Rosario: un rebrote de violencia provocó seis muertes en menos de 72 horas
ROSARIO. Otro rebrote de violencia se produjo en Rosario, donde se registraron seis asesinatos desde el domingo pasado, con cuatro homicidios notificados en las últimas 24 horas. Las medidas de restricción social que se establecieron a partir del 20 de marzo habían colaborado para disminuir la cantidad de crímenes de abril y mayo, pero en junio, con una mayor circulación de personas en la ciudad, los homicidios volvieron a crecer, con 17 muertes, sumándose 105 desde asesinatos desde enero pasado.
En cuatro de los últimos asesinatos participó, al menos, un "gatillero", el apelativo que los sicarios reciben en esta ciudad, cuya modalidad de ataque está representada por la imagen de dos jóvenes montados a una moto con una pistola, que disparan y huyen. El escenario de la muerte es la calle. Por eso, cuando la ciudad empieza a retomar normalidad es en ese terreno donde los crímenes se producen bajo una causa que agrupa a la mayoría de los casos: los entramados vinculados a negocios ilícitos, atraídos por la venta de drogas.
Esta nueva escalada de violencia en Rosario se produce en momentos en que se empieza a discutir en foros públicos, como los constituidos en las universidades de Rosario y del Litoral, la reforma del sistema de seguridad y de la policía de Santa Fe, que elaboró la gestión del ministro de Seguridad, Marcelo Saín. La intención oficial es que los dos proyectos sean tratados este año en la Legislatura provincial.
Mientras se analizan los cambios en la estructura policial, la coyuntura está atravesada una violencia en crecimiento. El domingo fue acribillado a la 1.45 Brian Cejas, a quien un hombre interceptó en el cruce de Crespo y Pasaje Las Flores, le preguntó por su hermano y luego de una breve discusión le disparó varios tiros. Murió una hora después en el hospital Roque Sáenz Peña. El "gatillero", que se trasladaba en una moto, huyó.
Ese mismo día se produjo otro asesinato que tuvo como víctima al cantante folclórico Roberto Azcurra, de 50 años, quien murió por las puñaladas que le habría asestado su pareja tras una discusión. Fue uno de los pocos crímenes que en los últimos días no tuvo aquí vinculación con disputas entre bandas.
El lunes, poco antes de las 20, se produjo otro homicidio en el barrio Tío Rolo, donde Javier Miño, un muchacho de 21 años, fue ejecutado en Avellaneda al 6000, frente al almacén que funciona en su casa. Los vecinos de Miño escucharon ráfagas de disparos y la policía recolectó una decena de vainas en la escena del crimen.
Pocos minutos después, se produjo el asesinato de Lucas Cóppola, de 26 años, en Cullen y La República, en la zona noroeste. El ataque se produjo desde un automóvil. Fueron decenas de disparos que provocaron la muerte de Cóppola -recibió un balazo en la cabeza- y heridas a otro muchacho apodado "Tierrita".
Esta madrugada se produjeron otros dos homicidios. Uno ocurrió en Gutemberg 1000, en Granadero Baigorria, localidad vecina a Rosario, donde Mario Cáceres, de 60 años, falleció tras recibir un golpe en la cabeza con un hierro en una aparente pelea con su yerno, que fue detenido.
A las 3 se notificó el segundo crimen de la jornada. Marcelo Bustamante, de 28 años, fue ejecutado de varios disparos en plena calle, en Biedma y Cerrillo, donde su cuerpo fue encontrado por la policía Testigos afirmaron que la víctima fue acribillada por dos hombres que circulaban en una moto. En el lugar del hecho se recolectaron siete vainas.
Fuentes del Ministerio de Seguridad consultadas por Aire de Santa Fe señalaron que ese ataque estaría vinculado a una pelea territorial por el control de la venta de drogas que empezó en 2018, con el asesinato de una joven.
Según los datos oficiales, elaborados por el Observatorio de Seguridad Pública, del Ministerio que encabeza Saín, no solo Rosario es afectada por la violencia, sino también la ciudad de Santa Fe, ya que hasta el 6 de julio la cifra de crímenes en el departamento La Capital llegó a 53.
Lo que muestra la estadística es que los meses de enero y febrero, antes de la cuarentena obligatoria, fueron en los que se concentraron la mayor cantidad de homicidios. En enero hubo 23 homicidios y en febrero 27.
No solo ese periodo fue clave por la cantidad de crímenes, sino también porque varios de ellos provocaron una conmoción pública y política, como fue el ataque a tiros 12 de enero pasado al Casino City Center, donde murió el gerente del Banco Nación de Las Parejas Enrique Encino. En febrero se produjo además un triple crimen con el sello narco, como fueron los homicidios de Christopher Albornoz, hijo del sindicado narco "Caracú"; su pareja, Florencia Naomí Corvalán, y la hija de un año de ambos, Cheis.
En marzo, cuando comenzó a regir la cuarentena más estricta a partir del 20, la cifra de víctimas bajó a 16, de acuerdo a los datos del Observatorio de Seguridad Pública. En abril y mayo, con el aislamiento a pleno, los crímenes sufrieron una fuerte baja, con 4 y 8 asesinatos en esos dos meses, respectivamente. Pero a partir de junio, cuando las medidas restrictivas por la pandemia comenzaron a flexibilizarse, volvió a correr la sangre.
El mes pasado se cometieron 17 asesinatos en Rosario. Con los homicidios que se produjeron en las últimas 72 horas, julio amenaza ser otro mes cargado de violencia, en medio de una crisis económica y social que empieza a impactar cada vez con mayor profundidad.
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