Secuencia escalofriante. El desesperado intento por escapar de la mujer que fue asesinada por su expareja
Hugo Marchi irrumpió en la panadería de Loma Hermosa en la que Verónica Villalba trabajaba; ella corrió, pero su agresor la persiguió y la alcanzó en la cocina, donde le disparó dos balazos y luego se mató
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Llegó decidido a todo. Hugo Marchi llegó hasta la panadería en el que trabajaba su expareja, Verónica Esther Villalba, en Morganti 9200, de Loma Hermosa. Fue hasta allí en el Ford Focus gris registrado a nombre de la mujer. Estacionó frente al local, cruzó la calle e irrumpió en el local. Sabía que iba a matar y a matarse. La escalofriante secuencia grabada por el circuito cerrado de videovigilancia del comercio revelan los segundos finales de ambos. Y las cámaras públicas de la Municipalidad de Tres de Febrero registraron el recorrido previo del femicida.
A las 6.15, Villalba, de 52 años, recientemente separada y, como ella misma se definía, “felizmente soltera”, acababa de levantar la persiana de la panadería, de la cual era encargada, y acomodaba la mercadería en los distintos exhibidores del negocio. En ese momento fue sorprendida por Marchi, que, a los gritos y al tiempo que amenazaba a su expareja y le arrojaba un sobre en el mostrador: adentro estaba el formulario 08 que quería que le firmara, para transferirle el auto.
En ese instante, a Marchi se le cayó el arma de fuego que llevaba oculta debajo del buzo. Verónica empezó a correr.
Así comenzó el desesperado intento de la mujer por escapar de la furia del hombre del que se había separado un mes antes, después de nueve años de convivencia. Fueron diez segundos, en los que Verónica corrió por su vida, mientras Marchi, que ya había pasado del otro lado del mostrador, la perseguía, sin dejarle de apuntar con el arma de fuego.
Al llegar a la cocina de la panadería, Verónica quedó atrapada. Marchi la alcanzó y le disparó un balazo. Casi al mismo tiempo, Emilio, compañero de trabajo de Verónica, tuvo que refugiarse detrás de las heladeras. En ese momento, el panadero escuchó el segundo disparo.
El compañero de Verónica salió del local y cruzó la calle para pedir ayuda para la víctima. Tres minutos después de que se diera el alerta en la parada llegó el móvil policial.
Los efectivos intentaron sorprender a Marchi, ante la posibilidad de que resistiera su detención. Rodeado por los policías, Marchi se disparó un balazo en la cabeza.
Toda la secuencia del femicidio y de los instantes previos al asesinato quedaron registradas por las cámaras de seguridad municipales y del local. En las grabaciones, los investigadores policiales y judiciales reconstruyeron el recorrido del agresor hasta que llegó a la panadería y estacionó el Ford Focus, frente al local. Además, las cámaras instaladas dentro del local registraron la discusión previa al homicidio.
Los peritajes quedaron a cargo de los técnicos de la División Policía Científica y el sumario quedó radicado en Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº6 de San Martín, a cargo de la fiscal Marcela Costa. Se estableció que la víctima recibió dos disparos en la zona izquierda de la cabeza y otro en el pecho.
En tanto, el hombre se suicidó con un disparo en la parte derecha de la cabeza. Junto al cuerpo del femicida se halló el revólver calibre .38 que utilizó para cometer el femicidio y suicidio.
La pareja se había separado hacía un mes, después de nueve años de convivencia. Él le decía que la amaba, que quería que volvieran a estar juntos. Ella no quería saber nada más de él. Aunque Verónica era, desde el mes pasado, víctima del hostigamiento de Marchi, no había denuncias previas en sede penal ni en el fuero de familia al respecto. Quedan en las redes sociales las evidencias de los mensajes intimidatorios publicados por el femicida en las las redes sociales, en los que demostraba que no aceptaba el fin de la relación. El 14 de agosto pasado, cuando Villalba posteó en su estado de Facebook “felizmente soltera”, Marchi publicó: “Dolido pero no vencido”, y 72 horas después, escribió: “La venganza se sirve en plato frío”.
El 26 de agosto, el femicida posteó un mensaje que, a la luz de los acontecimientos, fue premonitorio: “Hola hermano pronto nos vemos”, escribió sobre la foto de un amigo, al cumplirse un año de su fallecimiento.
“Hasta el domingo me mostró que él le decía que la amaba y que quería volver. Ella no quería saber más nada. Quería terminar el trámite del auto, que era de él, pero estaba al nombre de ella”, dijo Marina en relación al Ford Focus con el cual llegó Marchi a la panadería para cometer el femicidio.
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