Se metió de contramano en la autopista Buen Ayre y chocó de frente un patrullero: tenía 1.4 de alcohol en sangre

Dos camionetas chocaron esta madrugada en el Camino Parque del Buen Ayre, a la altura de Hurlingham, y cuatro personas resultaron heridas. Pero el hecho, que podría ser uno más de tantos que ocurren a diario en el área metropolitana, tiene particularidades que lo convierten en insólitamente singular: uno de los vehículos era conducido por una mujer, que entró en la autopista de contramano; y el otro era un patrullero de la policía bonaerense en el que viajaban tres efectivos.

El siniestro vial se produjo a las 5.45, cuando la Ford EcoSport oscura conducida por una mujer embistió la Toyota Hilux blanca de la fuerza de seguridad.

Como consecuencia del impacto, dos de los tres carriles de la ruta en el sentido hacia la Autopista Panamericana, a la altura del kilómetro 13, quedaron inhabilitados durante horas.

Al volante de la camioneta Toyota iba el oficial subinspector Cristian Dique, acompañado por el subteniente Matías Berraza y la sargento Yésica Figueroa. Quien conducía la EcoSport que causó el choque fue identificada como Carolina Villa.

Cuando se le realizó el test de alcoholemia, se detectó que tenía 1,44 mg/l de alcohol en sangre. En la provincia de Buenos Aires rige la ley de alcohol cero.

Aunque se informó que los cuatro implicados en el siniestro fueron hospitalizados, se desconoce la gravedad del estado de salud de los lesionados.

Viviam Perrone, integrante de la Asociación Madres del Dolor, y referente mundial de víctimas de la inseguridad vial, publicó en la red social Twitter un posteo en el que hizo mención al caso:

“Ayer Tiago Palacios estrelló su camioneta en una estación de servicio en ciudad de Buenos Aires. Una empleada que trabajaba en el lugar sufrió politraumatismos en sus piernas. Palacios tenía 1,84 de alcohol en sangre”.

“En ciudad NO HAY ALCOHOL 0 al volante. En provincia NO HAY CONTROLES. ¿Cuántos lesionados y muertes debe haber para que nos escuchen?”, reclamó la mujer.

Perrone, que se involucró en la lucha para prevenir los siniestros viales luego de que su hijo, Kevin Sedano, que tenía 14 años, muriera tras ser arrollado por Eduardo Sukiassian, que el 1 de mayo de 2002 embistió al chico en la avenida del Libertador, en Olivos, y no se detuvo para auxiliarlo, concluyó: “Se cumplen 22 años del día que mi hijo cerró sus ojos para siempre. 22 años que digo que estos hechos pueden evitar. Pido a las autoridades que nos escuchen. No pagan a agentes para hacer controles, pero ahora hay que pagar gastos médicos para estas víctimas que, por suerte, pueden contar lo que les pasó”.