Se suicidó el médico que era buscado por abusar de una niña
Habían dictado su captura hacía 9 días, luego de que los estudios genéticos revelaron que su ADN coincidía con el semen hallado en la ropa de la menor; estaba en la casa de un amigo
LA PLATA.- Hacía nueve días que la Justicia lo buscaba. Pero,la policía lo encontró muerto. Jorge Soto, un médico nutricionista acusado de haber abusado sexualmente de una niña de siete años, se ahorcó en la casa de un amigo, donde se había refugiado, en la localidad de Hudson.
Si bien el abuso por el que el médico fue acusado ocurrió hace un año, la decisión de ordenar su captura se concretó hace nueve días, cuando los estudios realizados en el semen hallado en la ropa de la víctima concluyeron que el ADN de ese material orgánico coincidía con el perfil genético del imputado, de 42 años.
A partir de lo que trascendió hasta ahora, la investigación contra el médico comenzó cuando la familia de una niña denunció un posible caso de abuso sexual. El sospechoso era amigo de la familia y vecino en la localidad de Arturo Seguí. Debido a que era médico, Soto se hizo conocido en el lugar y tenía una relación de confianza con muchos vecinos.
Ese verano, el médico, que vivía con su esposa e hijos, les dijo a los padres de la niña que podía llevarla a tomar un helado al local de una cadena de comidas rápidas situado sobre la rotonda de la cercana localidad de Gutiérrez, entre los partidos de Berazategui y Florencio Varela.
Los padres de la pequeña no sospecharon nada extraño y le permitieron al nutricionista llevar a su hija al local de comida rápida. Al volver, la niña se quejó de cierto malestar, pero no le dieron importancia debido a la confianza que le tenían al médico. Semanas después, cuando Soto propuso repetir la excursión, volvieron a autorizarlo.
La peor sospecha
Esa segunda vez la niña volvió a quejarse. Entonces, la familia sospechó. La pequeña le contó primero a su hermana mayor, y luego a su padre, lo que había ocurrido en las salidas con el nutricionista: en ambas ocasiones, durante el viaje de vuelta, el hombre había detenido el auto en el parque Pereyra Iraola y la habría sometido a un abuso sexual.
Los padres de la niña hicieron la denuncia policial y se inició una causa por abuso sexual calificado que quedó en manos del fiscal Álvaro Garganta, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 11 del departamento judicial La Plata.
Fue el comienzo de un largo camino. Primero, el representante del Ministerio Público ordenó realizar exámenes físicos y psicológicos a la niña; también inspeccionar la ropa que llevaba puesta en esa ocasión. Esto permitió descubrir que había semen en la bombacha de la pequeña, aunque, según revelaron a LA NACION fuentes de la pesquisa, no había sido penetrada por su abusador.
El fiscal se proponía interrogar a la pequeña, pero, como suele ocurrir en este tipo de casos, la familia se negó, para no hacerla revivir la traumática experiencia. De todas maneras, Garganta ya contaba con el elemento clave que permitiría confirmar la identidad del abusador: el patrón genético extraído del semen recolectado.
Durante casi toda la investigación, Soto continuó viviendo en su casa de Arturo Seguí, aparentemente sin que su esposa e hijos supieran que era sospechoso; no intentó huir ni entorpecer la pesquisa.
Sin embargo, este año, fue convocado a realizarse un análisis genético, y los investigadores creen que fue entonces que decidió huir. "Sabía que se le venía todo encima", dijo una fuente del caso.
En efecto, la comparación entre el ADN de Soto y el material genético hallado en las ropas de la pequeña víctima habría determinado un resultado concordante, hecho que comprometía al imputado, según explicó el fiscal Garganta.
Con este elemento, el representante del Ministerio Público, le pidió al juez de Garantías César Melazo, que librara una orden de detención contra el médico. Aunque, la orden fue dictada por el magistrado el 9 de junio pasado, los policías no fueron a buscarlo en el acto.
En ese momento Soto ya había contratado a un abogado, que presentó un pedido de eximición de prisión. Pero Melazo rechazó esa solicitud. A partir de la resolución del juez de Garantías, los policías de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata fueron a la casa de Soto, en Arturo Seguí, para arrestarlo. Pero el médico ya no estaba.
Debido a que aparentemente sabía que pesaba sobre él una orden de captura, el médico se había refugiado en la casa de un amigo suyo, en la cercana localidad de Hudson. El lunes, un día antes de que la policía fuera a buscarlo a esa vivienda, tomó una soga y se ahorcó en el fondo de la propiedad. "Tenía esposa e hijos. No aguantó, que se enteraran ellos", dijo una fuente de la investigación.
Con su muerte, se extinguió la acción penal en su contra. Hasta ahora se ignora si podría haber otras víctimas de posibles abusos por parte del médico.
Investigan más abusos en la casa del horror
Una fiscalía de San Isidro investigará si el padrastro de la adolescente que fue abusada durante nueve años le pidió a la menor que llevara a su casa a sus compañeras de colegio para someterlas sexualmente. La sospecha sobre esta nueva arista de la investigación surgió a partir de los dichos de la joven, de 16 años, que se escapó de la casa de Villa Adelina en la que vivía con su madre, docente de una escuela privada de Boulogne, y su padrastro, quien se dedicaba a reparar heladeras y lavarropas. Ambos están acusados de abusar de ella. "Como ella no llevaba a las compañeras a la casa, él le pegaba y la amenazaba con dejar a su mamá; entonces la chica no aguantó más y huyó a la casa de su padre biológico. Además, la madre decía que lo que le pasó a su hija no para hacer tanto escándalo", relató la abogada que representa al padre de la adolescente. Tanto la madre como el padrastro de la chica seguirán detenidos y posiblemente sean convocados el lunes próximo para una nueva indagatoria.