"Si preguntan, decí que tenés 18 años"

MONTEVIDEO.- La justicia uruguaya pudo probar que la banda "captó a menores de edad para ejercer la prostitución, a sabiendas de la edad de la joven".

Eso queda claro en una grabación telefónica del 5 de enero pasado en horas del mediodía, cuando el líder de la banda ofreció la "oportunidad" a "una joven de 17 años".

Un día después la banda la integró a "su elenco de prostitutas, con pleno conocimiento de que era menor de edad", y le explicó a la joven "que si el cliente le preguntaba la edad, le dijera que tenía 18 años". A esta adolescente se le asignó un cliente para el 7 de febrero pasado y otro para el día siguiente, lo que se concretó en relaciones sexuales en ambos casos.

La madre de uno de los proxenetas uruguayos era, según la investigación, la responsable de administrar el dinero. La sospechosa también fue procesada por la jueza Graciela Gatti, a cargo del juzgado especializado en crimen organizado de Uruguay.

De acuerdo con la investigación policial y judicial, "algunas de las modelos que se vinculan a este caso sólo hacían actividades propias del modelaje o a lo sumo aceptan concurrir a algunos eventos cobrando por su presencia", pero otras eran conectadas con hombres "para mantener relaciones sexuales a cambio de un precio", valor que a veces se pagaba en dinero o de otra forma, en lo que se identifica como "beneficios variables".

Además, según consta en el expediente judicial, "cuando organizaba desfiles en algún boliche", el precio del desfile "incluía que una de las modelos, elegida por el dueño del local, mantuviera relaciones sexuales con éste".

Según la causa judicial, tres jóvenes que llegaron a la Argentina desde Uruguay para participar de desfiles fueron engañadas y llevadas a participar de una orgía, "donde había muchas más mujeres que hombres, camas por todos lados para practicar sexo a la vista de todos y donde se practicaba sexo grupal o shows eróticos".

Las tres chicas dijeron a la jueza Gatti que se sentían mal en el lugar y lloraron mucho. Como castigo una de ellas fue obligada a tener relaciones con "el encargado del local".

Quedaron angustiadas, sin pasajes para volver. El agente de modelos argentino [por Leandro Santos] "les prometió llevarlas a un evento en una discoteca" prestigiosa, "lo que podía acercarlas a lo que ellas buscaban, esto es, la fama como modelos". Según las chicas, Santos les dijo que "para ello, previamente, debían ir a un apartamento a mantener relaciones sexuales con dos amigos de él", lo que "aceptaron", por lo que cobraron 300 dólares. Las jóvenes afirmaron que Santos cobró 3000 dólares por cada "servicio".

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