Seis pantallas de plasma y un baño con hidromasaje, las sorpresas en la casa de un presunto capo narco de la villa 31
Por orden del juez federal Ariel Lijo, se realizaron varios allanamientos en Retiro; hay 13 detenidos; se secuestraron drogas y armas
Todavía no había amanecido, faltaban pocos minutos para las 6. En los angostos pasillos de la villa 31, ayer, en Retiro, todo era oscuridad cuando los detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) irrumpieron en la casa donde pensaban que podía estar oculto un ciudadano peruano sindicado como uno de los capos de una banda que maneja la droga en la zona y también investigado por homicidios y ajustes de cuentas vinculados con el narcotráfico.
Los detectives de la División Homicidios de la PFA que hicieron el allanamiento no encontraron al sospechoso, pero sí se sorprendieron con el confort y el equipamiento que había en en el inmueble de dos pisos: seis pantallas de plasma, un baño con hidromasaje y un equipo de aire acondicionado. En los armarios había varios pares de zapatillas de primera marca.
Los allanamientos fueron ordenados por el juez federal Ariel Lijo. Se trata de una investigación de la que también participa el fiscal Jorge Di Lello y su equipo de colaboradores. En los operativos fueron detenidas 13 personas. Ya en abril pasado habían hecho un gran operativo para que el Estado vuelva a tomar el control de la villa 31 después de una serie de homicidios vinculados con el narcotráfico. En esa oportunidad se le dio un fuerte golpe a la banda conocida como "los Sampedranos", integrada por ciudadanos paraguayos.
Cuarenta y cinco días después del megaoperativo, por pedido del fiscal Di Lello, el juez Lijo hizo entrega de tres inmuebles usados por las bandas de narcotraficantes a las Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia (Atajo) de la Procuración General de la Nación y a la Secretaría de Integración Social y Urbana del gobierno porteño para que le den un uso social.
Pero la investigación continuó y en las últimas horas hubo otros 34 allanamientos, porque después de desarticular a "los Sampedreanos", se hizo fuerte una banda narco integrada por ciudadanos peruanos, que según fuentes judiciales, es liderada por César Morán de la Cruz, alias "El loco César" y que, según informaron fuentes judiciales, dirige todo desde la cárcel de Villa Devoto.
Esta organización, según fuentes de la causa, se hizo del monopolio del comercio de drogas en el denominado barrio San Martín y parte de la zona conocida como Playón Este.
La banda
Según fuentes de la causa, en la villa 31, la banda narco es comandada por familiares Morán de la Cruz. Los detectives de la División Homicidios y de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal tenían la orden para capturar a Bladimir Morán Joyo, conocido por el apodo de "Cabecita", uno de los hijos de "El Loco César", que se suponía vivía en la casa donde encontraron los plasmas y el hidromasaje.
"Morán Joyo no fue localizado en la vivienda, en la que se está construyendo un tercer piso, pero sí fue detenida su madre, Zoila Joyo Chiquitaquiri, que está vinculada a la causa de drogas", dijo a LA NACION una fuente policial.
En la casa allanada, situada enfrente de la casa 46 de la manzana 102, había rastros de "Cabecita" por todos lados: apenas se pasaba la puerta de entrada, protegida por una reja, se podía ver un tapiz color crema del club de fútbol Universitario de Perú que tenía tejido el nombre "Bladimir". En la habitación de la planta había una foto con el sospechoso con su pequeña hija en brazos.
Del inmueble los investigadores se llevaron más de 17.000 pesos en efectivo, una decena de teléfonos celulares y una notebook, aparatos que serán peritados.
También se detuvo a una mujer de nombre Marta, que se sospecha era la proveedora de la droga que la organización vendía al menudeo. Los uniformados secuestraron al menos tres armas, droga y chalecos antibala.
Además del comercio de drogas en la villa 31, los sospechosos son investigados por los homicidios de cuatro personas. En uno de los hechos, ocurrido en enero pasado, fue asesinado un joven de 18 años, consumidor de pasta base que le habría robado estupefacientes a la organización. "La víctima fue secuestrada, lo tuvieron cautivo un par de días y después lo ejecutaron en un pasillo", recordó una fuente de la causa.
El informante agregó: "En otros dos homicidios, las víctimas también estuvieron cautivas en casillas usurpadas por integrantes de la banda donde fueron mutilados y torturados para luego asesinarlos a sangre fría en los pasillos de la villa".
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