Situación crítica. La tercera fuga en una semana expuso la superpoblación de presos en alcaidías y comisarías porteñas
En la ciudad hay 1041 plazas para detenciones transitorias, de no más de 96 horas; sin embargo, hasta hoy había, según datos oficiales, 1962 reclusos; ayer se escaparon dos reclusos en Caballito; la Ciudad reclama que el Servicio Penitenciario Federal le habilite cupos para trasladar a las personas privadas de la libertad
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La fuga de cuatro presos de una alcaidía de la ciudad de Buenos Aires, el tercer caso en una semana, puso una vez más sobre la mesa el problema de la superpoblación de detenidos en dependencias porteñas –preparadas solo para alojamiento temporal y corto– y la falta de cupos en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) para trasladarlos, situación que comenzó en 2020, durante la crisis sanitaria de la pandemia de coronavirus, y que se prolonga ahora, a pesar del cambio de gobierno y la afinidad política entre la Ciudad y la Nación.
Hasta ayer, según datos oficiales, en alcaidías y comisarías porteñas había 1962 presos, cuando hay 1041 plazas para una “estadía” transitoria hasta el trasladado a unidades del SPF. La superpoblación es del 88%. Casi el doble que la capacidad ideal.
“El problema no empezó ahora. Todo comenzó durante la pandemia con la política de la exjueza Laura Garrigós [designada por el expresidente Alberto Fernández como interventora del SPF], que no daba cupo para trasladar presos a las cárceles federales. En ese momento, en las dependencias de la ciudad había solo 60 detenidos. En el SPF no quieren tener las cárceles colapsadas; pero la consecuencia es que las que están colapsadas son nuestras alcaidías y comisarías, que no están preparadas para el alojamiento prolongado de detenidos”, explicaron a LA NACION desde el Ministerio de Seguridad porteño.
Con el cambio de gobierno, el SPF pasó de la órbita del Ministerio de Justicia a la de Seguridad, cartera conducida por Patricia Bullrich. “No vemos mala voluntad desde la Nación, pero la salida que plantean, por ahora, es insuficiente”, afirmaron las fuentes consultadas.
El domingo a la noche se produjo la más reciente fuga. Fue protagonizada por cuatro presos alojados en la alcaidía de la comisaría vecinal 6B, situada en la avenida Avellaneda al 1500, Caballito. Dos fueron recapturados pocos minutos después. Los otros dos, identificados como Jonathan Coma, de 32 años, y Nelson Riquelme Pichun, de 29, seguían prófugos al cierre de esta edición.
“Cuatro efectivos policiales resultaron con lesiones leves y fueron atendidos por personal del SAME. La situación en la alcaidía fue dominada y se desplegaron móviles en la zona para dar con los otros dos reclusos que se fugaron”, informaron fuentes policiales. Los reclusos lograron irse por la fuerza de la dependencia luego de violentar un blindex y trepar una medianera, a tres cuadras del club Ferro Carril Oeste.
Tras saltar la medianera, los dos presos se fugaron en una camioneta Ford EcoSport roja que estaba estacionada en las inmediaciones, agregaron fuentes oficiales.
Historia repetida
Desde el 10 de diciembre pasado, cuando asumió la nueva gestión en la Ciudad, hubo once fugas, con 34 evadidos y 24 recapturados. El año pasado, hasta el cambio de mando entre Horacio Rodríguez Larreta y Jorge Macri, hubo 41 episodios.
La semana pasada hubo dos evasiones. Quince presos intentaron escapar de una alcaidía situada en Perú al 1000, San Telmo. Seis de ellos fueron recapturados en el momento, pero nueve alcanzaron a huir de la seccional al saltar hacia los techos de las viviendas linderas. Entre el día siguiente y este domingo fueron atrapados tres. Quedan seis prófugos.
Horas después, dos detenidos se escaparon de una comisaría de la zona de Balvanera tras violentar la reja de la celda. Aún no fueron atrapados.
Las comisarías y alcaidías “no están preparadas para la cantidad de detenidos que tenemos, necesitamos que el Gobierno nacional se los lleve al SPF. Hay que entender que el 94% de los aprehendidos son de la Justicia nacional o de la federal. No son competencia de la ciudad de Buenos Aires. Muchos de ellos tienen sentencias firmes. Están condenados”, sostuvo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tras las evasiones de la semana pasada.
El secretario de Seguridad porteño, Diego Kravetz, dijo ayer a LA NACION: “No vamos a cambiar nuestra política de detención de delincuentes. Hay que buscar una solución política para descomprimir la situación penitenciaria local”.
Según afirmaron las fuentes consultadas, en alcaidías y comisarías porteñas hay 300 presos ya condenados por la Justicia, aunque esas dependencias fueron concebidas como lugar de alojamiento de tránsito hacia las cárceles del SPF.
Según pudo saber LA NACION, el SPF le entrega a la Ciudad 80 cupos semanales para sus detenidos. “Pero es un cupo que se completa como quiere el SPF. Por ejemplo, nos da plazas para cinco personas trans, cuatro mujeres embarazas y así hasta llegar a 80. Si no tenemos en ese momento lo que piden ellos, perdemos los cupos”, explicaron desde el gobierno porteño.
Leandro Halperin, exlegislador porteño y actual integrante del Comité Nacional para la Prevención contra la Tortura (CNPT) sostuvo: “Vemos la situación con preocupación. Advertimos que esto iba a pasar en 2020 cuando, durante la pandemia, el SPF cerró el ingreso de internos. El objetivo era prevenir el contagio de Covid, pero nunca normalizaron la situación”.
Halperin sostuvo que, con esta política, el SPF logró reducir el número de internos. Pasó de 13.800 internos en 2019 a 11.300 a fines del año pasado. “Estos números pueden explicar la superpoblación en comisarías y alcaidías de la ciudad“.
“Locura”
Halperin definió la situación “como una locura” del SPF. “El actual gobierno continúa la política de los cuatro años anteriores, que se podía entender por las profundas diferencias entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta. Pero, ¿por qué continúa ahora?”. agregó.
“La superpoblación es terrible desde todo punto de vista. El primer problema se da con la fuga de presos, que puede tener como consecuencia el aumento de la inseguridad en la ciudad. Además, viola derechos humanos de las personas detenidas y obliga a ocupar a oficiales de policía a hacer de guardiacárceles, cuando no fueron capacitados para eso, en lugar de tenerlos en las calles para prevenir el delito”.
Desde el Ministerio de Justicia porteño, conducido por Gabino Tapia, informaron que desde diciembre pasado en la ciudad de Buenos Aires se incrementó un 20% la cantidad de detenidos.
“Lo primero que se debe aclarar es que la responsabilidad de los presos es del SPF. Las comisarías y alcaidías porteñas son lugares transitorios de detención”, sostuvieron fuentes de esa cartera.
Adelantaron que en mayo podrían retomarse las obras para ampliar en 2200 plazas la cárcel de Marcos Paz, que depende del SPF, aunque el gobierno porteño asumió el compromiso de realizar el trabajo.
“Las obras se paralizaron por la falta de diálogo entre los gobiernos nacional y porteño pasados. Ahora se retomará el trabajo, pero de ningún modo será una solución final para el problema, porque esas plazas serán destinados para los 1800 internos de la cárcel de Villa Devoto. Sí se podría decir que se ganarán 400 lugares”, explicaron desde el gobierno porteño.
Al momento de la publicación de este artículo, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación no habían respondido las consultas hechas por LA NACION sobre esta crítica problemática.
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