Seis días cautivo en Núñez: condenas de hasta 15 años de cárcel para dos delincuentes chinos por el secuestro de un compatriota
Por liberar a la víctima, los dos captores exigían US$ 300.000 y amenazaron con matarlo o cortarle un dedo por cada día que su familia demorara el pago.
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Zhang Yi estuvo seis días cautivo en una propiedad vigilada con un circuito cerrado de cámaras situada a 200 metros de la avenida del Libertador, en Núñez. Había sido secuestrado a las 2.14 del 1 de enero de 2021 cuando salía de un bar de Balvanera, donde había ido a festejar Año Nuevo con unos compatriotas. Por su liberación, sus captores llegaron exigir US$300.000 y amenazaron con matarlo o cortarle un dedo por cada día que su familia demorara el pago. Pero, finalmente, fue rescatado por detectives de la Policía Federal Argentina y ahora dos de los secuestradores fueron condenados a penas de 13 y 15 años de cárcel.
Las penas de cárcel fueron impuestas por el Tribunal Oral en lo Federal (TOF) porteño N° 3, integrado por los jueces Fernando Machado Pelloni, Andrés Fabián Basso y Javier Feliciano Ríos, y recayó en los ciudadanos chinos Wei Chen y Jiayu He.
“Durante el juicio participaron múltiples testigos de nacionalidad china que declararon desde su país a través de Zoom, con la actuación de un intérprete en todas las audiencias, para garantizar el derecho de defensa de los dos acusados”, según informó el sitio de noticias de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar.
En el debate, el Ministerio Público estuvo representado por el fiscal federal Nicolás Czizik y el auxiliar fiscal Ezequiel Coscia.
Jiayu He y Wei Chen habían sido detenidos por detectives de la División Operativa Central del Departamento Antisecuestros de la Federal cuando liberaron a la víctima en una casona situada en 11 de Septiembre al 3500, en Núñez. En la investigación participaron el fiscal federal Eduardo Taiano y la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), conducida por Santiago Marquevich.
“La totalidad de los testimonios aunados en autos permiten tener a priori acreditado el fin extorsivo del hecho en cuestión. Es decir, no solo se encuentra probado que ambos encartados redujeron a Zhang Yi y lo trasladaron en automóvil al inmueble en el que luego fue hallado, sino que la fiscalía ha reunido prueba para determinar que el objetivo principal de los imputados era obtener dinero a cambio de la liberación del nombrado”, había explicado el juez federal Sebastián Casanello cuando procesó a los dos sospechosos ahora condenados.
Tras la liberación de la víctima, un médico del Servicio de Atención Médica de Emergencia Same (SAME) y médico legista de la PFA confirmaron que tenía escoriaciones en manos, rodilla y tobillo. Zhang Yi afirmó que fue golpeado apenas lo capturaron y que mientras estuvo privado de su libertad lo maniataron.
“Mediante la declaración de la víctima y de sus familiares, se acreditó que los condenados obligaron a la víctima -utilizada como instrumento por los captores- a pedir trescientos mil dólares a su familia en la República Popular de China, mediante la red de mensajería We Chat a cambio de su liberación. Además, se exigía el pago del rescate bajo amenaza de cortarle los dedos a la víctima”, según se informó en www.fiscales.gob.ar.
La investigación comenzó con la denuncia hecha por un amigo de Zhang Yi, quien recibió una comunicación desde China realizada por Liu Daxing, cuñado de la víctima, para avisarle del secuestro y que los captores exigían 300.000 dólares y que amenazaban con cortarle un dedo por cada día que se retrasara el pago.
Además, la esposa de la víctima, por medio de la aplicación We Chat, le contó al agregado policial de la embajada china en Buenos Aires, que colaboró con los investigadores argentinos, que fue su marido quien se comunicó con su familia por medio de un mensaje de voz y dijo que necesitaba U$S 300.000 dólares porque lo tenían secuestrado y que si no pagaba lo iban a matar. Eran las 11 del primer día del año.
Los datos móviles, la clave para el rescate
La madrugada del secuestro, los captores circulaban en un Honda Civic gris con las llantas plateadas. La víctima caminaba por la calle Azcuénaga y al llegar al cruce con Bartolomé Mitre apareció en escena el auto de los secuestradores. “Zhang Yi empezó a correr en dirección opuesta a la que camina, a la vez que era perseguido por dos hombres, uno de ellos de contextura delgada y el otro, robusto. Finalmente, las imágenes muestran al automóvil de que se trata doblando por la calle Mitre en dirección a la arteria Pasteur”, según el expediente judicial.
Las cámaras de seguridad no pudieron registrar el momento en que la víctima fue reducida y obligada a subirse al automóvil de los sospechosos. “Lo cierto es que la hipótesis de que Zhang efectivamente fue trasladado en ese vehículo encontró correlato en la información obtenida a través del tráfico de datos que se desprendió de su teléfono celular”, explicó Casanello en su resolución.
El tráfico de datos del teléfono celular de la víctima permitió reconstruir el trayecto que hizo el auto donde fue trasladado desde Balvanera hasta Núñez, donde se activó una celda en Crisólogo Larralde y avenida del Libertador. Ante la certeza de que la víctima estaba en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, personal de la PFA hizo una recorrida y descubrió el vehículo utilizado por los captores estacionado en Núñez al 1700.
Los detectives de la PFA también descubrieron que un hombre de rasgos orientales cambió de lugar el automóvil y después ingresó en el inmueble de 11 de Septiembre 3553, donde, el 7 de este mes, seis días después de que comenzara el secuestro, finalmente se hizo un allanamiento de urgencia para liberar a la víctima y detener a los presuntos secuestradores.
En el inmueble donde fue liberado Zhang Yi se secuestraron 11.500 dólares y $166.700. Después de ser atrapada, la víctima, que estuvo dos días en una casa de 11 de Septiembre al 3500, después fue llevada a otra propiedad y finalmente lo regresaron al primer inmueble hasta su liberación.
En su indagatoria, Jiayu He se negó a declarar. En cambio, Wei Chen sostuvo: “El motivo por el que fui al domicilio de 11 de septiembre fue para pedir un préstamo a Jiayu He, y el segundo motivo fue que le pedí que me ayude a buscar un alojamiento, con un trámite sencillo, sin garantía, yo no tengo nada que ver en esta causa y hasta el momento de allanamiento yo no había visto a la víctima. Yo era socio de la víctima, nosotros nos asociamos entre junio y agosto de 2018 y nuestra sociedad finalizó en octubre de 2019 debido a que no nos llevábamos bien, todavía tengo mercadería guardada en el depósito de la víctima. Desde que volví a la Argentina el 20 de noviembre de 2020, intenté comunicarme con la víctima, pero no pude porque había eliminado mi contacto de WeChat. La primera vez que lo volví a ver fue en el allanamiento, no sé si no logré comunicarme por un tema de tecnología o porque fui eliminado o bloqueado”.
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