Secuestran mercadería valuada en $80 millones que fueron confeccionadas con animales cuya caza está prohibida
La Policía de la Ciudad allanó 11 locales en los que se decomisaron, desde cuchillos hasta carteras, en varios casos, provenientes de ñandúes, ciervos y carpinchos
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En un operativo vinculado a la comercialización de productos elaborados, la Policía de la Ciudad realizó una serie de 11 allanamientos en Retiro, San Nicolás y Liniers, donde secuestraron el equivalente a $80 millones de pesos en productos derivados de la caza furtiva. Los responsables fueron imputados por infracción a la Ley de Protección Animal.
En el marco de una investigación de la fuerza porteña, con intervención de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema), la división de Investigaciones Especiales llevó a cabo las inspecciones en distintos comercios donde se secuestraron 186 cuchillos, 61 tenedores, ocho tablas, nueve sacacorchos, 97 cinturones, 16 pares de calzados -botas, zapatos-; una billetera, una mochila, una asta de ciervo, 12 llaveros, dos chairas, cinco termos y un cortapapeles, todos confeccionados con subproductos de fauna autóctona -principalmente ñandúes y carpinchos-.
Para los investigadores, todos estos artículos serían fruto de caza ilegal, ya que carecían de documentación que respalde la trazabilidad. También había subproductos de ciervo, que es un animal exótico cuya caza está regulada.
El fiscal a cargo de la Ufema, Carlos Rolero Santurián, imputó a las personas responsables de los locales por infracción a la Ley 22.421 de conservación de Fauna Silvestre, por comercialización o tenencia ilegal de subproductos de fauna silvestre.
Las penas por la caza furtiva suelen ser muy bajas en el país. Propietarios de zonas rurales son víctimas de permanentes ingresos ilegales de cazadores que incursionan en campos ajenos en los que atacan no solo a animales que son plaga, como el ciervo; sino que también persiguen especies autóctonos protegidos por la normativa vigente como el carpincho y el ñandú.
No los inhibe una eventual condena, ya que el castigo representa penas excarcelables. Operan en una zona gris, entre el delito menor y la simple contravención. Se los suele aprehender por un máximo de 24 horas, se los indaga e imputa y si no tienen antecedentes penales, con condena firme, quedan en libertad, había explicado a LA NACION el fiscal Jonatan Robert, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°10 de Chascomús, perteneciente al departamento judicial Dolores.
En la extensa llanura de la pampa Argentina hay ñandúes, carpinchos, ciervos y otros animales autóctonos o exóticos que son buscados intensamente por cazadores furtivos que, rifle en mano o en compañía de galgos, salen a buscar la valiosa carne, cueros o astas, para luego vender en el mercado informal.
La carne se vende en restaurantes que ofrecen menús de carne exótica y los cueros se trabajan en curtiembres clandestinas para crear subproductos derivados. Estos se exponen en las vitrinas de locales, en puntos turísticos, donde cientos de turistas están dispuestos a pagar una buena suma de dinero, confiando en la buena fe del vendedor y sin papeles que respalden la mercadería. Entre esos productos hay cinturones, zapatos, botas, cuchillos, tenedores y tablas parrilleras.
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