Siete balas liberaron al fantasma de las guerras narco
Hasta el 8 de septiembre de 2012, Martín Paz, era un "Fantasma". Era el hombre en las sombras que volcaba en el circuito legal el dinero que le entregaban los integrantes de la banda de Los Monos, producto de la venta de droga en Rosario. Cuando desde el seno de la organización delictiva se ordenó a un grupo de sicarios que lo mataran porque se había quedado con $10.000.000, los Cantero nunca imaginaron que en lugar de silenciar a un traidor, harían explotar una bomba que pondría al descubierto la red de policías a los que les pagaban por protección. Tanta confianza le tenían los Cantero a Paz que en una oportunidad le entregaron varias cajas con dinero para que comprara diez automóviles Mercedes-Benz. Al Fantasma, tal como conocían a Paz en el círculo rojo de Los Monos, lo mataron tanto el sicario que le disparó siete balazos como su ambición por abrir su propio negocio narco.
Paz había detenido la marcha de su BMW Z4 en el semáforo de Entre Ríos y 27 de Febrero, en Rosario, cuando uno de los dos ocupantes de la moto que se le puso a la par descendió del vehículo y le vació el cargador de una pistola 9 mm. Malherido alcanzó a arrancar la lujosa cupé blanca que había comprado tres días antes, dobló por Gálvez y llegó hasta Corrientes. Los sicarios lo persiguieron en una moto Yamaha YRB gris oscura y, cuando el Fantasma chocó contra una camioneta estacionada, uno de los atacantes lo remató de tres balazos, luego de cambiar el cargador que había vaciado en el primer ataque.
Los asesinos a sueldo huyeron sin que nadie los detuviera. Dentro del BMW Z4 quedó el cadáver con siete balazos, en medio de los gritos desesperados de la esposa de Paz, que, con su hija en brazos, no paraba de llorar. Ni la mujer ni la pequeña resultaron heridas. El asesinato del Fantasma fue uno de los 184 homicidios registrados en el Gran Rosario en 2012. Ese año había comenzado de forma violenta con los asesinatos de Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez, quienes festejaban en la cancha de fútbol de la Agrupación Infantil Oroño. Un grupo de sicarios los mató por error al confundirlos con los autores del ataque a balazos contra el hijo de Sergio "el Quemado" Rodríguez, un narco que había integrado la barra brava de Newell's.
Ese año había comenzado en forma violenta en Rosario y terminó de la misma manera: con 184 homicidios. Al año siguiente, esa cifra fue superada, con 271 asesinatos.
Otro crimen sin resolver
Aunque el homicidio de Paz ocurrió a plena luz del día, en la esquina de Entre Ríos y 27 de Febrero, en el límite sur del macrocentro de Rosario, el caso nunca fue esclarecido. Nadie fue condenado por el asesinato del encargado de lavar el dinero de los búnkeres de droga de los Cantero. Sin embargo, el teléfono de Paz guardaba los nombres de al menos 32 policías de Santa Fe y un exefectivo de la Prefectura, que cobraban dinero por coimas de parte de la banda de Los Monos. El Fantasma tenía esos contactos porque se encargaba de los pagos. Al menos 12 de los 32 efectivos que aparecían en el teléfono de Paz terminaron presos. Entre los agentes que figuraban en esa nómina estaban un jefe de la División Sustracción Automotores, un oficial de Inteligencia de la División Drogas Peligrosas, un extitular de esa dependencia y dos exresponsables del Departamento Delitos Complejos. Al quedar al descubierto esa cobertura, los Cantero perdieron parte de su protección policial.
A Paz no lo salvó ni siquiera el hecho de ser parte de la familia Cantero. Su hermana, Mercedes, era la novia de Claudio "Pájaro" Cantero, uno de los jefes de la banda narco más importante de Rosario. Pájaro Cantero fue asesinado ocho meses después, durante una emboscada que le hicieron cuando salía del boliche Infinity Night, en Villa Gobernador Gálvez. Tras su muerte, el rostro del Pájaro Cantero aparecía en el telón que la hinchada de Rosario Central desplegaba en la parte baja de la tribuna que da al río Paraná en los partidos que el equipo Canalla disputaba de local.
"Los Cantero fueron los autores intelectuales del homicidio y lo concretaron por medio de sicarios también pertenecientes a la banda", indicó el oficial que investigó el asesinato de Paz. Tan grande era la impunidad con la que se movían los Cantero en Rosario que uno de los curiosos que comenzó a poblar la esquina del homicidio minutos después del crimen fue el propio Pájaro Cantero. Llegó a la escena del crimen acompañado por su novia, Mercedes, hermana del Fantasma. Uno de los policías que formaban parte del operativo de levantamiento de rastros y que no lo conocía lo convocó a que firmara el acta como testigo del hecho.
Un negocio peligroso
Tanto la División Observaciones Judiciales como un grupo de efectivos de la Gendarmería que investigaron el homicidio coincidieron en que Paz había recibido de Los Monos unos $ 10.000.000 para que comprara vehículos de alta gama y los pusiera a nombre de testaferros. Sin embargo, Paz invirtió ese dinero en un emprendimiento con el que intentaba independizarse de los Cantero. La maniobra le salió mal.
El Fantasma uso ese dinero para comprarle un cargamento de 89 kilos de pasta base de cocaína a un personaje conocido como Bogocho, que también entregaba droga a los Cantero. Paz pagó ese embarque por anticipado. También se aseguró de que parte del dinero llegara a un grupo de efectivos de la Gendarmería con jurisdicción en la frontera. Sin embargo, el día que movilizaron la droga hubo un sorpresivo cambio en la dotación de la guardia y la pasta base fue interceptada. Así, Paz se quedó sin materia prima para producir cocaína y paco y sin el dinero entregado por los Cantero. La orden para su ejecución estaba firmada.
Al enterarse del homicidio de su hijo, Luis Paz comenzó una investigación privada con el objetivo de determinar quién había ordenado el asesinato del Fantasma. Fanático del boxeo acostumbraba viajar a los EE.UU. para presenciar las peleas estelares. En uno de esos viajes, Paz llegó a Texas para asistir al combate que Marcos "Chino" Maidana le ganó a Adrián Broner. Aparentemente, Paz no habría asistido solo a la pelea: en una fotografía supuestamente difundida por policías que trabajaban para los Cantero, aparecía a pocos metros el juez Viena, que investigaba el crimen del Fantasma. Actualmente, el magistrado está con licencia por enfermedad y, si bien se inició un sumario interno en la Corte provincial por la supuesta irregularidad cometida, el juez no fue sancionado porque los auditores concluyeron que no se pudo certificar que hubiera sido el hombre que aparecía en la fotografía.
El padre del Fantasma está detenido a raíz de un proceso por supuesto lavado de activos provenientes del narcotráfico. Luego del homicidio de su hijo, Luis Paz se instaló en un country de la ciudad de Santa Fe y se relacionó con un presunto narcotraficante de la capital provincial: Sergio Villarruel, alias Zurdo. Preso en el penal federal de Rawson, Paz afirmó que era inocente, aunque no pudo explicar cómo fue que la cupé que su hijo conducía cuando lo mataron apareció en un galpón que pertenecía al Zurdo Villarruel, en la capital provincial.
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