"Solamente esperamos un milagro", dijo el padre
Manuel es un amante de la actividad acuática y del medio ambiente
"Era muy... Es muy amable. Sólo esperamos un milagro." Así, con las palabras marcadas por la incertidumbre propia de una búsqueda inconclusa, Federico Storani, el ex diputado y ministro del Interior radical, definía ayer a su hijo Manuel, desaparecido desde anteanoche durante el trágico choque de lanchas en el Delta.
Con sólo 14 años, Manuel es un filántropo nato. No sólo se interesa por todos los seres humanos que lo rodean; ama también a los animales, las plantas y los árboles. Es un fervoroso cuidador del medio ambiente.
Nunca se llevó una materia. Es un excelente alumno y participa siempre en las olimpíadas de Matemáticas representando a su escuela, la Cristoforo Colombo. "Manuel es totalmente compinche conmigo. Lo único que no compartimos es que yo me inclino por las ciencias sociales y él, por las naturales", contó Federico Storani a LA NACION.
Su familia explica que "desde que era muy chico practica deportes acuáticos y es un excelente nadador" y esto alimenta sus esperanzas de encontrarlo con vida. "Manuel es un dulce, un angelito al que sus primos siempre quieren tener cerca", sostuvo una de sus tías, la ex diputada María Luisa Storani.
Todos recalcan que es muy "amiguero" y sociable. "Es muy unido a sus amigos y, como típico adolescente, está descubriendo lo que es salir con chicas. Entonces, yo lo apodé «el cuarto prófugo» (en referencia al caso de la triple fuga) porque se rajaba siempre con sus amigos", relató su padre.
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