Sin llamar la atención se llevaron un blindado con más de $ 15 millones
Mientras un portavalores y dos custodios estaban dentro de la sucursal del Banco Piano, dos delincuentes se fueron con el camión y 13 sacas
Desde la puerta de la sucursal del Banco Piano de Boulogne hacían fila en la vereda más de 60 jubilados para cobrar sus haberes. Entre las 8.30 y las 8.45 llegó, como todas las mañanas, el camión blindado de la empresa Loomis para entregar una remesa de dinero. Todo parecía ir como siempre, hasta que el portavalores y uno de los custodios salieron y se sorprendieron al ver que el vehículo había arrancado y se alejaba de la entidad; adentro llevaba 13 sacas llenas de dinero.
No era un error: sin necesidad de un golpe con gritos y amenazas, y sin disparar un solo tiro, dos delincuentes se llevaron el blindado y cuatro cuadras más allá, y tras dejar abandonado el camión con su chofer dentro, maniatado y amordazado, escaparon con las sacas que, según calificadas fuentes policiales, contenían más de 15 millones de pesos.
Fuentes del mercado de caudales explicaron a LA NACION que las sacas transportadas para dejar en entidades bancarias pueden llevar hasta 2.000.000 de pesos. Por eso, no se descarta que el botín sea mayor.
El camión blindado fue abandonado a 400 metros del banco y a media cuadra de las vías del ferrocarril Belgrano Norte. Cuando los primeros policías llegaron al lugar, alertados por un automovilista que llamó al 911, encontraron al chofer en uno de los asientos, maniatado con precintos plásticos y amordazado. Los ladrones habían huido en autos de apoyo con las 13 sacas.
El hecho, por el que hasta anoche no había detenidos, fue calificado por fuentes policiales y del Ministerio de Seguridad bonaerense consultadas por LA NACION de "sospechoso". Se investiga si los ladrones contaron con la ayuda de un "entregador" que les facilitó la tarea o si hubo negligencia de los empleados de Loomis.
LA NACION se comunicó con la firma transportadora de caudales. Dijeron que no había departamento de prensa ni comunicación y que la persona autorizada a hablar sobre el tema no estaba en la oficina.
El hecho comenzó en Sáenz al 2100, en el centro comercial de Boulogne, cuando el camión de Loomis estacionó en la vereda de enfrente del banco. Como indican los protocolos de seguridad, en el vehículo transportador de caudales sólo quedó el chofer. Bajaron el portavalores y los dos custodios.
Uno de los vigiladores custodió hasta el banco al portavalores, que llevaba la remesa de dinero para el Banco Piano. El otro custodio se encargó de vigilar la parte exterior.
"No se vio nada. Se podría decir que fue un robo hecho en forma silenciosa", explicó a LA NACION Ofelia Michel, de un local de lencería situado a metros de donde estuvo estacionado el blindado.
Los empleados del Banco Piano advirtieron lo que había sucedido cuando escucharon al portavalores y al custodio gritar "¡el blindado se va!". Para la entidad bancaria no hubo nada anormal: abrieron y cerraron sin contratiempos.
"No hubo un solo grito. No hubo tiros. Fue todo tan normal que ni los jubilados que hacían fila advirtieron el robo del camión blindado", dijo a LA NACION otro vecino. Muchos comerciantes de la zona se enteraron del millonario golpe cuando llegaron los camiones de exteriores de los canales de televisión.
El vehículo transportador de caudales terminó en Malabia y Lebensohn, a 400 metros del banco. "Un automovilista que pasó por la esquina vio que el camión de caudales estaba estacionado en medio de la calle y con una puerta abierta. Entonces llamó al 911", explicaron fuentes del caso, que es investigado por la fiscal de Boulogne Laura Carpra, con la colaboración de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y las comisarías de la zona.
"El chofer del camión sostuvo que cuando estaba estacionado, a la espera de sus compañeros, fue sorprendido por dos delincuentes armados que abrieron una de las puertas, lo amenazaron y, después de reducirlo, arrancaron y se fueron de la zona", explicó a LA NACION una fuente de la investigación.
El informante consultado sostuvo que ya se pidieron todas imágenes grabadas por las cámaras de seguridad municipales y privadas de la zona para tratar de reconstruir cómo fueron los hechos.
Ayer a la tarde declaraban en la DDI de San Isidro los empleados de Loomis. "El camión blindado tiene la tecnología para saber cuántas veces fue abierta la puerta y cuántos minutos estuvo abierta para chequear eso con la declaración del chofer y los custodios", afirmó un jefe policial a LA NACION.
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