Cañuelas: la viuda de uno de los comerciantes asesinados teme que la maten a ella también
Beatriz Rincón, viuda de Marcelo Massa, teme ser víctima de la venganza
CAÑUELAS.- "Y si vino a buscarlo a él, ¿por qué no puede venir a buscarme a mí?" Así filtra el miedo entre el dolor y la bronca. Así dice que se siente insegura en esta ciudad. Como tantos otros, o más. "Porque yo sé que va a salir, como ya salió una vez", agrega, y está muy segura.
Quien eso dice, Betty, es Juana Beatriz Rincón, la viuda de Marcelo Massa, uno de los dos comerciantes asesinados el domingo en un almacén del centro cañuelense. El otro era su hermano, Leonardo, un poco más de un año menor que él. Cada uno deja tres hijos.
Betty recibió a LA NACION en su casa de la calle Belgrano, a muy poca distancia de la municipalidad y la comisaría. Una vivienda modesta, con los signos inconfundibles de la presencia de chicos: hay una niña de 15 años, un varón de 14 y un chiquito de cuatro. En medio de la entrevista sorprende la placa roja en el televisor, que anuncia que el principal sospechoso del doble crimen acaba de entregarse. Ella apenas reacciona. "No me sirve tenerlo ahí adentro -dice-, yo sé que va a salir."
Todos aquí conocían a Marcelo y Leonardo Massa. "La gente los adoraba", dice Betty. Y debe ser cierto, porque cada comercio tiene un cartel de apoyo a la familia. Bonita y Morena firman el de la esquina, pero hay otro a mitad de cuadra, y otro más allá, y tres o cuatro más a la vuelta: por todas partes, mensajes de aliento y cariño. "Adoración", dirá Beatriz al final de la entrevista.
Marcelo y Leonardo no eran nativos de Cañuelas, aunque los vecinos crean que sí. Se vinieron de Lanús hace 24 años, cuando Marcelo tenía 15 y su hermano, 14. Sus padres vendían carbón y luego agregaron al negocio el reparto de frutas y verduras, que los hermanos hicieron suyo años después.
No bien llegaron, Marcelo conoció a Betty. "Prácticamente me crié con ellos", recuerda. Hace 17 años se casaron, y poco a poco vinieron los hijos y el progreso: hace una década, la verdulería; hace apenas unos meses, el almacén, un local grande y hermoso situado a ocho cuadras, que hace pocas semanas terminaron de pagar. Allí ocurrió la masacre.
"Esto les pasó porque vivían para trabajar", dice Betty, desconsolada. "Siempre trabajaron juntos, siempre. Cuando pusieron el almacén, Marcelo se quedó atendiendo la verdulería de lunes a sábado. Pero los domingos, los días que no trabajaba, también trabajaba: iba a ayudar a Leo al otro negocio. Yo siempre le decía que no fuera, que se quedara en casa. Justo este domingo no le dije nada."
Marcelo ya había vivido la tragedia en carne propia: hace seis años, dos delincuentes encapuchados lo asaltaron cuando se disponía a entrar, con Betty, en la casa que tenían entonces en el barrio Los Aromos. Forcejeó con uno de los asaltantes y logró sacarle la máscara: lo reconoció como uno de los albañiles que trabajaban en una obra frente a la verdulería. El mismo que luego fue preso y ahora se entregó a las autoridades. Esa vez Marcelo Massa recibió tres tiros, uno de los cuales le costó un riñón. Otro le dio en la cabeza, y los médicos dijeron que era mejor no sacar el proyectil. El comerciante vivió sus últimos seis años con una bala en la cabeza.
Ahora, todos están indignados. "Esto nunca pasó antes en Cañuelas", dice Betty, cuando se le pregunta por la movilización popular que generó la tragedia. Dice que quiere que esto sirva para que las cosas cambien. "Aunque a Marcelo no me lo van a devolver. Pero esto es bueno para los demás, para Cañuelas", se permite ilusionarse, en su dolor.
La intendenta, Marisa Fassi, dijo ayer que conocía a las víctimas: "Mis verduleros", así llamó a los hermanos. Pero Beatriz asegura que ni ella ni ningún funcionario de la municipalidad la llamaron para darle siquiera el pésame.
Y ahora, ¿qué hacer? "Seguir trabajando", dice Betty, a pesar de que admite que tiene miedo. "Si dejo los negocios, ¿a qué me dedico? Yo necesito esto, necesito trabajar. Eso sí: lo primero que voy a hacer es poner una alarma."
lanacionarOtras noticias de Inseguridad
Más leídas de Seguridad
ADN del crimen. La búsqueda de Loan termina en silencio y sin pistas sobre el destino del chico desaparecido en Corrientes
Todos chilenos. Fueron expulsados cinco delincuentes que hacían entraderas en la Ciudad
“Me quiso matar como a un animal”. El estremecedor relato de la mujer apuñalada 28 veces por su expareja en Núñez
Siete de cada diez robos de autos en Buenos Aires son cometidos con armas de fuego