Rosario violenta: la escritura que llevó a la muerte a un jefe narco
Luis Medina temía que lo asesinaran y se había recluido en un country de Pilar; viajó a la ciudad santafecina a firmar un documento y lo acribillaron
ROSARIO.– Luis Medina, el empresario vinculado al narcotráfico que fue asesinado el domingo pasado, temía desde hacía tiempo que su destino fuera una muerte violenta.
En los últimos meses se había recluido con su novia en un country de Pilar y había desistido de sus escapadas a Rosario los fines de semana, como acostumbraba desde que se mudó a la provincia de Buenos Aires.
En Rosario había acumulado una fortuna con los emprendimientos legales –como la venta de autos importados–, el préstamo de dinero y los negocios por fuera de la ley. Medina estaba catalogado por las fuerzas de seguridad como uno de los narcos que más dinero acumularon durante los últimos cuatro años.
El fin de semana pasado, Medina decidió viajar con su novia a esta ciudad para terminar de firmar la escritura de la venta de una casa en el barrio de Fisherton.
El lunes, a primera hora de la mañana, tenía previsto terminar con el trámite y regresar a Pilar. No quiso quedarse en ninguna de sus propiedades por seguridad y se alojó en la habitación 241 del hotel Pullman, que está dentro del predio del casino del empresario kirchnerista Cristóbal López. A metros de allí fue asesinado.
El domingo decidió ir a cenar y luego a bailar a un restaurante que se encuentra en la Estación Fluvial, desde cuyas ventanas se ve el río Paraná. Cerca de las 5 de la madrugada emprendió el regreso hacia el hotel. No había viajado en ninguno de sus autos (Mercedes-Benz y BMW), sino que decidió hacerlo en el que le había regalado a mediados de año a su novia, un Citroën DS3, color rojo, con llantas deportivas.
Medina tomó el camino más rápido. Por la avenida Belgrano siguió hasta el acceso sur, pero allí dos autos lo interceptaron y le dispararon 20 balazos. Catorce ingresaron en su cuerpo y le provocaron la muerte en el acto. El mismo destino tuvo Justina, una modelo que había tenido una breve fama mediática cuando salió abrazada en una revista de chimentos con Cristian Fabbiani.
Los investigadores intentaron reconstruir las últimas horas de Medina. Creen que ahí está la clave para tratar de dilucidar quién ordenó su asesinato. Las fuentes consultadas señalaron que por el lugar y la manera en que se realizó el doble homicidio los asesinos son "profesionales". "Esto no fue obra de soldaditos que balean una casa", dijeron. Aún no hallaron ningún testigo. Y las pistas sólo se configuran por el contexto en el que se produjo el crimen.
En el ámbito judicial sostienen que el principal sospechoso de ordenar asesinar a Medina es Luis Bassi, quien está preso desde septiembre pasado, cuando decidió entregarse a la Justicia, luego de estar 117 días prófugo. Su captura la habían pedido dos juzgados por dos crímenes que sacudieron el mapa del narcotráfico de Rosario, como fueron el homicidio de Claudio Cantero, líder de la banda de Los Monos, y de Juan Pablo Colazo.
Venganzas
Dentro de esta hipótesis tienen cierta lógica otros homicidios recientes, como el que ocurrió dos días después del crimen de Medina, cuando mataron de ocho balazos a Leonardo Bassi, hermano de Luis, en una remisería situada en Villa Gobernador Gálvez.
Ese homicidio es considerado como una venganza de parte del grupo liderado por Medina.
"No es una casualidad que Medina se alojara en el hotel del casino. Esa es una zona que tiene protección de la banda de Los Monos. Él creía que estaba seguro allí", señalaron a LA NACION fuentes del caso.
Medina había respaldado a este grupo después de que varios de sus miembros cayeran detenidos en el marco del expediente 913/12. En ese contexto explican que una alerta para Medina fue el homicidio de Lisandro Mena, de 26 años, quien fue ultimado a balazos en la esquina de Batlle y Ordoñez y Boulevard Oroño, a metros del casino, el 24 de diciembre pasado. Mena, uno de los soldaditos de mayor confianza de Claudio Cantero, era uno de los principales testigos del crimen de su jefe, que ocurrió el 26 de mayo pasado en la puerta de una discoteca, en Villa Gobernador Gálvez.
Otro dato que ahora está siendo investigado está vinculado a la actuación de la jueza María Pérez Vara. Esta magistrada tenía una causa contra Medina que nunca fue instruida. Esta funcionaria estaba de turno cuando ocurrió el crimen de este empresario. Y nunca pudo ser ubicada, por lo que desde Tribunales decidieron pasar el caso a la jueza Raquel Cosgaya.
Autos y departamentos de lujo
En la causa que ahora instruye la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas se realizaron cuatro allanamientos en propiedades vinculadas a Medina. El expediente fue caratulado como "NN sobre homicidio agravado". En la concesionaria Lume, propiedad de este empresario ligado al narcotráfico, había ayer dos carteles pegados que graficaban la situación. En uno decía: "Cerrado por duelo" y en el restante: "Clausurado".
La magistrada dispuso que se allanara Lume Automotores, situada en Pellegrini al 5500, en la zona oeste de la ciudad. Cuando los funcionarios judiciales llegaron al local descubrieron que la concesionaria estaba vacía.
Lo llamativo es que frente a Lume hay otra agencia de autos, que sería también propiedad de Medina. En esa agencia había vehículos hasta en la vereda, por lo que se sospecha que los rodados de Lume fueron trasladados al otro local, que no posee ningún cartel.
También se allanó un departamento que había alquilado Medina en las Torres Dolfines, el complejo inmobiliario más caro de Rosario, situado en Puerto Norte. Otro operativo se llevó adelante en un departamento en San Lorenzo 1067, que Medina había compartido con Daniela Ungaro, su ex mujer. En ese lugar, al entrar los policías, un chico de 19 años, sin antecedentes penales, les apuntó con un arma de fuego -que no estaba registrada. El joven fue reducido por los policías y quedó detenido.
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