la UFI N°14 de Lomas de Zamora, especializada en estupefacientes", señaló a LA NACION una calificada fuente judicial. Según las últimas estadísticas oficiales disponibles, en este departamento judicial se inician 47 expedientes diarios por violaciones de la ley de Estupefacientes 23.737; esta cifra comprende tanto las investigaciones por narcomenudeo como por tenencia simple de drogas.
Seguidilla de procedimientos
Lomas de Zamora es un distrito judicial especialmente conflictivo, un enclave de narcotraficantes que anidan en los barrios más postergados para distribuir cocaína, paco y marihuana en el sur del Gran Buenos Aires.
Solo un par de días después de la caída de una parte del clan Figueroa, el sábado pasado, un grupo operativo de la comisaría 4a. capturó a dos mujeres —de 22 y 17 años— que distribuían drogas en las calles de la localidad de Llavallol, en el límite con Temperley y Adrogué.
El 11 de junio, y en la misma localidad del partido de Lomas de Zamora, se realizaron allanamientos en el complejo "Los pinos". En un departamento del edificio ubicado en la Inca y Polonia los agentes policiales incautaron 300 dosis de cocaína fraccionadas para la venta. En este caso, fueron detenidas dos mujeres, de 34 y 42 años.
Tres días antes de eso, una brigada de la policía bonaerense detuvo, tras una serie de allanamientos simultáneos, a once sospechosos de integrar una red de venta de sustancias en Villa Centenario, Lomas de Zamora. Habían sido denunciados por sus propios vecinos. Cayeron con 365 dosis de paco y entre los acusados hay hombres y mujeres.
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