Santa Fe: dos presos se fugaron de una cárcel escondidos en cajas de cartón
Los internos Hugo Peralta y Carlos D’Angelo huyeron del penal de Piñero con la ayuda de sus parejas. Hay nueve penitenciarios que fueron pasados a disponibilidad. Estos presos ya se habían escapado en mayo de 2019 del ómnibus que los llevaba a Coronda
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ROSARIO. Hugo Peralta y Carlos D’Angelo, condenados a 20 y 23 años de prisión, respectivamente, son especialistas en fugas. El lunes a la tarde se evadieron del penal de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario, escondidos en cajas de artículos de limpieza que sus parejas sacaron de la cárcel en dos carritos similares a los que se usan en los supermercados.
Peralta y Carlos D’Angelo habían encabezado el 8 de mayo de 2019 una fuga junto con otros siete internos, cuando se amotinaron dentro de un colectivo que los trasladaba al penal de Coronda por la autopista Rosario-Santa Fe. D’Angelo fue recapturado siete meses después en Avellaneda, provincia de Buenos Aires.
Esta nueva fuga se detectó ayer a las 18, cuando terminó el horario de visita y los agentes del Servicio Penitenciario realizaron el recuento de los internos del pabellón 13 del penal de Piñero, dominado por René Ungaro, alias El Brujo, uno de los presos más pesados de la provincia.
Los agentes se toparon con una sorpresa: faltaban dos presos. Los contaron una y otra vez, y la cuenta daba el mismo resultado.
Se dio la orden de que se cerraran todos los pabellones y las puertas del penal. Pero ya era tarde para evitar la evasión de Hugo Peralta y Carlos D’Angelo, dos internos que ya saben cómo es esa adrenalina de escaparse.
Los presos que faltaban eran del pabellón 13, el único que había tenido visitas, por lo que los agentes comenzaron a observar las 12 cámaras de seguridad que registraban el recorrido desde ese lugar donde habían entrado los visitantes.
Cuando las autoridades del Servicio Penitenciario vieron las imágenes entendieron cómo había sido la evasión. Fue simple. Las parejas de Peralta y D’Angelo entraron al penal con una gran cantidad de víveres. Llevaban cajas con bidones para desinfectar y limpiar el pabellón. Para hacer más fácil el ingreso de estos bultos, que son requisados por personal penitenciario, llevaron a la cárcel unos carritos que tienen ruedas para poder llevar la mercadería. Son un poco más grandes que los que se usan en los supermercados.
El registro de las cámaras reveló que Peralta y Carlos D’Angelo se escondieron en las cajas vacías que trasladaban estas mujeres cuando se iban del pabellón. Cruzaron cinco controles del Servicio Penitenciario antes de salir de la cárcel. Ninguno detectó que entre las cajas de cartón había dos presos que se estaban escapando.
Las cámaras del exterior de la cárcel muestran que a estas dos mujeres las esperaba una camioneta Ford EcoSport en el playón que se encuentra fuera del ingreso de Piñero. Lo que presumen en el gobierno es que todo estaba preparado. Había un plan diseñado para que estos dos presos escaparan, y esa noticia iba a generar un gran impacto.
El lunes a la noche fueron pasados a disponibilidad nueve agentes del Servicio Penitenciario. En la gestión de Omar Perotti creen que no todos están involucrados, pero se sospecha que varios habrían cobrado un soborno para no advertir lo que se gestaba en el pabellón liderado por Ungaro.
Este lunes a la medianoche fue detenida en Alice al 5000 la pareja de D’Angelo. También buscaban a la otra mujer, vinculada a Peralta.
En la vivienda se secuestró un carrito con un canasto y en el interior, prendas que serían de uno de los evadidos, según señalaron a LA NACION fuentes de la Agencia de Investigación Criminal. También se incautó el teléfono celular de la mujer.
A la misma hora que se produjo la detención de la pareja del preso, que sería cómplice en la fuga de D’Angelo, familiares de Edgardo Giménez, el comerciante que este convicto mató de dos tiros en la espalda el 10 de octubre de 2014, se encadenaron en la puerta de la sede de la Gobernación de Rosario para reclamar que el asesino que se fugó fuera detenido.
D’Angelo fue condenado en marzo de 2017 a 23 años de prisión por el crimen de Giménez. Su compañero de fuga, Peralta, recibió condenas por distintos delitos, como robo calificado en varias oportunidades, que suman 20 años de prisión.
D’Angelo y Peralta fueron quienes encabezaron la fuga del colectivo del Servicio Penitenciario el 8 de mayo de 2019 en la autopista Santa Fe-Rosario, otro hecho extraño en la historia de evasiones de presos en Santa Fe.
Ese día la fuga del colectivo que trasladaba los presos a Coronda también estaba planeada. A las 13.15, los agentes penitenciarios comenzaron a sentir olor a quemado dentro del ómnibus que trasladaba a 13 presos al penal de Coronda.
Uno de los agentes penitenciarios se acercó para ver qué pasaba en la parte de atrás del colectivo y un grupo de reclusos lo redujo y le sacó la pistola 9 milímetros. Con el arma y en medio de un caos, los presos, que no estaban esposados, protagonizaron una rebelión en plena autopista Rosario-Santa Fe, y le robaron el armamento a otros cuatro efectivos.
Hicieron detener el ómnibus y bajaron a la ruta, mientras se enfrentaban con los otros cinco agentes que aún tenían sus pistolas. En la huida robaron dos autos, un Fiat 147 y un VW Suran color negro, con los que siete se escaparon por un camino de tierra aledaño a la autopista. Dos presos que quedaron a pie fueron recapturados por la Policía una hora después. Siete reclusos lograron escapar y luego fueron detenidos.
Peralta fue el último de los recapturados. Fue aprehendido en octubre de 2019 por personal de la entonces Policía de Investigaciones (PDI) en las inmediaciones Uriburu y Vuelta de Obligado, en la zona sur de Rosario, cuando se trasladaba en un Chevrolet Corsa.
D’Angelo fue recapturado en la localidad bonaerense de Avellaneda el 29 de mayo de 2019 junto a Alfredo Rojas, otro interno que había logrado huir del colectivo.
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